La escalada con Irán. Por Natalio Steiner


Parece inevitable una esclada irano-israelí sobre territorio sirio y El Golán. El derribo de un dron iraní y de un avión israelí que cumplía misiones de bombardeo sobre objetivos iraníes en el corazón de Siria, habla del blanqueo de una guerra que desde hace años es encubierta. Ninguno de los dos países esta interesado, por el momento, en un enfrentamiento regional. Israel hace años que ha venido eliminando en forma secreta a ingenieros nucleares iraníes como una forma de retrasar el desarrollo de su poder nuclear. Irán hace años que financia, entrena y arma al Hizbollah y apoya de diversas formas al Hamas Islámico además de incentivar a las minorías chiítas en Bahrein, Yemen y otros emiratos del Golfo, algo que desvela a los saudíes. Pero la guerra que comenzó en Siria hace 7 años y llevó a la derrota del Isis ha dejado un hueco de poder que debe ser cubierto por potencias regionales como Rusia, Turquía, Irán e Israel. El interés iraní es claro y concreto: detenido el plan nuclear la forma mejor de amenazar a Israel es instalando soldados iraníes en fronteras de países vecinos como Libano y Siria. ¿Para qué arriesgarse a que sus misiles para Hizbollah sean destruidos en bombardeos si los mismos pueden ser fabricados en el mismísimo Líbano? Para Israel la respuesta es clara y expresada con contundencia: no se tolerara la más mínima presencia cercana de Irán al Golan israelí. Los dos países tienen algo en común: ambos saben que Putin tiene la llave para destrabar el conflicto pero por motivos no muy claros el líder ruso no se compromete y sólo busca afianzar su presencia regional en la región. Así de sensibles las cosas, Israel debe prepararse para una escalada de graves incidentes y choques con Irán que puede volver a su arma preferida: el ataque terrorista contra objetivos judíos e israelíes en el mundo.

El 39 aniversario de la revolución islámica que llevo al fundamentalismo chiíta al poder fue festejado en Irán con la tradicional quema de banderas israelíes y de EE.UU. y las habituales consignas "muerte a Israel y a EE.UU" pero a diferencia de otros años los "festejos" no tuvieron la dimensión buscada por el régimen. Es que hay mucho malestar en la población persa no sólo porque hay sanciones que complican su economía sino porque los sectores ilustrados y los más pobres de la población, por primera vez salieron a la calle no sólo enarbolando consignas libertarias respecto a los derechos de la mujer sino manifestando sus quejas por la muerte de soldados iraníes en territorio sirio en una guerra en la que no quieren verse involucrados y que les insume no poco dinero. Este es un tema a tener en cuenta para erosionar a Irán.

Desde el lado israelí hay preocupación pero firmeza en las respuestas a las provocaciones persas. Israel ha bombardeado hace dos meses un complejo habitacional de soldados iraníes en Damasco (que estaba en construcción) y no permite la circulación de misiles hacia el Hizbollah. Pero hay otros dos temas que tensan la región. Israel construye un muro de seguridad en la frontera libanesa ya que se retiro de El Líbano en año 2.000 y ese espacio fue ocupado por Hizbollah que buscó una guerra dispar en 2006. Desde entonces no ha habido problemas entre Israel y la organización terrorista que muestra sus dientes (misiles) en toda oportunidad pero ni El Líbano ni Hizbollah aceptan la construcción del muro en las fronteras de 1949. El otro tema tiene que ver con la presencia de gas en el Mediterraneo en zonas limítrofes entre los dos países. Israel ya hace tiempo explota los yacimientos en su suelo marino y los libaneses están aún buscando capitales para explorar sus aguas. Es un elemento de tensión porque las capas de petroleo y gas no se corresponden con los límites geográficos e internacionales.

Así las cosas el norte de Israel vuelve a tomar niveles de intranquilidad que no se veían hace años. Calma y disuasión y sostén diplomático son las mejores respuestas que puede oponer Israel que sigue teniendo una superioridad militar evidente pero no ha logrado proteger en su totalidad a la población civil ante un eventual bombardeo masivo.