La nueva ley promulgada ayer en el Parlamento polaco según la cual podría abrirse juicio penal contra quien hable de complicidad de Polonia en la Shoa, pretende desdibujar la realidad . Es un hecho que aún bajo ocupación nazi, hubo ciudadanos polacos que colaboraron con los crímenes del Tercer Reich, delatando judíos. Las expresiones de antisemitismo de parte de polacos fueron numerosas y hay innumerables testimonios de judíos polacos en este sentido.
El propio ex Presidente de Polonia Aleksander Kwasniewski había dicho ante la Kneset, Parlamento de Israel, que "no se puede falsificar la historia, no se la puede reescribir, no se puede esconder la verdad".
Polonia honró hasta ahora ese principio, siendo junto a Alemania -y aparte de Israel- el país que más esfuerzo dedicó a la memoria de la Shoa.
No se puede reescribir la historia con una nueva ley.
Al mismo tiempo, claro está que la gran responsabilidad por la Shoá es de la Alemania nazi.
La otra cara de la moneda que también se debe recordar ahora-y que nada tiene que ver con el tema de la ley, pero que lo mencionamos precisamente en aras de la verdad histórica- es que numerosos ciudadanos polacos arriesgaron sus vidas para salvar judíos. Los polacos son la mayoría de los "Justos entre las Naciones" reconocidos como tales por Yad Vashem, el Museo Recordatorio del Holocausto en Israel.
En un día simbólico como el 27 de enero, Día Internacional de Recordación de las Víctimas de la Shoa , no se puede olvidar a los antisemitas colaboradores, pero tampoco a cerca de 7 mil polacos que arriesgaron sus vidas y la de sus familias para salvar judíos, sin esperar recibir nada a cambio, más que el privilegio de saber que actuaron como les había dictado su conciencia.
Fuente: Facebook Jana Beris