¿Por qué no se avergüenza de ser palestino?


Por: Jacob Israel, Director Internacional de United with Israel

“Por qué hoy me avergüenzo de ser israelí”. Este es el título del artículo de opinión publicado por Daniel Barenboim en el diario israelí Haaretz, copiado también en dos importantes medios españoles, El Mundo y El País.

Comencemos por el título: El Sr. Barenboim, últimamente no tan conocido por su música como sí por sus críticas feroces al país que le ha dado de comer, miente. Miente sin escrúpulos al preguntarse por qué HOY se avergüenza de ser israelí. ¿Hoy? El Sr. Barenboim está en su pleno derecho de avergonzarse de ser israelí, pero que no nos tome por tontos y nos pretenda hacernos creer que su vergüenza comienza hoy.

Segundo: Barenboim publica el artículo en un diario israelí. Curiosa paradoja. Haaretz es conocido por ser muy crítico con el gobierno de Israel. Pero a diferencia de lo que ocurre en territorio palestino, Irán, Siria y demás, en Israel sí hay libertad de prensa y libertad de expresión. Ambas libertades, que el autor “olvida” reclamar a otros.

Tercero: Entrando más en el contenido del artículo, el director de orquesta dice que “Israel ha perdido los valores integradores de la Declaración de la Independencia, fruto de la Ley aprobada recientemente por el Parlamento israelí donde estipula que Israel es un Estado Judío”. Barenboim llega al extremo de decir que “se trata de una forma muy evidente de apartheid”. Nada más y nada menos. La razón no se tiene por gritar más, sino por la robustez de los argumentos. Y en el caso de Barenboim no da uno solo.

La Declaración de Independencia de Israel firmada en 1948 termina (en mayúsculas) de la siguiente manera:

“POR CONSIGUIENTE NOSOTROS, MIEMBROS DEL CONSEJO DEL PUEBLO, REPRESENTANTES DE LA COMUNIDAD JUDIA DE ERETZ ISRAEL Y DEL MOVIMIENTO SIONISTA, ESTAMOS REUNIDOS AQUI EN EL DIA DE LA TERMINACION DEL MANDATO BRITANICO SOBRE ERETZ ISRAEL Y, EN VIRTUD DE NUESTRO DERECHO NATURAL E HISTORICO Y BASADOS EN LA RESOLUCION DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, PROCLAMAMOS EL ESTABLECIMIENTO DE UN ESTADO JUDIO EN ERETZ ISRAEL, QUE SERA CONOCIDO COMO EL ESTADO DE ISRAEL”.

La declaración de Independencia es clara, nítida… y destructiva. Destructiva, no porque elimine ningún derecho de ningún estrato social en Israel, sino porque destroza de un plumazo el leitmotiv del artículo del Sr. Barenboim. Israel es un Estado Judío no porque lo diga la Ley recientemente aprobada, sino porque así lo fija la mismísima Declaración de Independencia de Israel de 1948, y de la cual el músico confiesa que la misma es una “fuente de inspiración para creer en los ideales que nos hicieron dejar de ser judíos y nos transformaron en israelíes”. En esto sí estamos de acuerdo.

Se pregunta Barenboim: ¿Puede el pueblo judío, cuya historia es una crónica de sufrimiento continuo y persecución implacable, consentir la indiferencia hacia los derechos y el padecimiento de un pueblo vecino?

Pregunta fácil, respuesta aun más: NO. No la consiente. La mera duda no ofende sino al director mismo. Su ignorancia es palpable. El artículo fue publicado (¡que mala suerte!) el mismo día que el mundo entero bendecía a Israel por haber evacuado a centenares de “Cascos Blancos”, que trataban de huir del avance del Ejército de Assad en el sur de Siria. Un Assad que no tiene el “honor” de ser criticado, que se sepa, por el Sr. Barenboim.

Vuelve a preguntar: “¿Puede el Estado de Israel permitirse el sueño ingenuo de un final ideológico para el conflicto en vez de buscar una resolución pragmática y humanitaria basada en la justicia social?”

Con resolución pragmática y humanitaria supongo que se referirá a los acuerdos de Camp David en el año 2000, donde el entonces líder palestino, Yasser Arafat, rechazó la generosa oferta del ex primer ministro de Israel, Ehud Barak, ante el asombro del mundo entero. ¿A eso se refiere?

Es por muchos conocidos que el Sr. Barenboim ostenta también la ciudadanía palestina desde el año 2008, convirtiéndose en la primera persona en tener ambas, la israelí y la palestina. Al recibir la misma anunció sentirse “conmovido y muy, muy feliz“, y agregó que aceptó porque “representa el vínculo eterno entre el pueblo israelí y palestino”.

El señor Barenboim parece no entender que “el vínculo eterno entre el pueblo israelí y palestino” no se fomenta por la crítica infundada, desproporcionada e injusta contra una de las partes, obviando sistemáticamente a la otra.

En estos diez años de ciudadanía palestina, el liderazgo palestino le ha dado más de una razón para escribir un artículo en cualquier diario palestino bajo el título: Por qué hoy me avergüenzo de ser palestino. Pero se dan dos circunstancias: Primero, que ese artículo nunca publicado en el diario palestino supondría la eliminación automática de su ciudadanía por parte de las autoridades palestinas; y segundo (y más importante), que nunca ha tenido la valentía de hacerlo. Y razones ha tenido para ello.

¿Se avergüenza de ser palestino cuando Mahmud Abbas, el 16 de Septiembre del 2015 dijo que “los israelíes no tienen derecho a profanar nuestros sitios sagrados con sus sucios pies”?

¿Se avergüenza de ser palestino tras pagar la Autoridad Palestina a los terroristas y a sus familias más de 350 millones de dólares el año pasado, del Fondo de los mártires de la Autoridad Palestina? ¿De hecho, se avergüenza de la mera existencia de dicho fondo?

¿Se avergüenza de ser palestino por el hecho de que solo usted, pero no el resto de israelíes no tengan la libertad de acceder a los territorios palestinos, porque eso supondría una muerte anunciada?

¿Se avergüenza de ser palestino cada vez que Hamas lanza cohetes, misiles, cometas incendiarias, ¡aves vivas con material explosivo!, contra la población israelí? En los últimos tres meses Hamas le ha dado 1400 oportunidades para escribir ese artículo que nunca escribirá. 1000 incendios y 400 cohetes en los últimos tres meses. Los últimos 9, ayer.

¿Se avergüenza de ser palestino ante la auténtica falta de educación para la paz existente en los territorios administrados por la Autoridad Palestina?

¿Se avergüenza de ser palestino al saber que muchos homosexuales palestinos buscan refugio en el único país que sí admite la diversidad y donde reina la tolerancia: Israel? ¿Le avergüenza que ser homosexual en los territorios palestinos sea un crimen y que, por ello, muchos de ellos hayan sido colgados en plazas públicas?

La Paz llegará cuando el Sr. Barenboim escriba un artículo titulado “Por qué hoy me avergüenzo de ser palestino” y cuando El País, El Mundo y demás se atrevan a publicarlo.

Israel, mientras tanto, seguirá siendo el Hogar Nacional Judío que tanta luz, tanta tecnología, tanta innovación y tanta humanidad brinda al mundo diariamente.

Fuente: United with Israel