El ataque lanzado por los terroristas de Hamas y Jihad Islámico el último fin de semana, en cuyo marco fueron disparados 700 cohetes en menos de dos dÃas hacia la población civil israelÃ, fue el peor desde la guerra del 2014. De hecho, la intensidad de la ofensiva y la asiduidad de las alarmas que sonaban cada pocos minutos, obligando a la gente a correr buscando resguardo, fueron propias de una guerra.
Y ahora, alto el fuego. Hasta nuevo aviso. Nadie en el sur de Israel tiene dudas de que es cuestión de tiempo hasta que los terroristas consideren nuevamente que les vale la pena volver a tirar de la cuerda y lanzar cohetes.
Estimamos que cada uno, en las distintas comunidades,ciudades, poblados, kibutzim y moshavim de la zona, puede ver la situación de otra forma, analizarla con otro matiz. Los testimonios que compartimos aquà no son producto de una estadÃstica o investigación cientÃfica y no tenemos cómo constatar que asà se siente la mayorÃa de la población de esa zona. Nuestra clara sensación es que sÃ. Lo seguro, es que estos testimonios, son de civiles israelÃes que viven en carne propia la situación: Janet Swierzenski, Cintia Levin, Pablo Leffler y Ruben Friedmann. Las dos primeras, residentes en el kibutz Nir Itzjak, los dos hombres, en Ein HaShlosha.
Comparten con nosotros su sentir y algunos hacen referencia a cómo será este año, tan poco después de la dura escalada, celebrar Iom Haatzmaut.
Janet Swierzenski (53) Janet Swierzenski en la explanada del acto de Iom Hazikaron, este martes, en su kibutz Nir Itzjak
En general, Iom Haatzmaut, el DÃa de la Independencia, es de las fechas que más me gusta festejar en Israel (junto con Shavuot y Januca)...Quizás porque en el mundo se puede festejar cualquier festejo religioso con la misma o mayor intensidad, pero el dÃa de independencia acá tiene, para mÃ, sabor a casa....Se siente la alegrÃa en las calles, llenas de banderas.
A diferencia de las festividades religiosas-en las que no se puede prender fuego- ésta es "la fiesta de las parrillas" , las reuniones familiares en los parques, los recitales al aire libre en todos los municipios y ciudades. Casi una fiesta de cumpleaños en azul y blanco.
Este dÃa de independencia será para mà un poco triste. Luego del fin de semana en que la guerra tiñó de rojo dÃas y noches, cobró vidas y dejó a mucha gente herida, no puedo estar ni feliz ni tranquila, ni planificar con alegrÃa el tradicional asado con familia y amigos. Aún no hemos logrado decidir qué hacer ni dónde.
Asà de intempestiva como llegó esta "mini guerra sin nombre"... se fue... y ahora hay que juntar los pedazos del rompeacabezas y rearmar nuestras vidas y volver a la rutina... como si nada.
¿Como si nada?
Muy difÃcil que sea asà nomás, ligeramente, vuelta a la "normalidad" …hasta la próxima ronda. Este año, la sensación, para mÃ, en el sur, en mi kibutz en la frontera con la Franja de Gaza es otra: mezcla de tristeza, rabia e impotencia. Un nuevo año de supervivencia en lugar de convivencia.
Este miércoles por la noche, cuando se cierren los actos por el dÃa del recuerdo a los caÃdos en las guerras de Israel, Iom Hazicarón, se abrirán los festejos de independencia. De la tristeza a la alegrÃa, en un flash, como nuestros últimos dÃas....Esperemos que esta vez los cielos se tiñan sólo con coloridos fuegos artificiales en lugar de 700 misiles de dolor.
¿ Jag Sameaj?
Ruben Friedmann (67 en Ein Hashlosha
Hizo aliá de Uruguay en 1973. Casado con Estela Waiserbas. Tienen dos hijos y cuatro nietos. Viven en el Kibutz Ein Hashlosha. Colaborador de “Semanario Hebreo”.
La verdad es que después del infierno que vivimos desde el sábado de mañana,con la lluvia de 700 misiles que aún retumban en nuestros oÃdos, con las 4 vÃctimas que dejaron viudas ,huérfanos y familias destrozadas .Con heridos que estarán meses para recuperarse ,con chicos que quedaron traumados por las explosiones al lado de sus casas y crecerán en una realidad de años sin horizontes de soluciones para vivir una vida normal. Y todo eso... ¿para qué ? Para que después nos den "pan y circo" con festivales de Iom Haatzmaut o de Eurovision.
Todo eso es màs importante para este gobierno que la seguridad de los que vivimos en la Frontera con la Franja de Gaza , a los que nos tratan como ciudadanos de segunda clase.
Nadie del gobierno israelà salió a dar la cara en todos estos dÃas. Les tiraron el fardo a oficiales del ejército cosa de que tengan la excusa de echarle las culpas si en el mundo nos critican por “desproporción”.
Y después de todo nos dirà n que el Hamas y el Jihad Islámico recibieron un “masazo” ¿Un "masazo" ¿Hasta cuándo? Hasta la próxima ola de violencia cuando se les acabe el dinero que les pasan de Qatar. Y otra vez volverán a"exprimir la naranja" porque saben que el gobierno que está en Jerusalem sabe mucho de amenazas pero no sabe darle seguridad a los que vivimos en la frontera con Gaza. Y ya que lo único que importa es Eurovisión : Hannie,Sinwar y toda la banda del Hamas y el Jihad Islámico se llevan los millones de dólares y "Douze points", como se dice a quien recibe el máximo de puntos en Eurovision.
Pablo Leffler (62), como siempre, en los campos de Ein Hashlosha
Agricultor, miembro del kibutz Ein Hashlosha. Llegó de Uruguay
Casado con Nili. Tienen un hijo que trabaja con él en el campo.
En esa situación uno está siempre pensando en encontrarse en un sitio a mÃnima distancia al refugio porque en nuestra zona tenemos sólo 15 segundos (y a veces hasta menos ) para protegernos del misil.
Siempre me quejo de que los sábados sólo hay en la tele programas viejos de esos que vimos varias veces y te los conoces de memoria. Este fin de semana, todos los canales dejaron de lado sus programas repetidos para dar información de los acontecimientos en forma continua, las 24 horas. Y sin embargo me dije a mi mismo que era como si fueran noticieros repetidos con frases y fotos que ya hemos visto una y otra vez en los últimos 18 años. Un "deja vu" muy fuerte, porque esto ya lo vivimos tantas veces.
Cintia Levin (48) y Claudio Levin con sus tres hijas
Tiene tres hijas: Maayan (18), Tali (16) y Adi (10). También una hija adoptiva Tova, que está haciendo su servicio militar, en una baterÃa de la Cúpula de Hierro.
El sábado pasado a las 10:00 de la mañana, cuando querÃamos disfrutar del Shabat, salir en bici, sentarnos afuera al sol, empezaron los ataques con cohetes a nuestra zona, desde Gaza, también a nuestro kibutz. Gradualmente fue más y más y se extendió a las ciudades de Ashkelón, Beer Shevá, Ashdod y muchas más.
Estábamos en familia, los 5 en casa, por suerte.PodrÃa haber sido distinto ya que Maayan, nuestra hija mayor, está haciendo su servicio militar. La dejaron volver a casa. También nuestra hija adoptiva de la unidad “GarÃn Tzabar” vino a casa.
Los ataques te vuelven atrás a los momentos vividos en especial en la última guerra. Cualquier ruido te altera y tratás de estar atento para escuchar si hay otro “tzeva adom”, la alarma que suena en nuestra zona.
Mi nena chiquita en especial empieza con miedos. No quiere ir sola al baño, prefiere estar en el mamad, o sea el espacio protegido dentro de casa y hasta para comer no hay normalidad: come parada y al final termina comiendo en el refugio.
Cada uno, a su manera, sin darse cuenta, comienza a alterarse y sentirse muy molesto. Además esta vez hubo muertos, y muchos heridos, y todo eso da mucha inseguridad.
El alto el fuego para nosotros no existe. Siempre hay " tiftufim", que traducido significa “goteos” , algún disparo cada tanto…Para nosotros es mucho peor de lo que eso puede sonar. Por aquà un globo con explosivos, por allà un cohete…y siempre siguen atacando.
TodavÃa tenemos la esperanza de que algún dÃa termine...
De todos modos, nadie nos quitará la posibilidad de festejar Iom Haatzmaut.
Hoy mi hija menor salió y se fue a los ensayos de rikudim, de baile, para la fiesta. Yo también. Me alivia saber que todavÃa siga creyendo, también ella como niña, que todo volvió a la normalidad y que nuestras vidas continúan a pesar de la realidad que se vive en nuestra zona.
Ojalá pasemos un jag en paz y tengamos de la fiesta sólo lindos recuerdos.
Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai