Iom Kipur o el momento de reparar las injusticias


Por: Mario E. Cohen

El concepto del Iom Kipúr (conocido como Día del Perdón), que se celebra el miércoles 9 (comenzando al atardecer del día 8), es el de brindar la posibilidad de rectificación humana ante Dios. Confesar los errores e inconductas y expresar un sincero deseo de rectificación puede incidir favorablemente en la voluntad divina. Por otra parte, los agravios cometidos contra otras personas deben ser previamente perdonados.

Debe recordarse que el Iom Kipúr no es el único día para el pedido de perdón, está precedido por cuarenta días previos de oraciones especiales. Existen tres tipos de comportamiento especialmente valorados en las costumbres de estas festividades, tanto el Año Nuevo Hebreo como del Día del Perdón. Uno es  un replanteo frente a uno mismo: teshuvá=retorno a uno mismo;, otro frente al Creador: tefilá= plegaria y un tercero frente a nuestros semejantes (tzedaká=caridad en sentido amplio de reparar las situaciones injustas).  También es un día para recordar a los fallecidos.

Escribe el filósofo judío Emmanuel Levinas: “Jamás existimos en singular porque estamos relacionados con los seres y las cosas que nos rodean. (...) Yo no soy el otro, pero no puedo ser sin el otro”.

El profeta Isaías, por ejemplo, nunca se queja de la tragedia de la muerte ni de la fragilidad humana. La desdicha está en nuestra capacidad de generar injusticia que desgarra a la sociedad. El asesinato es más trágico que la muerte.

Consecuentemente con estos pensamientos, una de las ideas que expresan los rituales del Iom Kipur es la del mejoramiento moral con nuestros semejantes. El universo puede ser mejor y para ello debemos ajustar nuestro obrar a los principios éticos. Estas celebraciones tienen el propósito de reconciliarnos con el Todopoderoso y con los demás seres humanos.

El ayuno como medio

Ayunar y abstenerse de los placeres físicos por un día -el más sagrado del judaísmo- exalta una completa sumisión del hombre al mandato espiritual y divino; es también el tiempo oportuno para repensar lo actuado y lo por actuar, teniendo siempre el mandato moral como premisa y punto de llegada.

El sentido del ayuno no implica pasividad, sino, por el contrario, actividad. De acuerdo con el texto de Isaías (Cap. 58), que se lee durante el rezo en la sinagoga, el ayuno debe tener un significado de activa solidaridad con los necesitados, los desvalidos y los desposeídos.

El Iom Kipúr  es una festividad nacida hace casi tres milenios y que sigue teniendo vivencia. La respuesta está, quizá, en que interpreta el sentimiento solidario de deseo de un mundo mejor, gobernado por la ética y el amor al prójimo. Aun cuando las tecnologías avancen en su desaforada carrera, estos deseos perdurarán a lo largo de los siglos.

Por Mario E. Cohen, Presidente del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí, CIDICSEF

Fuente: Valores Religiosos