UNA LUZ ROJA GIGANTE SE ENCIENDE EN LONDRES


A Richard Zimler, famosísimo escritor norteamericano, le suspendieron dos eventos en Londres por ser judío. La excusa: temor de los organizadores de que el movimiento BDS, antiisraelí, manifiesten fuera de la sala, entorpeciendo los eventos.

"Nunca hubiera esperado que me aplicaran prejuicios por mi judaísmo", dijo Zimler, quien iba a presentar en dichos eventos su nueva novela "El Evangelio según Lázaro", en una columna en el diario británico The Guardian. En los medios ingleses eso provocó un escándalo.

Y es un escándalo. Zimler mismo no tiene nada que ver con Israel, y ni siquiera visitó este país cuando se lanzó su novela anterior, "El último cabalista de Lisboa". Nadie pidió anular las presentaciones del libro, ni siquiera BDS, que se autodefine antiisraelí, supuestamente no antisemita.

Pero es un temblor telúrico. En Inglaterra de 2019 se anulan eventos culturales a ser protagonizados por judíos, por el solo hecho de que lo son. Y es Inglaterra, no Alemania de los años '30, ni Pakistán o Egipto (donde dichos eventos ni siquiera podrían organizarse).

Pero Inglaterra ya viene hace muchos años dando signos de hacia dónde va. La entonces canciller israelí Tzipi Livni tuvo que anular una visita en 2009 porque la justicia inglesa emitió una orden de arresto por supuestos crímenes de guerra.

En 2016, el ex director del Shin Bet, Ami Ayalón, se iba a presentar invitado por una organización de izquierda en un College de Londres, pero el evento fue volado en pedazos por manifestantes. Y eso que el evento era de izquierda.

En toda Europa, conferencias sobre los peligros del islam radical en la era ISIS, son suspendidos por temor a ofender a la comunidad musulmana local, lo pida ésta o no. Se sacrifica así la lucha contra el terrorismo de corte islámico radical en el altar de un multiculturalismo trasnochado.

Pero esto es diferente, si se quiere, un salto al próximo nivel. Ya no se trata de Israel ni de la insinuación de Israel o del conflicto en Medio Oriente. Zimler se aleja de la política como de la peste. Y sin embargo ocurrió. Ya sin máscaras: es judío -no "sionista": judío- y su evento es suspendido, por el solo hecho de serlo.

Es Alemania años '30. La luz roja debe encenderse gigante en todo Occidente. Decimos y repetimos: el antisemitismo no es xenofobia común. Es violencia y peligro de violencia, de intolerancia que empieza por los judíos y sigue con muchos otros. No tomar partido es tomar partido.

Fuente: https://www.theguardian.com/commentisfree/2019/jun/29/ive-never-met-antisemitism-in-britain-until-now?fbclid=IwAR0sToUs-46n-irHiBf_eCfQPnJg0GHYe0HlN4hDt60x04_7U5l8FgCmDSA

Gentileza de Meir Jaim