Esta semana, para ser más precisos el 10 de abril, se cumplió un aniversario que nadie parece querer recordar. O será que la historia se las arregla para esconder en algún desván del inconsciente colectivo los vestigios de pasados vergonzantes.
Hubo una vez una Argentina nazi y tal vez nada lo retrate con la contundencia de la fotografÃa que da motivo a esta entrevista, y pertenece al festejo más grande fuera de Alemania con motivo a la anexión de Austria por parte de Hitler en 1938. Ocurrió en el mÃtico Luna Park, donde la liturgia del Tercer Reich se desplegó por entero para entre doce y dieciocho mil personas que corearon “Hail Hitler” y extendieron su brazo derecho con fervor como lo demuestran las invaluables imágenes sepia de ocasión.
sos hechos que se remontan a 1938 (79 años atrás) fueron reconstruidos en detalle en el libro Luna Park: El estadio del pueblo, el ring del poder, escrito por Guido Carelli Lynch y Juan Manuel Bordón.
“En 1938, Hitler se convertÃa en la más grande amenaza que enfrenta el mundo que ama la libertad” afirmaba la revista Time para justificar su personaje del año siguiente. Ya habÃan pasado cinco años del incendio del Reichstag, luego del cual el avance hacia la suma del poder habÃa sido un trámite para el führer. El totalitarismo no hallarÃa lÃmites y pronto volverÃa a ocupar las crónicas de lo espeluznante con su paso mortÃfero por Europa y el surgimiento de los primeros campos de concentración. El resto es historia conocida. La humanidad nunca se habÃa asomado a tal abismo de la existencia, a tal denostación de la vida a escala industrial, a tal aberración de los valores que la salvan. El Holocausto seguirá siendo un infierno sin redención que nos recuerda nuestra propia oscuridad.
Esto se describe en el libro sobre esa jornada en el palacio de los deportes: “Cuarenta y cuatro abanderados vestidos con camisas pardas y brazaletes con la cruz esvástica se ubicaron en el gran escenario. Detrás, en letras góticas, colgaba una bandera con la leyenda ‘Heil Führer’ y otra, con el famoso slogan hitleriano ‘Un pueblo, una nación, un conductor’. En ambos extremos del escenario flameaban la bandera argentina y la alemana, que llevaba en el centro una gran cruz esvástica. –¡Heil Hitler! , bramaba la multitud, mientras el estadio terminaba de llenarse.”
Nunca hubo un mitin nazi mayor fuera de Alemania. Esto pasó en Argentina. En el Luna Park, ni más ni menos.
Fuente: Cristina Pérez – Cien Radios – Radio Mitre