"Tratá de que no se sepa, por las dudas". El consejo que le daba a DarÃo Gold su madre era imposible: que sus compañeritos de la escuela pública a la que iba en Caballito no se dieran cuenta de que él es judÃo. "Todos sabÃan, pero era la manera de querer protegernos de la discriminación. Los dos atentados eran muy recientes y todos andábamos con cuidado", cuenta DarÃo, que hoy tiene 42 años y trabaja en una empresa exportadora. "Los tiempos cambiaron, pero los que somos judÃos, de alguna manera siempre sufrimos acoso o comentarios discriminatorios", dice.
Las denuncias por antisemitismo crecieron un 500% en el último año, de acuerdo con el reporte anual que confecciona la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). Si en 2017, fueron 404 los ataques contra la comunidad judÃa, el informe preliminar de 2018 apunta que fueron más de 2000 las denuncias. El crecimiento del hostigamiento contra los judÃos resulta preocupante para las autoridades de entidades de esa colectividad, a dos dÃas del brutal ataque recibido por el gran rabino de la AMIA, Gabriel Davidovich, en su domicilio en la zona de Once.
El 72% de los judÃos que viven en el paÃs sufrieron o presenciaron algún tipo de discriminación, según el último mapa de la discriminación publicado por Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). De entre ellos, el 57% dijo haber sido vÃctima directa de agresiones. De hecho, los judÃos son el grupo que más experimentó discriminación por motivos religiosos, después de los africanistas (aunque en ellos se suma otro tipo de discriminación, la racial).
Desde hace 20 años, la DAIA realiza un informe anual de antisemitismo basado en las denuncias que recibe en su sede. Pero de la mano de las redes sociales y los foros anónimos, los ataques se han incrementado. Más del 90% de las denuncias procede de ataques virtuales. Las pintadas, las agresiones y las profanaciones de tumbas han disminuido su proporción al ritmo del que proliferan las expresiones xenofóbicas en las redes.
Durante el último año, la mesa de entrada de denuncias de la DAIA recibió llamados, visitas y correos electrónicos a diario: más de cinco cada dÃa. Según explican, cada vez que en los medios se publica alguna noticia vinculada a la comunidad judÃa, de cualquier tipo, desde el conflicto de Medio Oriente hasta la historia de Ana Frank o el caso Nisman, en las redes sociales y en los foros de los mismos medios de comunicación proliferan todo tipo de mensajes que van desde insultos a los judÃos, reivindicaciones de Hitler y del régimen nazi, incluso de personas que niegan que haya existido el Holocausto, y los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA y que insisten en llamarlos "autoatentados".
Denuncias judiciales
El aumento de las denuncias obliga a las autoridades de la DAIA a trabajar de manera semanal: una vez por semana, la dirección Ejecutiva, el departamento PolÃtico, el departamento JurÃdico, y el departamento de Asistencia Comunitaria y Centro de Estudios Sociales se reúnen para analizar y canalizar las denuncias por hechos antisemitas. En muchos casos, esto deriva en denuncias legales o en reuniones con los responsables de las publicaciones editoriales para evitar que este tipo de comentarios anónimos y discriminatorios acompañe a las publicaciones.
"El antisemitismo es un prejuicio que todavÃa sigue muy impregnado en la sociedad que queda en evidencia cuando observamos el crecimiento del discurso antisemita en las redes sociales. Queda un enorme trabajo por realizar para detener el preocupante incremento de mensajes de odio en el mundo virtual", apunta Marisa Braylan, directora del Centro de Estudios Sociales de la DAIA y responsable de los informes de antisemitismo en Argentina.
Desde el año pasado, al call center de denuncias, (atienden en el 4378-3212 / 4378-3216 y por correo en dac@daia.org.ar) se le sumó la posibilidad de denunciar mediante una aplicación: "App DAIA", que busca que el registro y la denuncia sean inmediatas.
Negacionismo
Ya en 2017, cuando hubo 404 denuncias, se registró un crecimiento de los ataques en un 14%, respecto del perÃodo anterior. "Como viene sucediendo en los últimos años, en su mayorÃa sucedieron en el campo virtual", señala el último informe publicado por DAIA. "Este trabajo de investigación revela la presencia de la banalización y la negación de la Shoá, asà como afirmaciones apologéticas sobre esa tragedia. Esta realidad nos insta a seguir trabajando sobre la temática dada su lamentable vigencia", apunta.
El anexo final de la publicación compendia las denuncias recibidas. Entre ellas, por ejemplo, se apunta a un grupo de raperos, que en sus espectáculos callejeros, en la zona de Recoleta hacen bromas sobre las vÃctimas del Holocausto. O se señala que cuando asumió su banca como diputada Miriam Bergman, le gritaron "judÃa de m.".
También se denuncia la agresión que sufrió un grupo de la escuela ORT, que fueron agredidos por otro colegio, con insultos antisemitas durante su viaje de egresados. Se incluyen algunos de los mensajes que se publicaron en Twitter, en distintas apariciones públicas del rabino Sergio Bergman, secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable: "El problema de Bergman es que es pelado y judÃo", publicó un usuario de esa red social, lo que movilizó una denuncia.
Discriminación laboral
También se registró discriminación laboral: un joven que se comunicó con el centro de denuncias, apuntó que en su trabajo no le permitÃan tomarse los dÃas festivos de la comunidad judÃa, contemplados por la ley argentina. Cuando consultó en Recursos Humanos de esa empresa, le dijeron que era injusto que tuviera más dÃas que sus compañeros. Esto derivó en una intervención de la entidad judÃa en el caso.
Una señora se acercó hasta la mesa de entrada para denunciar que el encargado del edificio en el que vive, en la ciudad de Buenos Aires, las escupió a ella y a su madre y les dijo que las iba a hacer jabón, que eran "judÃas de m.". Un episodio similar ocurrió en la provincia de Buenos Aires: otra mujer denunció que recibió insultos por parte de la administradora del edificio y que después, en la puerta de su departamento le dejaron trozos jabón y marcas con forma de esvásticas.
Los foristas y los tuiteros son un capÃtulo aparte del libro de denuncias: "No son argentinos sino el pueblo elegido para ser linchado", publicó un usuario. "No importa el tema. Cada vez que se publica algo vinculado a la comunidad aparecen comentarios de ese tipo", apunta Braylan. Por ejemplo, en una nota publicada en un diario sobre Ana Frank, un forista comentó: "Se trata de otra fábula judÃa". Otro agregó: "Todo un invento, los campos de exterminio son un invento". Y otro más sumó: "Hasta cuándo quieren currar con lo del Holocausto". A lo que otro le contestó: "Hay que dejar de robar con el Holocausto por lo menos por dos años".
Otras de las lamentables expresiones que se leen en el informe son: "Estos tipos ya no saben qué inventar para sacar dinero"; "Callate jabón", o "Ni loca vivirÃa cerca de un judÃo".
En 2011, a partir de una denuncia de este tipo, la DAIA le ganó un juicio a Google y logró que el gigante de internet tuviera que modificar su sistema de búsquedas, ya que proponÃa contenido antisemita asociado al término "judÃo". Google Instant es el sistema que intuitivamente asocia términos de búsqueda. Pero cuando alguien escribÃa "judÃo", el buscador lo asociaba con un jabón y con el término avaro. Si se buscaba "Holocausto", se asociaba "holocausto mito" o "holocausto mentira" o remitÃa a un panfleto antisemita nazi. El 16 de mayo de 2011, el Juzgado Civil 46 resolvió a favor de la denuncia de DAIA y obligó a Google a modificar su mecanismo de búsquedas.