IRÁN Y LA CONEXIÓN NUCLEAR


Por Flavio Goldvaser

En el año 2015 la Administración Obama junto a sus aliados europeos firmaba un acuerdo de no proliferación nuclear con la Republica Islámica de Irán abriendo la posibilidad de terminar progresivamente con el embargo que sobre aquel caía. Reduciendo a menos de 100 las empresas alcanzadas por las sanciones internacionales vigentes. En aquel momento se estimaba que el país persa estaba en condiciones de desarrollar un artefacto nuclear en un plazo no mayor a un año y que aquel acuerdo pondría fin a su desarrollo nuclear.

A pesar de este acuerdo muchos en occidente pensaban que Irán seguía en secreto con la construcción de sus capacidades nucleares. Es por esto que la administración Trump reimpuso las sanciones a principios del 2018.

Una de las empresas alcanzadas y sujetas a las restricciones financieras y comerciales fue Tajhiz Sanat Shayan (TSS). Con dirección en la calle Yazdanpanah 67, Teherán, Irán. Especializada en productos tecnológicos que incluyen transmisores de flujo, analizadores de conductividad, niveles y medidores de presión y temperatura, como analizadores de concentración de ácido. Fue designada como asociada a la Guardia Revolucionaria Iraní. E incluida anteriormente el 23 de Mayo del 2011. Como ligada a actividades tendientes a la proliferación nuclear congelándose sus activos en Canadá, Suiza, Japón, EE.UU y la Unión Europea.

Es en este contexto que las agencias americanas realizan seguimientos constantes sobre estas empresas en sus intentos de obtener tecnologías y materiales que sirvan al desarrollo de aquellos programas.

Estas investigaciones que son llevadas adelante por parte del F.BI., del Homeland Security Investigations (HSI) y el Departamento de Inmigración (ICE). Dieron como resultado a fines del 2018 el arresto y condena a 5 años de prisión del ciudadano de origen iraní Arash Sepehri de 37 años.

De acuerdo a los documentos obtenidos presentados en su juicio. Sepehri es empleado y miembro del Directorio de la compañía iraní TSS. Quien trató de adquirir sonares de alta resolución, elementos electrónicos de lectura acústica, computadoras y otros elemento de hardware en violación a las sanciones económicas americanas. Así surge de la investigación que Sepehri y otros conspiraron para exportar a Irán estos elementos. Utilizando cuentas en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para realizar el pago. Y a una compañía china de transporte marítimo para intentar trasladar los productos a Irán.

Estos esfuerzos por parte del gobierno iraní para intentar obtener materiales sensibles de forma ilegal. Una vez más refuerzan los temores. Que aquel gobierno esté tratando de desarrollar capacidades nucleares para aplicación militar. Y convertirse en una potencia nuclear, lo que llevaría a una carrera armamentística en el Medio Oriente. Y es por esto que el gobierno americano presiona a sus aliados europeos a que vuelvan a imponer sanciones para obtener un cambio de régimen en aquel país.