El terrorista musulmán que atacó y mató a Yosef Salomon, su hija Chaya y su hijo Elad en su hogar en la comunidad judía de Halamish, fue condenado a la pena de 4 cadenas perpetuas.
Omar al-Abed también fue multado con la suma de 1,8 millones de shekels.
El juez de la corte militar, teniente coronel Dov Gilboa, que tuvo la opinión minoritaria en el juicio, argumentó que al-Abed debería ser sentenciado a muerte: "Durante todo el juicio, lo vi disfrutar y sonreir, incluso haciéndolo delante de la familia. He determinado que el castigo del acusado debe ser la sentencia de muerte".