REALMENTE… ¿FUE SÓLO POR DINERO?


Durante la madrugada del pasado día 25/02/2019 se produjo un asalto en el domicilio privado del Gran Rabino Gabriel Davidovich, referente en el SUPERIOR RABINATO de AMIA. En el transcurso del suceso, el nombrado sufrió muy serias lesiones personales que aún continúan siendo atendidas por los facultativos respectivos.

Cabe destacar que los sujetos participantes no se habrían infiltrado al azar, habida cuenta que en algún momento del hecho éstos le espetaron al RAB que sabían quién y qué era dentro de nuestra “colectividad”… Esto último presupone una clara intimidación hacia parte de nuestra dirigencia comunitaria.

Pero… y pensando que solo fueron a robar, se imponen dos preguntas lógicas:

¿Cómo llegaron a la suposición de importantes dineros en ese domicilio?

¿Cómo se enteraron acerca de quién era allí su morador?

Hay tres respuestas obvias…

Una intensa tarea de inteligencia previa.

Un comportamiento desleal en alguien cercano.

Una conjunción de ambas previas.

Sumados a la evidencia de un domicilio evidentemente poco seguro… dichas respuestas convergen en ciertas y obligadas conclusiones, y éstas imponen implementar concretas medidas que prevengan toda repetición, como ser:

a) Una discreta pero eficaz protección personal y domiciliaria de nuestros principales referentes institucionales y/o religiosos, por parte de FF.SS. y/o por intermedio de nuestros propios “especialistas”.

b) Una mayor mesura en la información de sus respectivas presentaciones públicas.

c) Un cerrado control acerca de sus datos personales y/o cargos de desempeño.

d) El eficaz filtrado y registro de sus comunicaciones externas.

e) Una dura codificación de sus notas en los sistemas digitales en utilización, y la total y eficaz destrucción de todo desecho documental emitido y/o recibido… tanto sea por parte de éstos como de sus respectivos colaboradores inmediatos.

Solo actuando de éste modo, y si -aun así- igualmente surgiere algún evento parecido, podremos estar seguros de que es nuevo suceso FUE SOLO POR DINERO.

ALBERTO JORGE SILBERSZTEIN

Consultor en Seguridad