¿Por qué Israel no atacó a Irán? Lo explica Ehud Barak


En una entrevista especial, el ex Ministro de Defensa revela lo sucedido con el plan del Primer Ministro Netanyahu y el suyo para realizar una operación militar contra el programa nuclear de Irán y responde a las críticas sobre los billones invertidos en la preparación de dicho ataque. ‘Debemos recordar’ dice él ‘que el proyecto iraní no ha desaparecido, sino que ha sido pospuesto’.

Sólo tres israelíes, actualmente están vivos, han dirigido al país desde el sillón del primer ministro. Sólo tres se han enfrentado a este pluralismo, con la responsabilidad, el poder, la experiencia y el entendimiento del mundo que el cargo provee.

Binyamin Netanyahu no responde a preguntas; En este periodo, le habla a la nación unilateralmente a través de publicados vía Facebook. Ehud Olmert no puede responder a preguntas por razones conocidas (está preso). El único que puede hacerlo es Ehud Barak.

Conocí a Barak la semana pasada durante una conversación que duró varias horas. ¿Cree usted, le pregunté, que el conflicto entre Estados Unidos y Corea del Norte pudiera convertirse en una guerra?

“Una vez”, Barak dijo, durante una reunión con un alto funcionario del gobierno chino, le pregunté qué pensaba del líder norcoreano Kim Jong-un. ‘¿Qué desea usted de nosotros?’, Respondió el chino. ‘Él fue educado junto a usted, en Occidente (lo cual es cierto ya que Kim asistió a un internado en Suiza para chicos de familias muy ricas)’.

Lo singular en este conflicto es que posee a más de un actor impredecible. Kim Jong-un es enfrentado por un presidente estadounidense cuya próxima acción es muy difícil de predecir. Existe cierta ventaja en la incertidumbre, pero también existen riesgos.

Algunas cosas positivas han sucedido en los primeros 100 días del gobierno de Trump. Este muy rápidamente rompió lazos con el General Michael Flynn y lo reemplazó como asesor de seguridad nacional, por el General McMaster, quien es indiscutiblemente un buen hombre.

Trump redujo la influencia del radical Steve Bannon y normalizó el sistema del Consejo de Seguridad Nacional. Esto demuestra una habilidad para aprender. Al mismo tiempo, este está reescribiendo las reglas bajo las cuales el presidente estadounidense opera.

Tome por ejemplo, su decisión de atacar a Siria. El significado de la operación no está nada cerca a los exagerados elogios de Netanyahu. Trump eligió el golpe más escueto en el libro. Sin embargo, se las arregló para sorprender.

“Los Estados Unidos sigue siendo el país más poderoso del mundo. El presupuesto de defensa estadounidense es mayor que la suma de los presupuestos de defensa de China, Rusia, Alemania, Japón, Francia y otros países. Cuando el presidente de los Estados Unidos dice: ‘Basta, estamos hasta la coronilla de sentirnos enganchados’, esto quiere decir algo”.

Trump, dije, riñó en este corto período de tiempo con Rusia, China, Corea del Norte y con Irán.

“Rusia es una historia diferente”, dijo. “A pesar de todas las contradicciones, al final del día (el Presidente ruso) Putin lidera a un estado europeo, un estado cristiano. Trump está tratando de descifrar su comportamiento.

Los lugares donde existen riesgos de un contratiempo son Irán, Corea del Norte y, de manera diferente China. Existen consideraciones de prestigio y es difícil entender al rival antes que sea demasiado tarde. La crisis pudiera estallar sobre algún buque estadounidense navegando cerca de una de las islas en el Mar de China Meridional o sobre la salida de una aeronave.

Los chinos están diciendo: ‘Es hora que los estadounidenses comprendan que somos iguales. Al igual que los estadounidenses no le permitirán a nuestros aviones aproximarse a la costa de San Francisco, nosotros haremos que sus aviones no se aproximen a nuestras costas. Nuestros cielos son como sus cielos’.

“Al final, Trump reunió alrededor suyo a un grupo de gente seria. Sin embargo, estos no están inmunes a errores. Pensar en grupo, ser arrastrado por el líder, leer los riesgos de forma incorrecta, todo eso pudiera suceder y tales cosas han sucedido”.

Más agresivo que Netanyahu sobre el tema de Irán

Me gustaría volver a sus años como Ministro de Defensa en el gobierno de Netanyahu, dije. Usted y Netanyahu presionaron por una operación militar israelí en contra de Irán. ¿Qué es lo que realmente querían? Tres posibilidades me vienen a la mente: Primero, usted quería una guerra; segundo, usted pensó que la amenaza israelí haría que los estadounidenses agravaran las sanciones; tercero, usted pensó que una operación militar israelí limitada obligaría a los norteamericanos a entrar en una larga guerra con Irán.

“La intención” respondió Barak era hacer que los norteamericanos aumentaran las sanciones y llevaran a cabo la operación. Fui mucho más halcón que Netanyahu.

Nosotros asumimos que los estadounidenses lo sabían todo, tanto sobre la operación como la oposición a la operación por parte del Jefe de Estado Mayor Ashkenazi, el jefe del Mossad (Meir) Dagan, el director del Servicio de Inteligencia Militar (Amos) Yadlin y el jefe del Shin Bet (Avi) Diskin. Supimos que había gente aquí que les hablaba a ellos diariamente.

Yo hablé con el Presidente (George W.) Bush y, en una oportunidad posterior, con el Presidente Obama. Les dije claramente a ellos que cuando se tratara sobre la responsabilidad de Israel por su seguridad, seríamos nosotros los que tomaríamos las decisiones, no ellos. A los dos presidentes no les gusto nuestros planes, pero respetaron nuestro derecho a decidir.

En algún momento, el secretario de defensa me preguntó sobre cuánto de advertencia le íbamos a dar a los estadounidenses. Yo le dije: ‘Tenemos que utilizar la sorpresa, no podremos darle más que unas cuantas horas. Nuestro anuncio será redactado de una manera que no pondrá en peligro a ningún soldado estadounidense’.

“A pesar de su objeción a la acción, estos dejaron claro que incluso si nosotros atacamos, estos mantendrían todos sus compromisos con Israel”.

Los opositores, dije, afirmaron que ustedes invirtieron la cantidad de 11 billones de shekels en preparaciones que se perdieron. “La inversión estuvo totalmente justificada”, dijo Barak. “Construimos una red de habilidades. También debemos recordar que el proyecto iraní no ha desaparecido. Sólo ha sido pospuesto por 10 años”.

‘A Bibi no le gusta tomar decisiones, a mi si’

Meir Dagan, dije, argumentó que una operación militar sería ineficaz. De hecho, sería más fácil para Irán avanzar en su programa nuclear. Este describió sus discusiones como algo similar a una fiesta con whisky y tabaco.

Dagan, dijo Barak, nos describió como un grupo de gatillos felices. Eso no era cierto. La operación fue concebida como un último recurso. Irán no eligió un programa nuclear como el de Libia o el de Sudáfrica, que básicamente tenía un propósito disuasivo. Este escogió el camino de Corea del Norte. Si Irán obtiene un arma nuclear, cambiará fundamentalmente la situación en la región y pudiera convertirse en un problema existencial para Israel.

“Los opositores dijeron que les llevaría a los iraníes pocos años el restaurar el proyecto. Eso sería incorrecto. Antes de bombardear el reactor nuclear en Bagdad, no pudimos calcular con exactitud cuánto tiempo le llevaría a los iraquíes reconstruirlo. El otro lado usualmente teme regresar y construir lo que ha sido destruido. Otras cosas suceden”.

Eso muy probablemente también aplica al reactor que Israel atacó en Siria (según fuentes extranjeras).

“En Israel” explicó Barack, una operación sólo es aprobada si existen las tres esquinas del triángulo – capacidad operativa, legitimidad internacional y necesidad de operar ahora porque luego será imposible operar.

El proyecto nuclear no es como un auto que puede ser atacado mientras este se le vea expuesto en la autopista. Este es más como un tren que entra lentamente a un túnel: Cada auto que entra en el túnel reduce la efectividad de la operación. Ese es el significado de la zona de inmunidad (un término acuñado por Barak que se refiere al punto crítico en el tiempo luego del cual el programa nuclear iraní ya no será vulnerable a un ataque militar).

La objeción del jefe de estado mayor en la operación necesariamente no la impide – la decisión está en las manos de las filas políticas. Pero cuando la operación fue planteada para ser debatida en el 2010, Ashkenazi dijo: ‘No tenemos capacidad operacional’.

Cuando un jefe de estado mayor dice que no existe capacidad operacional, se acabo, la aprobación no pasa a través del límite. Desafortunadamente, aquellos opuestos al plan tenían respaldo de la residencia del Presidente, Shimón Peres. No logre convencer a ambos, a él y a los otros oponentes, aunque puse muchas horas en ello.

Obama me preguntó sobre la oposición a la operación en Israel. Yo le dije: ‘¿No tienen ustedes este tipo de cosas en Estados Unidos? Cuando ellos, los opositores, levanten su mirada, nos ven. Cuando nosotros levantamos la mirada, no hay nadie allí. La responsabilidad recae sobre nosotros’.

“En el 2011, el jefe de estado mayor fue (Benny) Gantz. Este dijo: ‘Creo que la operación es errónea, pero existe una capacidad operacional’. Convocamos al escueto foro de ocho ministros. Estimamos que si el foro de ocho ministros votó a favor, también lo haría el gabinete. Nos dividimos el trabajo entre todos nosotros: Bibi dijo que él manejaría a (Moshe) Ya’alon y a (Yuval) Shtainitz. ‘Todo estará bien’, este le dijo a (Avigdor) Lieberman y a mí. Y luego Shtainitz y Ya’alon hablaron en contra de ello”.

¿Cree que Bibi cambió de opinión?, le pregunté.

“No estoy tan seguro de que haya hecho un gran esfuerzo para convencerle”, dijo Barak. “De año en año, mis dudas a su determinación de actuar aumentaron. Sugerí que avanzara el tema palestino, si no para llegar a un acuerdo, luego al menos en un intento por obtener un amplio apoyo internacional para un ataque sobre Irán. Le dije: ‘Es como en el ajedrez: sacrificas un peón para conseguir a la reina’. Puede que este se haya asustado por la necesidad de hacer algo sobre el tema palestino”.

O puede que este se haya disuadido por la magnitud de la decisión, dije. Este temía asumir responsabilidades por una decisión contra la que todos los jefes de las instituciones de seguridad iban en contra.

“Es posible” dijo Barak. A Bibi no le place tomar decisiones. A mi sí.

“En el 2012, Netanyahu jugó con todo tipo de ideas. Yo me opuse. Reiteré mi postura: no vamos a poner en peligro a ningún soldado estadounidense”.

Una forma diferente de confianza

Una de las aventuras políticas menos exitosas de Barak fue dividir el Partido Laborista en el 2011 y la creación de una facción llamada Independencia, que no duró mucho tiempo pero ayudó a Netanyahu a permanecer en el cargo.

Por qué, le pregunté.

“Sólo por Irán”, dijo. “Vi lo difícil que era pasar la decisión conmigo dentro (del gobierno), y yo supe que sería aún más difícil si yo estuviese fuera. Cuando fracasé en convencer a mis amigos del Partido Laborista, me separé. Hay cosas más importantes que un partido”.

¿Qué pensó usted, le pregunté, acerca del discurso de Netanyahu ante las dos Cámaras del Congreso en contra del acuerdo?

“Un día después que los estadounidenses firmaran el acuerdo con Irán, Netanyahu me llamó para consultarme. Yo estaba ya fuera de la política.

‘El trato es malo’ le dije. ‘No necesitamos ocultar nuestra opinión, pero mover la batalla al Congreso no es aconsejable. La probabilidad de éxito es escasa. Hablar en el AIPAC y hablar en los comités del Congreso, tal como es costumbre, será suficiente.

“Pero la verdadera apariencia allí era importante para él. Este no pudo resistir la tentación. Si este tiene una querella en público con el presidente, él es tan grande como el presidente. Aparte de eso, quería servirle al ala derecha del Partido Republicano. Terminó con mucho daño”.

¿Por qué el daño? Le pregunté.

“Porque perdió la oportunidad que tuvimos inmediatamente después de que se firmara el acuerdo” replicó. “En ese momento, podríamos haber recibido $45 billones en ayuda durante 10 años y no 38 billones; podríamos haber ampliado la cooperación en el área de inteligencia y haber llegado a acuerdos sobre las condiciones para agravar las sanciones; pudimos haber recibido medidas que nos hubieran permitido emprender acciones militares contra el programa nuclear bajo las nuevas condiciones. Pudiéramos haber alcanzado un tipo de confianza totalmente diferente”.

¿Por qué cree usted que Obama aceptó tal acuerdo? Pregunté.

“Porque Obama no es ningún ingenuo”, dijo. “Se dio cuenta que Irán estaría a la altura del acuerdo al principio, cuando valdría la pena, pero este regresara al proyecto nuclear más adelante. La solución fue proveerle a Israel los medios que le permitirían actuar. Aquello fue frustrado por Netanyahu en su discurso al Congreso”.

“Un gobierno problemático”

En una de sus reuniones con el presidente ruso Vladimir Putin, Barak habló muy bien de la inmigración a Israel desde la antigua Unión Soviética y su gran contribución a la educación, economía, ciencia y arte de Israel. “¿Por qué no nos da usted un millón más de inmigrantes?”, sugirió Barak para ese momento.

“No estoy seguro de que tengamos un millón más de judíos en Rusia”, dijo Putin.

“Estoy seguro que existe un millón de rusos que están dispuestos a venir a Israel”, respondió Barak. “Si es necesario, les traeremos babushkas judías y se convertirán en judíos.

En vísperas al Día Conmemorativo y al Día de la Independencia, Barak insistió en ver el vaso medio lleno. El historiador, diplomático y político Shlomo Ben-Ami dijo una vez que el proyecto sionista era el proyecto nacional más exitoso del siglo XX y Barak está totalmente de acuerdo.

“Comenzamos de la nada”, dijo. “A pesar de siete guerras, dos intifadas e innumerables operaciones militares, nuestra población se ha multiplicado por 12, el producto nacional bruto se ha multiplicado casi 70 veces, el shekel es una de las monedas más fuertes del mundo y el número de empresas israelíes inscritas en el NASDAQ es más alto que el de cualquier otro país fuera de Norteamérica. El Medio Oriente es un escenario difícil. Realmente somos una villa en una selva, y sin embargo, somos el país más fuerte en el Medio Oriente”.

Si las cosas van tan bien, le pregunté, ¿por qué dice usted que las cosas van muy mal?

“Porque tenemos un gobierno que está llevando a Israel hacia un atolladero. La amenaza es para el actual proyecto sionista”.

No está usted sembrando pánico como Netanyahu, le pregunté.

“Absolutamente que no”, dijo. “La agenda actual del gobierno conduce inevitablemente a un estado entre el Río Jordán y el Mar Mediterráneo. Si la democracia es preservada, habrá un estado aquí con una mayoría árabe y una guerra civil; si la democracia irrumpe, será un estado apartheid en riesgo de colapsar. Esta es la amenaza existencial”.

¿Qué sucedió con el programa nuclear iraní?, le pregunté.

“La amenaza ha sido pospuesta por 10 años”, este dijo, “y existen muchas otras opciones para tratar con ello”.

Barak habló del rabino Zvi Yehuda Kook, el padre del mesianismo de los colonos, quien dijo espiaba por detrás del hombro de Netanyahu. “La lógica de un solo estado conduce inevitablemente a la Derecha a debilitar el sistema legal, a la sociedad civil y a los medios de comunicación libres. La Derecha tiene que socavar el mundo de valores de las FDI.

La vicecanciller Tzipi Hotovely dijo que las organizaciones de izquierda son traidores anti-Israel. Estos no son ni traidores ni anti-Israel, son anti gobierno de Israel, todos los gobiernos de Israel. No fue Menachem Begin quien dijo, ‘Sin la Corte Suprema, sin B’Tselem’, fue Yitzhak Rabin. No nos gustaron, pero sabíamos que no estaban violando la ley y lo respetamos. Netanyahu es el que los está edificando ahora.

“La persona que intentó atemorizar a los jueces militares en el caso de Elor Azaria es ahora el ministro de defensa. Este puede que esté hablando de otra manera, pero sólo está jugando con palabras. Este no es un gobierno juicioso; Es un gobierno conflictivo”.

¿Tiene usted algo que decirles a los jóvenes israelíes, en su mayoría votantes de izquierda, que se marchan a Berlín?, le pregunté. ¿Puedes usted entenderlos? ¿Se imagina usted mismo a su edad, pensando y hablando como ellos?

“No me gusta este fenómeno”, respondió, “pero puedo entender de dónde proviene. Estos jóvenes se criaron en valores liberales, enfocándose en el individuo. Uno aterriza en Berlín, Nueva York o Londres y encontrar fácilmente su lugar. Las sociedades derechistas tradicionales ponen mayor énfasis en los valores de la comunidad, siendo leales al grupo, aceptando la autoridad de sus líderes y sabiendo que hay cosas que son sagradas. No subestimo estos valores, estos le dan sentido a la vida, una distinción entre ellos y los demás. Son una herramienta política y social demasiado importante.

“En los últimos 30 años, el equilibrio entre estos dos grupos de valores ha sido violado. La Izquierda ha adoptado los valores del individuo y ha abandonado los valores de la comunidad. Ha abandonado la ambición de David Ben-Gurion de crear una sociedad ejemplar”.

Barak cree que la otra Izquierda, que hizo de la seguridad su prioridad, puede ser revivida. “El gobierno habla de seguridad pero la daña cuando este se asienta en todo el territorio. Está tratando de socavar a la Autoridad Palestina. ¿Quién piensa esta que reemplazará a la AP? ¿Beitar Bnei Akiva? No, será reemplazado por Hamás. La Derecha encuentra a Hamás más conveniente. Hamás vendrá y hará llover cohetes sobre Kfar Saba”.

No tiene interés en volver a la política, por ahora

Barak cumplió 75 años en febrero. Le pregunté si volverá a la política.

“Estoy recibiendo muchas solicitudes”, dijo. “En esta etapa, no poseo ningún interés. Creo que parte de la disposición de la gente en escucharme tiene que ver con el hecho de que yo no deseo nada. Si yo fuese percibido como alguien que deseara lograr algo, esto se me hubiese venido encima como un boomerang y me perseguiría”.

Usted se da cuenta de que su respuesta abre una pequeña ventana, dije.

“No puedo ignorar el hecho de que se puedan crear circunstancias”, dijo. “Esto no es algo que yo espero. Pero esto no se trata sobre mí persona, es acerca de Netanyahu”.

Por Najum Barnea (Yediot Ajaronot)
Hatzad Hasheni