AMIA inaugura “Týpos”, la instalación artística de Agustina Galarraga que reclama justicia a 25 años del atentado


¿El arte puede mantener la memoria despierta? ¿Consigue otorgar visibilidad sobre aquello velado, oculto, o poco manifiesto? ¿Es un modo de exigir justicia? Contundentemente, estas preguntas encuentran respuestas afirmativas en la muestra “Týpos”, de Agustina Galarraga, que el Espacio de Arte de AMIA inaugura este miércoles 10 de julio, a las 18:30, en el entrepiso de Pasteur 633.

Con proyecto y curadoría del director de Arte y Producción de AMIA, Elio Kapszuk, Agustina trabajó para su nueva instalación con las tipografías que pertenecieron a su tío Guillermo Galarraga, propietario de la imprenta que se encontraba frente a la AMIA, y quien fue asesinado en el atentado terrorista del 18 de julio de 1994.

En palabras de Agustina, los tipos usados en esta muestra son también sobrevivientes del atentado. “Pertenecieron a la imprenta Chiesa & Galarraga de mi tío Guillermo y su amigo Humberto. Se salvaron porque estaban en el depósito de Pasteur 611. Estuvieron 25 años guardados, en un burro de tipografía, tenían vidrio y mampostería de la explosión”, cuenta la artista.

“Humberto también es un sobreviviente de aquel 18 de julio de 1994. Él me prestó (los tipos), me contó su historia, me ayudó a limpiarlos y a ordenarlos. Estos tipos de plomo, son bellos y delicados, como la vida misma”, compara Agustina.

En la imprenta, las tipografías de plomo eran usadas para hacer invitaciones a casamientos, bar y bat mitzvá, todas celebraciones que transmitían alegría. Para la instalación, Agustina las utilizó para trabajar sobre una palabra que en los actos de cada 18 de julio se enuncia con fuerza cada vez que se leen los nombres de las 85 víctimas fatales, que es la palabra “presente”.

“La dicotomía entre presencia y ausencia, el sello y la impronta, el amor y el recuerdo a nuestros seres queridos” son –según define Agustina– los pares temáticos sobre los se basa su instalación. “Acompañan el rescate de la memoria y la búsqueda de justicia, el esclarecimiento, la lucha para que la verdad no quede bajo los escombros, ni cubierta de polvo”, señala la artista.

“El arte no necesariamente tiene que transmitir valores, pero cuando lo hace se transforma en una herramienta poderosa para frenar el trabajo corrosivo del olvido y denunciar la impunidad”, agrega Elio Kapszuk. “La muestra de Galarraga es la expresión categórica de esta perspectiva conceptual al hacer evidente el reclamo de justicia y el imperativo ético de no olvidar aquello que pasó”, concluye el curador.