Blanqueo de terroristas

Desde que era niña hemos visto a Ahed Tamimi agrediendo a soldados israelíes, quienes se dejaban golpear, patear, escupir, mientras las cámaras de sus familiares grababan los incidentes...


POR BEATRIZ DE RITTIGSTEIN

Desde que era niña hemos visto a Ahed Tamimi agrediendo a soldados israelíes, quienes se dejaban golpear, patear, escupir, mientras las cámaras de sus familiares grababan los incidentes; luego, divulgaban los videos para mostrar la supuesta “valentía” de la jovencita. Esas actuaciones recorrieron el mundo, lo que le valió fama, entrevistas, conferencias y hasta sesiones de fotografía para revistas de moda.

Pese a su propia violencia abusiva, Ahed vino a blanquear el historial terrorista de la familia Tamimi, la cual se ha vinculado, entre otras, con Leila Khaled, militante del FPLP, la primera mujer en participar en el secuestro de aviones comerciales.

Recientemente, circula en las redes un video traducido por Memri, de una entrevista a Ahlam Tamimi (tía de Ahed) en la TV jordana, en la que cuenta: “Mi tarjeta de periodista me permitía entrar y salir de Jerusalén. Las brigadas Al Qassam me asignaron misiones. Una era buscar posibles objetivos para operaciones de Jihad: restaurantes, centros comerciales, escuelas... Tenía que informar de las horas en que había más afluencia de público israelí para maximizar el impacto”. Así, recomendó la pizzería Sbarro como escenario del terror.

Hace casi 18 años, el 9 de agosto de 2001, un palestino que ocultó los explosivos en un estuche de guitarra entró en dicha pizzería en el centro de Jerusalén, cerca de las 2:00 pm, cuando el restaurante estaba lleno, y detonó una bomba de 10 Kg de explosivos, más clavos y tornillos, para asegurar un enorme daño. Murieron 15 personas, entre ellas, 7 niños y una mujer embarazada, y resultaron heridas unas 130.

El embate fue reclamado por Hamas y la Jihad Islámica, pero como una aborrecible recompensa, las familias de los terroristas que planificaron y perpetraron la masacre reciben gratificaciones de la Autoridad Palestina hasta el presente. Ahlam Tamimi planificó el ataque y se le sentenció a 16 cadenas perpetuas, aunque fue excarcelada en el intercambio por el soldado israelí Gilad Shalit, en 2011.

La joven Tamimi ha declarado que Leila Khaled es su referente y a su tía Ahlam la considera “una luchadora por la libertad”, sin importar el odio que manifiestan por los judíos y el apoyo al terrorismo. La imagen de Ahed es angelical, pero solo se trata de su apariencia.

Fuente: El Universal