“El aborto a demanda desnudó la carencia de conciencia social”

Fernando “Fishel” Szlajen es uno de los dos miembros judíos que integran la Academia Pontificia por la Vida. Fue convocado por el papa Francisco el año pasado para formar parte del organismo que se coordina desde Vaticano. Disertará en Corrientes sobre el aborto desde una perspectiva de la bioética y el judaísmo. Antes de su arribo a la ciudad, brindó una entrevista exclusiva a época.


El próximo martes, en un reconocido hotel céntrico, volverá a abordarse la problemática del aborto, un tema que captó la mirada y la polémica de la sociedad argentina desde hace varios meses a partir del tratamiento legislativo de un proyecto – que finalmente cayó en el Senado de la Nación hace pocas semanas – que apuntaba a legalizar el aborto.

Esta vez, la problemática se abordará en un debate que propone voces de oradores desde una perspectiva que todavía no fue tan difundida: la mirada del judaísmo. El principal orador será Fernando “Fishel” Szlajen. Uno de los dos judíos que integran la Academia Pontificia por la vida, convocado hace más de un año por el papa Francisco, por sus logros académicos en el ámbito de la filosofía y la bioética.

Junto a él disertarán también el abogado correntino Isidoro Sasson y el exdirector del Hospital Escuela y reconocido médico Alfredo Revidatti, dos profesionales locales que podrán aportar sus miradas desde una vasta trayectoria en el campo de la medicina, la bioética y el derecho.

El rabino y doctor en Filosofía, Fernando Szlajen, es considerado actualmente como una de las más importantes autoridades y referente en los tópicos de su área de competencia.

Antes de su disertación, prevista para el martes próximo a las 19 en un hotel ubicado por la calle Mendoza de nuestra ciudad, anticipó a época algunas de las diversas aristas de esta perspectiva.

¿Qué es la Academia Pontificia para la Vida?
-Es el máximo organismo académico autónomo, fundado en 1994, dedicado a estudiar, promover, formar e investigar los principales problemas bioéticos, en defensa de la vida y dignidad humana. Los académicos titulares que la conforman en el presente, provenientes de 27 países distintos, son 45 de los más destacados en diversas ciencias por sus logros e integridad profesional, incluyendo premios Nobel en Medicina y otras disciplinas. En junio de 2017 se produjo la renovación quinquenal de los académicos, y mediante un proceso de selección, sus autoridades proponen a los integrantes. Finalmente es el mismo Papa quien posee la facultad para sus designaciones. En este sentido, me siento honrado en haber sido designado como miembro titular de dicha academia, ya desde hace más de un año.

¿Es el único judío dentro de Vaticano?
No. Otro de los miembros titulares designados es el profesor Abraham Steinberg, de Israel. En este sentido, uno de los grandes logros del papa Francisco es la aprobación del nuevo estatuto de la academia en 2016, en el cual se establece que sus miembros deben ser seleccionados sin ningún tipo de discriminación religiosa, sino por sus méritos académicos y profesionales.

¿En qué consiste su tarea?
Radica en investigar y aportar desde el judaísmo e interdisciplinariamente, soluciones a las diversas problemáticas bioéticas que se abordan en grupos de trabajo y acorde a una agenda establecida. Así se pueden establecer pautas, referencias o políticas en términos bioéticos para diversas regiones, difundiendo además los resultados en publicaciones como papers, artículos o libros.

Desde una perspectiva religiosa, ¿el judaísmo tiene una sola postura sobre el tema del aborto?
El pueblo judío no se define como una etnia, ni por un territorio específico, ni tampoco por un sistema estatal determinado. Ni siquiera por un lenguaje hablado en particular. Los judíos pertenecemos a diversas etnias, la mayor parte de nuestra historia hasta el presente ha sido diaspórica y hemos residido bajo diversos regímenes políticos y hablando múltiples lenguas. Así, el pueblo judío se definió como el pueblo de la Torá y sus preceptos, que expresa su culto mediante el cumplimiento de dicho conjunto de leyes.

En el Talmud se encuentran los diversos códigos legales y hasta las modernas responsa de más de 2000 años de acervo legal. Todo ese devenir del acervo legal judío es el que conforma su sistema jurídico llamado Halajá (comportarse) como corpus legal judío que incluye las leyes, reglas y normas que abarca el derecho público, penal y privado, más todo aspecto cultural, económico y civil. Es por ello que el judaísmo tiene una sola postura en estos temas, que es la que dicta su ley.

¿Existe algún caso en el que el judaísmo acepte como posible terminar con la vida de un bebé por nacer?
El judaísmo prohíbe terminantemente el aborto a demanda, reconociendo la vida humana individual como ser desde la concepción. En este sentido, el Génesis 9:6 preceptúa que quien derrame la sangre de un humano en un humano, su sangre será derramada, entendiendo por humano en un humano a una mujer embarazada. No obstante, en un solo caso el judaísmo exige abortar, y es cuando la vida del cigoto, embrión o feto amenace inexorablemente la de su madre, y sin ninguna alternativa de salvar a ambos, resolviendo que mientras no haya nacido se prioriza la vida de la mujer por ser primera.
En casos de anancefalia, irreversibles y graves patologías degenerativas o terminales en que el embrión morirá indefectiblemente, son tipificadas como de “gran necesidad”, permitiendo acorde a cada caso en particular, abortar con severas restricciones en tiempo y forma.
Similares criterios, evaluados caso por caso mediante autoridades competentes, se aplican a la mujer embarazada por violación. No obstante, estos casos son cuantitativamente insignificantes respecto de los 50 millones de abortos inducidos anuales en el mundo cuya mayoría son embarazos no deseados por ser conflictivos respecto de intereses personales, familiares, sociales y hasta por control de natalidad, pero con relaciones sexuales consentidas.

¿Por qué el debate sobre la despenalización del aborto desnudó el de la conciencia?
Yo escribí en un artículo que intención de legalizar el aborto a demanda desnudó la pretensión de abortar la conciencia. Y esto es por la forma en la cual se trató en los medios y otros espacios. Porque fue patente la marcada tendencia a una ética del vale todo en la cual ya ni siquiera se atiende a la propia evidencia científica y mucho menos a sólidos argumentos. Lo único que importó es no ser estorbado ni obstaculizado en la concreción del propio deseo, incluso a costa de la vida ajena.
En este sentido, no importó ser oportunista, ventajero o mentiroso, y que el accionar bajo principios ordenados por un deber y un valor resulta hoy anticuado y retrógrado.
Se desnudó el aborto o la muerte de la conciencia moral en gran parte de la sociedad que ha renunciado a sus principios fundacionales y su autonomía.

Básicamente, gran parte de la sociedad legalizó el aborto de la conciencia del deber, ante el cual el hombre renuncia a sus intereses o deseos incluso a un costo altísimo, quedándose solo y pobremente con el interés por el cual se paga un precio sólo si satisface o sirve en algo.
Esta muerte de la conciencia explica la falta de vergüenza de muchos que han especulado políticamente, militado o han votado a favor de un proyecto de ley sin ni siquiera saber defenderlo con argumentos válidos, legales o axiológicos, y más aún en contra de sus propias declaraciones anteriores. Es por ello que el problema radica en que al ya no haber conciencia en una gran parte de la sociedad, la vergüenza no tiene dónde corroer como el más incómodo sentimiento autorreferencial del cual no podemos escapar, y que nos obliga a tomar un mínimo de responsabilidad sobre nosotros mismos.
Luego, no sorprende la falta de justicia, ya que la vergüenza, siendo el primer sentido de responsabilidad para con uno mismo, es nuestra primera demanda interna de reparación. Por eso carecemos de justicia, porque fundamentalmente carecemos de vergüenza dado que no hay conciencia.

En uno de sus artículos, usted postula que el del aborto no es un problema sanitario, jurídico o económico, sino humano. ¿No encuentra algunas aristas en el problema que lo sean?
Siempre la evolución de un problema deviene tangencialmente en otros dominios, pero el foco del problema es humano, porque es el único ser quien se relaciona con un significado axiológico, y sobre el cual se impone el “no asesinarás” ya desde la base de toda conformación social y del propio contrato social, prohibiendo quitar la vida de otro arbitrariamente. Luego, la discusión es si uno puede matar a otro, sin importar en qué etapa madurativa se encuentre, porque es conflictivo con mis intereses. Real fundamento del proyecto para legalizar el aborto a demanda. Ahora, a esta pregunta se la pretende disfrazar con ropajes de salud pública, economía, derechos, etcétera. Pero no es una cuestión de salud pública, dado que ninguna política de salud pública puede promover la legalización para matar arbitrariamente a uno en pos de resolver un conflicto de intereses sociales o psicológicos de otro. Salvo, claro está, en regímenes totalitarios como hemos visto a lo largo del siglo XX.
No es un problema de derechos dado que si los derechos son humanos, estos recaen sobre todo ser humano, y por ello desde la concepción, tal como incluso establece nuestra Constitución y los tratados internacionales a los cuales adscribimos con rango constitucional. Y desde ya, sin poder argumentar un supuesto derecho sobre el propio cuerpo, dado que no sólo son dos cuerpos distintos, probado por cualquier ecografía, sino que se trata de dos vidas humanas distintas, una albergada dentro de otra, ya que el embrión es una nueva entidad biológica humana actual, con ADN diferente de quien la alberga y con fuerza inherente de crecimiento y desarrollo, que nacerá al cabo de nueve meses.
Es decir, la vida humana es un proceso continuo manifiesto desde la concepción hasta la muerte, sin que exista un punto de inflexión objetivo y racional en la categoría de ser humano.

¿Qué pasa con la problemática actual, de la existencia del aborto ilegal? ¿Cómo y desde qué ámbitos deberían abordarse?
Si el criterio para legalizar una acción tipificada como delito es la cantidad de ocurrencias y el hecho que siempre existirá, luego, legalicemos también la evasión impositiva, el latrocinio, el homicidio en ocasión de robo, el secuestro extorsivo y otras tipificaciones penales. Si el argumento para legalizar el aborto a demanda es por la desgraciada muerte de las mujeres en abortos clandestinos, legalicemos también el hurto famélico por cuanto quien se ve obligado a cometer hurto desesperado por comer, puede morir en el intento a manos del propietario. Luego, démosle desde el Estado las garantías y seguridad para que el hurto se produzca de forma segura. Esto es, si en lugar de resolver el problema de los embarazos no deseados pero con relaciones sexuales sí deseadas y consentidas, eliminamos el humano concebido como producto de dicha relación, bien podríamos resolver bajo el mismo criterio la desnutrición prenatal matando a los fetos desnutridos, o la pobreza matando a los pobres.

¿Qué le parece que hay que hacer?
Hay que resolver y no eliminar. Hay que resolver el problema original que es el de los embarazos no deseados pero con sexo consentido, trabajando para implementar desde todos los ámbitos necesarios, políticas de educación y formación sexual eficientes, políticas de contención de la mujer en conflicto con su embarazo más campañas anticonceptivas eficaces, y de hecho responsabilizar al varón como copartícipe de la mujer que aborta ilegalmente, en caso que la haya abandonado y más aún instigado al aborto ilegal. No hay que olvidarse que según el informe de mortandad mundial, los embarazos no deseados ocurren mayormente entre los 14 y 19 años.
Pero estas políticas no se discutieron y de hecho no existe en el proyecto presentado, porque claramente no se quiere resolver el problema sino adoptar ciertas leyes por intereses ajenos al bien social e individual. Si eliminamos en lugar de solucionar, estamos promocionando una cultura del despojo, donde el individuo se despoja de sus responsabilidades ante actos conscientes y voluntarios pero con consecuencias no deseadas, incluso a costa de la vida de otro; y el Estado, despojándose de su función primera de proteger a todas las vidas bajo el espectro de su poder y de interponerse ante la injusticia de la imposición del más fuerte sobre el más débil.

Enfoque bioético
La actividad organizada para el martes 28 se lanzó bajo la convocatoria de “El aborto como problema bioético”. El debate “pretende ser un espacio de intercambio de posturas y voces distintas, en que asistirán por ejemplo representantes del clero católico, entre otros. Además será una oportunidad para plantear una visión judaica del problema”, destacó en diálogo con época el rabino Ezequiel Neuah, referente de la Asociación Israelita Latina de Corrientes, una organización religiosa y cultural judía que cuenta con más de 100 años de existencia.
La entidad es parte organizadora de la propuesta, que cuenta con el aval de AMIA.

Fuente: Diario Época