De visita a Israel, en estos dìas, vivi una de las
situaciones casi “ cotidianas “ para el israelì nativo pero raras para un
argentino como yo.
Estoy viviendo en una Ishuv al norte de Jerusalem; unos 15
minutos de la capital hebrea. La zona siempre ha sido muy segura y no he visto
casi policia.
Hoy por la mañana, luego de salir de la sinagoga, note un
policia en motocicleta cerca de la parada de los buses. Fui a la casa donde vive
mi hija, tome mi campera y me fui a la misma parada de todos los dìas para
viajar a Jerusalem. Para mi sorpresa de neofito encontrè en la parada- estaba
yo solo- una bolsa verde y unos diarios a su lado. Como buen curioso intentè
abrirla olvidando lo que en este paìs significa encontrar un bulto desconocido.
Desde donde estaba el policia me advirtió que me alejara urgente y allì me di
cuenta del error cometido. Lo hice presuroso pensando que el mismo policia me
amonestaria severamente. Sin embargo me dijo que la parada y la calle esta
bloqueada hasta la llegada de el cuerpo antiexplosivos. Mire a mi alrededor- y
aun no se como- aparecieron sin sirenas una media docena de autos de seguridad
que bloquearon la calle y el transito. A los dos o tres minutos apareciò una
camioneta de la que bajo un zapador operando un robot- se ve apenas en la
foto. El robot se dirigio al artefacto, lo levanto, lo sacudio de un lado al
otro y lo acerco al zapà dor que lo reviso manualmente.
Era solo basura que alguien dejo negligentemente. Pasaria
todos los dias en Buenos Aires.
Este leve incidente me permitiò ver que en este paìs la vida
vale y hay policia con protocolos especiales que te cuidan de los minimos
detalles. Pense que esta actitud no es mas que una version actualizada del
precepto hebreo de “santificar la vida “.
Podrìa contar miles de cosas quizas mas interesantes del paìs
pero asistir a una movilización gigante por un paquete en una parada perdida,
me parecio un ejemplo elocuente de lo preparada que Israel esta para enfrentar
el terror cotidiano. Y cuanto la vida vale.