¿Alguien se acuerda de Nisman?


Desde hace casi cuatro años los argentinos estamos esperando con las manos impotentes y vacías de esperanzas que las denuncias y el artero asesinato del fiscal Alberto Nisman tenga una mísera respuesta de la justicia argentina y de todos los poderes políticos de turno.

En nuestra sociedad argentina se han instalado los olvidos: el olvido a la corrupción, el olvido al narcotráfico, el olvido de ser víctima de un delito, el olvido de que existe la pobreza y muchos tantos otros olvidos.

Alguna vez Pablo Neruda dijo: “Es tan corto el amor y tan largo el olvido“.

El olvido es uno de los eventos más importantes y decisivos que vienen utilizándose a través de la historia para controlarnos a los seres humanos pues se han instalado deliberadamente para poder manipularnos a través de esta verdadera cultura del olvido.

Y hoy los argentinos estamos adormecidos, nos han incorporado el olvido a nuestras vidas cotidianas para que la indiferencia sigue golpeando las puertas de nuestra sociedad.

Y a los argentinos nos instalaron el olvido.

El miércoles 14 de enero de 2015, el fiscal especial para la causa AMIA, Alberto Nisman, nos sorprendió al presentar ante la Justicia una denuncia contra varios funcionarios del gobierno nacional.

El domingo 18 de enero, cuatro días después de su denuncia y un día antes de que se pueda presentar en el Congreso, Alberto Nisman, fue encontrado sin vida en su departamento de Puerto Madero.

Debía presentarse ante el Congreso con las pruebas sobre las negociaciones de blanquear a los iraníes acusados aunque Nisman nunca logró conocer si sus acusaciones fueron confirmadas o no por la justicia argentina y nosotros tampoco.

¿Suicidio inducido o asesinato?

Cabe recordarnos que el fiscal Alberto Nisman apareció muerto un 18 de enero de 2015 mientras investigaba el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires con sus 85 personas muertas y 300 heridas y el mayor ataque terrorista en la República Argentina cuando las evidencias responsabilizan al Gobierno de Irán por el ataque, pero la causa judicial está esperando en el freezer de la justicia argentina pese a estar vigente una orden de captura contra un grupo de ex funcionarios iraníes y un ciudadano libanés.

Nos decía al respecto, José Ortega y Gasset: “El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar”.

¿Cómo se ha logrado instalar este olvido?

· Decían algunos que: Alberto Nisman se ha suicidado y murió por voluntad propia y no ajena.

· Opinan otros que Alberto Nisman fue un agente de la CIA, del Mossad, del M16 y de la KGB.

· Parecía entonces que Alberto Nisman fue un agente de los “holdouts” de Paul Singer, del Banco Mundial, del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional.

· Sospechan otros que Alberto Nisman fue un fiestero, se dedicaba a las “minas” y era un lujurioso que se sacaba fotos con chicas en los boliches de Palermo.

· Los más desconfiados opinan que Alberto Nisman murió a causa de un crimen pasional homosexual.

· Hasta se ha escuchado que Alberto Nisman fue agente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) y también de la Junta de Fomento de mi Barrio.

· Y como esa guinda del postre, murmuran que Alberto Nisman fue un ñoqui que produjo malversación de caudales públicos, realizó actos de cohecho y además traficó con yuanes y dólares truchos.

Nos susurraba al oído Homero Manzi: “Después…Vendrá el olvido o no vendrá y mentiré para reír y mentiré para llorar“.

Sabemos que el olvido y la indiferencia son utilizados en todos los tiempos como una poderosa arma de dominación, de sojuzgamiento y de alineación pero los recuerdos olvidados no desaparecen, sino que sencillamente son guardados en la fosa del inconsciente.

Cuando a los argentinos nos quisieron instalar el olvido necesitamos recordar a Bertolt Brecht cuando nos decía: “¡Contra la injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido”.

Un viejo tango opinaba: “……, bebiendo para olvidar. Llene nomás esa copa, que así mis penas se van…” pero hoy los argentinos ya no estamos adormecidos por el olvido que nos han querido instalar en nuestra cotidianeidad y la indiferencia ya no seguirá golpeando más las puertas de nuestra sociedad.

Aunque alguna vez Pablo Neruda nos dijo: “Es tan corto el amor y tan largo el olvido” pero a los argentinos ya no nos impondrán más ese olvido.

Por todo esto, los ciudadanos argentinos hoy ya vencimos al olvido y la indiferencia y elegimos la Verdad.

Por todo esto y por mucho más, los argentinos hoy nos seguimos acordando de Nisman.

Por Guido Maisuls
Fuente: www.identidades.com.ar