Un Testimonio Que Hay Que Conocer


Solemos informar sobre Hamas en relación a sus ataques a Israel y su declarada ideología opuesta a la existencia misma del Estado judío,  que traduce por cierto en acciones concretas.  Por ejemplo, en una publicación en el periódico israelí “Yediot Ahronot”, un avance sobre un reportaje amplio que saldrá este fin de semana sobre el jefe del Shin Bet Nadav Argaman  y lo que ha hecho en los aproximadamente dos años desde que inició sus funciones, se revela que en dicho lapso este servicio de seguridad ha logrado frustrar 500 atentados terroristas planeados por Hamas en Cisjordania. ¡500! Entre ellos, atentados suicidas y secuestros.

Evidentemente, esto va de la mano de una política propia de terroristas también en el plano interno de Hamas, o sea donde es gobierno: la Franja de Gaza. Desde hace 11 años, Hamas utiliza sus recursos en Gaza para su infraestructura, no aporta absolutamente nada a la población civil que tiene a su cargo y además, la pone en peligro con innecesarias provocaciones a Israel.

Y no sorprende. No se es terrorista ante el vecino y demócrata en casa. No funciona así. Los palestinos de Gaza no viven en libertad, pero no porque Israel no permite libre paso por sus fronteras-claro que no tiene fronteras abiertas con Gaza dado que está gobernada por Hamas- sino por el régimen opresivo y cruel que los domina. Terroristas con Israel y terroristas con su pueblo.

Hoy compartimos aquí un testimonio poco común, desde adentro, transmitido por la propia Televisión Palestina desde Ramallah, gracias a una filmación seguramente hecha con mucho cuidado, en la propia Gaza. Aunque claro está que la Autoridad Palestina que controla dicha emisora tiene interés en todo lo que pueda mostrar lo oscuro del régimen de Hamas, ese no es aquí el tema. Lo central es lo ocurrido. Un caso que más que nos atrevemos a afirmar es sólo el ejemplo, el que salió hacia afuera, de muchos más que deben ocurrir a menudo.

Lo central es lo que ocurrió, el desgarrador relato del niño, la frustración e ira de sus padres, que piden ayuda al mundo árabe y dicen que esto debe terminar.

No suelen salir numerosos testimonios con rostros descubiertos, nombres y apellidos. Pero Muhamad Adham Abu Anzah(13) y su padre, decidieron no callarse. También la madre habló, aunque con el rostro cubierto, pero eso probablemente sea por el recate tradicional en familias religiosas, no necesariamente por  temor.

Decidieron no callarse porque a Muhamad casi lo matan. ¿Quién? Matones del brazo armado de Hamas, que acusaron al niño de haber golpeado al hijo de uno de los jefes de dicha milicia Izz al-Din al-Qassam. Muhamad lo niega. Y aún si lo hubiera hecho ¿justifica esta locura?

La organización Palestinian Media Watch difundió ayer, traducido al inglés, el reporte transmitido  por la televisión de la Autoridad Palestina el 22 de agosto, con explicaciones de Itamar Marcus (su director) y Nan Jacques Zilberdik.

Quien esté interesado en el video-en el que aparecen algunos fragmentos- puede simplemente buscar en internet Palestinian Media Watch y aparecerá el portal o hacer click en el link de abajo.  Esta noticia, el miércoles de noche, estaba encabezando la página.

http://www.palwatch.org/main.aspx?fi=157&doc_id=26243

El niño aparece en pantalla describiendo lo que ocurrió, muestra las marcas de los golpes que recibió, sus diversas heridas, y solloza al detallar cómo seis hombres de Hamas lo torturaron tras encerrarlo en una habitación dentro de una mezquita.

“Me agarraron y me llevaron a una pieza. Empezaron a golpearme con facones y un látigo. Uno me rompió el dedo. Exijo justicia. Cuando uno terminó o se cansó, vino otro y siguió golpeándome con un cinturón. Me dieron en el cuello con un hierro. Eran seis. Siguieron pegándome hasta que llegó la policía. Y ahí, la policía me arrestó a mí. Cuando llegó a mi padre empezó a gritarles y luego me liberaron”.

Y este fue el testimonio del padre:

“Conocemos a los que lo golpearon. Lo trataron como a un sacrificio . No es necesaria esta barbarie. Torturarlo y golpearlo dentro de una mezquita, atarlo, pegarle con cadenas. Su alma estaba quebrada. Quería suicidarse! Me dijo: ´Papá, yo no hice nada´.  Si nos mantenemos en silencio sobre algo así hoy, mañana podrán hacerle lo mismo a un niño pequeño, de 2 años o de 6 meses. Pueden matarlo. Hay gente que me ha amenazado a mí directamente diciéndome que matarán a mi hijo de 13 años Adham. Estamos en una prisión. Si alguien dice algo o levanta la cabeza, ellos lo matan.

Y el caso lo arreglan de antemano: dirán que es un colaborador o que estaba involucrado en prostitución”.

Y agrega una súplica: “Imploro a las organizaciones de derechos humanos, a los países árabes, y a todas las organizaciones, que nos apoyen”.

Y la madre de Muhamad agregó:

“Puede ver las marcas de los golpes en mi hijo. Golpes así, por Alá, ni a animales se les golpea de esta forma. No importa qué hizo el niño. Es un menor. Lo golpeas, lo matas, le atas las manos a la espalda porque le pegó al hijo de uno de Hamas, de los líderes, de los comandantes de Al-Qassam, de las milicias, no del liderazgo de hamas. Hemos aceptado la falta de respeto. Hemos aceptado la humillación. Lo hemos aceptado, sí, cuando se lo hace a adultos. Pero cuando se llega a los niños…¿qué más queda en el mundo?Nada bueno queda ya”.

Es difícil leer y ver el testimonio e imaginar la situación.

Esto, ineludiblemente, nos devuelve a una noción que siempre tuvimos muy clara y que parecería que muchos en el mundo no entienden. Cuando a raíz de violencia organizada por Hamas contra blancos israelíes Israel toma medidas para lidiar con las amenazas y en su respuesta mueren o resultan heridos palestinos (lamentablemente sucede a veces son perjudicadas personas que no estaban directamente involucradas), las reacciones de diferentes organizaciones o figuras públicas en distintas partes del mundo condenan únicamente a Israel. Es raro oír, salvo de algunas pocas democracias, una condena directa a Hamas, aunque sin sus atentados, Israel no dispararía ni un tiro.

Pues esa actitud no ayuda a los palestinos sino que fortalece a Hamas, lo envalentona, le hace creer que puede actuar a su antojo. Y la víctima de ello no es solamente el blanco israelí de turno, sino la propia población palestina de Gaza, dominada por Hamas.

La próxima vez que en algún lado se dispongan a hacer una declaración culpando a Israel por la violencia en la zona, sin mencionar siquiera a Hamas, sería bueno que se acuerde…de Muhamad Adham Abu Anzah, un niño palestino de Gaza.