De todos los escándalos que suscitó la presentación del libro de Cristina Kirchner –uso electoral de la Feria, prohibición de entrada libre, agresión a una periodista–, lo peor ha sido una foto. Y por peor me refiero a una foto indecente, irresponsable y desalmada.
La foto es la del jeque Mohsen AlÃ, invitado al acto y situado en las primeras filas, para que los focos pudieran iluminar su insigne figura. El escándalo que su presencia tan notoria –no en vano es el equipo K el que decidió dónde situarlo– ha suscitado no se debe, por supuesto, a su condición de lÃder espiritual islámico, sino a las declaraciones y amistades del jeque, resumidas en corto por algunos datos alarmantes: clérigo de la mezquita de Flores, aparece en la denuncia del fiscal Nisman como “uno de los principales facilitadores de las comunicaciones entre grupos fundamentalistas iranÃes y Buenos Aires”; además estuvo estrechamente vinculado al agregado cultural de Irán, Mohsen Rabbani, imputado como uno de los autores intelectuales del atentado contra la AMIA, que provocó 85 vÃctimas mortales y 300 heridos.
Cabe recordar, además, que Rabbani fue uno de los iranÃes que el kirchnerismo cuidó para su pacto con Irán, que implicaba la retirada de la búsqueda de Interpol contra miembros de la guardia revolucionaria iranÃ, y que fue el escándalo más inmoral de todos los que acumula el kirchnerismo: vender la piel de las vÃctimas a sus verdugos, por intereses espurios.
Para más ironÃa –ironÃa del mal–, Moshen Alà intentó influir en la FiscalÃa para que se estudiara el caso como un “autoatentado”, es decir, que los judÃos se habÃan matado a sà mismos. En el mismo delirio, ha negado el Holocausto, ha difundido libelos antisemitas de manual y se ha manifestado con los Quebracho –abiertamente fascistas de izquierdas– a favor de Irán. Sus vinculaciones con Hizbulah son tan estrechas como es meridiano su pensamiento, homófobo, misógino y antisemita, tal es de rigor en el radicalismo chiÃ.
A partir de aquÃ, la pregunta es la del millón: ¿cómo es posible que una expresidenta, y presunta candidata a la presidencia de un paÃs que sufrió el peor atentado de la historia sudamericana, en manos de Irán, considere lógico que un lÃder abiertamente proiranà y vinculado a Hizbulah se sitúe en una posición de privilegio en el acto de inicio de su campaña? Un lÃder cuya ideologÃa responde a planteamientos totalitarios, intolerantes y abiertamente contrarios a la democracia. Y todo ello, con la preocupación de fondo de la penetración de Hizbulah en todo el continente, de la manita del régimen bolivariano, y de su dominio del entramado delictivo de la triple frontera. Lo dicho, la foto es indecente, no en vano cualquier idea-desecho vale para sumar votos kirchneristas; es irresponsable, porque blanquea ideas totalitarias; y es desalmada, porque escupe sobre las vÃctimas de la AMIA.
Fuente: La Vanguardia