La Shoa fue una de las tragedias más terribles de la historia. Muchos países fueron indiferentes en esos tiempos.
Hoy día la Shoa es reconocida y estudiada en muchos países occidentales . Pero, ¿qué pasa en los países islámicos?
La propaganda antiisraelí y la falta de educación sobre el tema han hecho que millones de musulmanes sean indiferentes a la crueldad del nazismo. Por ello es una obligación del liderazgo religioso musulmán presentar los hechos como fueron y ponerlos en el contexto histórico adecuado.
La Shoa no surgió de la nada. Fluyó del antijudaísmo histórico y del antiguo odio al judío. Los nazis orientaron la propaganda contra los judíos para lavar el cerebro de una sociedad. Los nazis fueron los precursores del boicot a comercios judíos, una estrategia que hoy intenta potenciar el BDS palestino. En toda Alemania y Austria había carteles que describían a los judíos como monstruos y se instaba a no comprar en comercios judíos. En 1940 se exhibía en los cines alemanes la película antijudía "El Judío Eterno " y los maestros en clase advertían sobre la peligrosidad de la maldad judía y se preparaban para la Solución Final. No era un secreto que la Alemania nazi concentraba esfuerzos para apoyar a líderes árabes antibritánicos en el Medio Oriente en los años de la Segunda Guerra.
La demoledora maquinaria de propaganda nazi que desarrollaría Hitler en el poder llegó a diversos lugares del mundo. Radio Berlín tenía transmisiones en árabe y persa.
Hoy, grandes sectores del orbe no escucharon sobre la Shoa ; o lo que es peor, la niegan. En su escalada de odio antijudío, sectores islamístas niegan la Shoa como hecho histórico.
¿Por qué es tan importante conocer la Shoa y pelear contra su negación ?. Porque la misma puede reorientar su viento huracanado hacia conciencias adormecidas. La indiferencia de muchos frente a los dramas de la Shoa es fruto de la falta de una educación digna o la continuación de una campaña negra de desinformación. No hay conciencia sobre estas carencias.
El mundo musulmán no debe estar ajeno a combatir estas manipulaciones. La intelectualidad musulmana debe explicar a sus poblaciones y despojar a la misma de su uso antiisraelí. El Islam sostiene como valores, aunque el terrorismo islamista sostenga lo contrario, la verdad, la caridad y la defensa del perseguido.
Sobre la intelectualidad y políticos musulmanes honestos recae la responsabilidad de denunciar y combatir el odio antijudío. Es una obligación moral islámica despertar conciencias sobre esta tragedia.