El falso suicidio del diseñador de Auschwitz

Un documental emitido por la cadena alemana TMZ sugiere que Hans Kammler, hombre fuerte de las SS, fingió su muerte poco antes de la caída de Berlín y se dio a la fuga con la ayuda de EE.UU.


Alto, delgado, rubio, enérgico. Con una inteligencia muy por encima de la media y completamente sin escrúpulos. Hans Kammler era muy popular en la alta sociedad del Tercer Reich y su efectividad muy apreciada por la cúpula nazi, entre la que gozaba de gran influencia. Kammler organizó la construcción de Auschwitz-Birkenau, Majdanek y Belzec, dotándolos de tecnología puntera que posibilitó el exterminio judío. Como jefe de la producción de las armas secretas de Hitler, trasladó la producción de cohetes V2 en tiempo récord a los túneles de Nordhausen.

En las últimas semanas de la guerra, realizó esfuerzos similares en los Alpes austríacos para desarrollar la producción del Düsenjet. Solamente por la cantidad de trabajadores esclavos que murieron bajo su mando en el país alpino habría merecido figurar entre los más destacados juicios de Nuremberg, pero eso nunca llegó a suceder. Basada en testimonios, todos ellos recabados en el entorno de sus subordinados, quedó establecida como versión oficial que Hans Kammler se suicidó el 9 de mayo de 1945 cerca de Praga. El hecho de que el cuerpo nunca fuera recuperado sembró ciertas dudas, pero así fue aceptado hasta que la cadena pública de televisión alemana ZDF, en un documental que será emitido por primera vez esta semana, se ha lanzado a refutarlo.

El SS Obergruppenführer Hans Kammler, nacido en 1901 en Szczecin, se doctoró en ingeniería civil y se afilió al partido Nazi en 1932. En 1940 se integró en las SS y a partir de 1942 trabajó en el diseño de las instalaciones para los campos de exterminio. Bajo su dirección fueron diseñadas las cámaras de gas y los crematorios y, una vez demostrada su gran capacidad en este campo, fue el encargado de construir las instalaciones para los distintos proyectos de armas secretas del régimen nazi, incluyendo las instalaciones fabriles y los bancos de prueba para el avión Messerschmitt Me 262 y los misiles V-2.

Después de las incursiones aliadas con el bombardeo en Peenemünde en la denominada Operación Hidra el 17 de agosto de 1943, Hans Kammler se encargó de trasladar la producción a instalaciones subterráneas, formando el llamado complejo Mittelwerk camuflado en el campo de concentración de Mittelbau-Dora. También le asignaron la construcción de las instalaciones en Jonastal y Karkonosze para investigar las armas nucleares y en Ebensee para desarrollar las V-2. En 1944, de hecho, Himmler convenció a Hitler para poner el proyecto V-2 directamente bajo el control de las SS y Kammler fue nombrado director de todos los proyectos de misiles y programas aeroespaciales.

El 3 de abril de 1945 Kammler se entrevistó por última vez personalmente con Adolf Hitler. «Kammler rezuma excelencia e inspira grandes esperanzas» escribió en su diario sobre el encuentro el ministro de Propaganda Joseph Goebbels. Todavía en el búnker, el 13 de abril Kammler mantuvo una conversación con Albert Speer en la que fue informado sobre el grave estado de la situación. La guerra estaba perdida.

«Contactar con los americanos»

El oficial comentó de manera confidencial con el arquitecto de cabecera y ministro de Armamento de Hitler la posibilidad de contactar con los americanos y el 23 de abril partió con rumbo a Ebensee, Austria, para reunirse allí con otros líderes de la SS y el 4 de mayo se trasladó a Praga. Esa misma noche comenzó el levantamiento de la ciudad y el 9 de mayo fue ocupada por el Ejército Rojo. Lo que sucedió a continuación forma parte del relato que hicieron sus subordinados en el juicio que tuvo lugar a partir del 9 de diciembre de 1957, en el que fueron juzgados por la masacre de trabajadores a manos de su unidad en el Bolsque de Arnsberg, entre el 20 y el 22 de marzo de 1945.

Kammler, acompañado por un oficial y un conductor y según fue declarado en ese juicio, huyó de la ciudad el 9 de mayo con dos vehículos y después de decir en días anteriores que «ya no quedaba ningún propósito para él». Se detuvo en un área forestal al sur de Praga. Les aconsejó a sus acompañantes que se abrieran paso a través de Alemania, y se adentró en el bosque. Poco tiempo después fue hallado muerto allí por el oficial SS Untersturmführer Heinz Zeuner, y el conductor Kurt Preuk, que desoyendo el consejo volvieron sobre sus pasos y dedujeron que se había suicidado al ingerir cianuro. Ellos mismos improvisaron en el bosque el entierro del cadáver. En 1948, dando por bueno este mismo relato, el tribunal de distrito de Berlín-Charlottenburg atendió la petición de la viuda Jutta Kamm y estableció judicialmente la muerte de Hans Kammler para hacer posible que cobrase la pensión.

Esta versión es ahora desmentida por el historiador Rainer Karlsch, que presenta pruebas de que, al menos en noviembre de 1945, Kammler seguía con vida y el ejército estadounidense tenía acceso a su ubicación. Karlsch basa sus afirmaciones en las declaraciones de los hijos de un oficial estadounidense que murió en 1997 y que había sido el encargado de interrogar y cuidar a Kammler. Además, junto al periodista Frank Döbert, con el que ha publicado también el artículo «Proyecto de Historia Internacional de la Guerra Fría» del Centro Woodrow Wilson de Washington, presenta documentos desclasificados que apuntan a que la inteligencia estadounidense ayudó a Kammler en su fuga. EE.UU., sin embargo, entendería pronto que se encontraba ante un brillante gestor pero no ante un segundo von Braun. Su destino final permanece en la oscuridad.

Fuente: ABC