Suecia entra en una espiral de descontrol


"Löfven: ha perdido el control de Suecia", escribió hace poco Ulf Kristersson, líder del principal partido de la oposición, el Partido Moderado, en un artículo en el diario Aftonbladet, en el que criticó al primer ministro sueco, Stefan Löfven, por no resolver algunos de los mayores problemas de Suecia. Según Kristersson:

Dos áreas a las que [el Partido Moderado] damos mucha prioridad son la ley y el orden y la integración. Porque los mayores problemas de Suecia están ahora ahí.

El año pasado, se produjeron 306 tiroteos y murieron 45 personas por disparos. Según la policía, el número de personas asesinadas se ha duplicado desde 2014. Durante el mismo periodo, el número de personas que han sido sometidas a abusos sexuales se ha triplicado, según el BRÅ [el Consejo Nacional Sueco para la Prevención de la Delincuencia]. (...)

Son necesarias reformas concretas. Las hemos propuesto, y los Socialdemócratas dicen que no (...).

Al mismo tiempo, tenemos una crisis de integración: más de la mitad de los desempleados han nacido fuera de Suecia. En nuestras zonas de exclusión [utanförskapsområden] hay colegios donde ni siquiera la mitad de los alumnos aprueban todas las asignaturas (...) Muchos niños nacidos en Suecia apenas hablan sueco, y existe una amplia represión [en defensa de] la cultura del honor. Sobre esto también hemos pedido reformas, pero los Socialdemócratas dicen que no. (...)

La integración y la inmigración están conectadas. Por lo tanto, se necesita una política sobre inmigración estricta y a largo plazo. Los permisos de residencia temporales y los requisitos de autonomía financiera para la reagrupación familiar deberían ser la regla principal. (...)

Los requisitos del conocimiento del sueco y la autonomía financiera [deberían ser condiciones] para el permiso de residencia permanente.

Las críticas de Kristersson demuestran que la corriente política mayoritaria de Suecia es plenamente consciente de los problemas fundamentales del país. Estas críticas son especialmente significativas al venir del Partido Moderado: el predecesor de Kristersson, Frederik Reinfeldt, que fue primer ministro de Suecia entre 2006 y 2014 y presidente del Partido Moderado entre 2003 y 2015, no compartía esas preocupaciones. En 2014, Reinfeldt instó a los suecos a "abrir vuestros corazones" a los refugiados del mundo.

Ahora le pido a los ciudadanos suecos que tengan paciencia con esto. Que tengan solidaridad con el mundo exterior (...) A la larga podemos crear un mundo mejor de esta manera (...) Costará dinero, no podremos permitirnos mucho más, pero [éstas] son personas que huyen para salvar la vida.

Kristersson, a diferencia del actual Gobierno sueco, parece haber abierto los ojos a las realidades de Suecia.

Una de las realidades, según la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB) —la autoridad estatal para la protección y la preparación de la comunidad— es que el terrorismo es ahora una amenaza en todas partes en Suecia, y por lo tanto, incluso los municipios más pequeños deben estar preparados ante actos terroristas.

"En primer lugar, hay que tener en cuenta que esto puede suceder en ciudades más pequeñas", dijo Jonas Eriksson, responsable de seguridad en el entorno público del MSB. Después hay que pensar qué hay en el municipio que pueda ser vulnerable y sensible". Estas declaraciones se produjeron después de que la policía interceptara un posible acto terrorista en la ciudad de Östersund en agosto. El sospechoso estaba intentando embestir con un vehículo contra una multitud y atropellar a la gente, según Aftonbladet. También está siendo investigado por sus vínculos con Rajmat Akilov, un terrorista condenado por asesinar a cinco personas al estrellar un camión contra unos grandes almacenes en el centro de Estocolmo en abril de 2017.

Desde principios de 2019 hasta finales de julio, ha habido 120 atentados en Suecia, según las estadísticas de la policía. La cifra representa un aumento del 45% respecto al mismo periodo el año pasado, cuando se produjeron 83 atentados. El sur de Suecia se ha visto especialmente afectado, con 44 atentados. "En el presente, sólo podemos especular sobre los motivos. Tenemos un problema agravado con los delitos y la exclusión", dijo Petra Stenkula, investigadora jefe de la policía en la región del sur. "Es posible que el suministro de dinamita sea bueno, mientras que el suministro sea más limitado hoy en lo que respecta a las armas, comparado con antes."

Sólo en la ciudad de Landskrona, al sur de Suecia —con aproximadamente 35.000 habitantes— se han producido siete explosiones o ataques con bombas desde diciembre de 2018. En agosto, volaron la entrada al Ayuntamiento de Landskrona.

"Los que hacen esto quieren perturbar la sociedad organizada, no dejemos que eso suceda", dijo el concejal Torkild Strandberg, del Partido Liberal.

En agosto, otra ciudad en el sur de Suecia, Linköping, experimentó su segunda explosión este año. La policía encontró un objeto que sospechaban que podía ser un explosivo. Cuando lo destruyó el escuadrón de protección nacional contra bombas, se produjo una potente explosión. Destruyó un almacén de la policía y causó daños a otros varios edificios. A principios de junio, también en Linköping, se produjo una explosión en un edificio de viviendas. Milagrosamente, no murió nadie, pero 20 personas resultaron heridas. La policía sospecha que el incidente estaba relacionado con las pandillas.

La constante inseguridad que estos incidentes generan ha hecho que la demanda de guardas y servicios de seguridad haya aumentado drásticamente. Se ha pedido la contratación de más guardas de seguridad, tanto a las empresas privadas como a los ayuntamientos. Según Hans Tjernström, jefe de prensa de la Swedish Trade Association, un supermercado medio gasta en torno a las 600.000 coronas (62.000 dólares) anuales en guardas y otros artículos relacionados con la seguridad. Según una fuente del sector, en los próximos tres años las empresas de seguridad van a tener que contratar a 5.300 empleados más.

Las violaciones y las agresiones sexuales también siguen a buen ritmo. Sólo en Uppsala, una pintoresca ciudad universitaria sueca, donde el 80% de las chicas no se sienten seguras en el centro de la ciudad, se produjeron cuatro violaciones o intentos de violación en un plazo de cuatro días. En Estocolmo se produjeron dos violaciones durante el festival juvenil "We are Stockholm", en agosto, además de otra decena de delitos sexuales. En el festival de verano "Piteå Dances and Laughs", en Piteå, tuvo lugar otra violación con diez hombres implicados.

En un reciente artículo de opinión en Aftonbladet, Josefin Malmqvist, diputada del Partido Moderado, apeló a Morgan Johansson, ministro de Justicia y ministro de Política Migratoria que "parara las violaciones: está dejando abandonadas a las mujeres". En su artículo, Malmqvist escribió:

El riesgo de sufrir delitos sexuales ha experimentado un acusado aumento durante el mandato de Johansson como ministro de Justicia: el número de denuncias por violación en 2018 aumentó, por tercer año consecutivo, a las 20 diarias. En lo que va de año, el número de violaciones reportadas ha aumentado un 14% (...) En Suecia —uno de los países más igualitarios del mundo— la libertad de las mujeres está disminuyendo. Que las mujeres no tengan las mismas oportunidades de moverse libremente por las calles y plazas sin tener que preocuparse de ser víctimas de un delito es una grave restricción de la libertad y la autodeterminación de las mujeres. Aunque son cada vez más las mujeres que denuncian delitos sexuales, la tasa de violaciones resueltas sigue siendo terriblemente baja. Un repaso de las violaciones reportadas en los últimos años muestra que sólo cinco de cada cien denuncias por violación se saldaron con una condena.

Concluyó:

Ha llegado el momento de dejar de hablar y empezar a actuar. El Partido Moderado y los Democratacristianos aumentaron el presupuesto para la policía, pero queda mucho por hacer. En mayo de 2018, una mayoría en el Parlamento aprobó la propuesta del Partido Moderado de endurecer las condenas por violación. Desde entonces, no ha pasado nada. Ya es hora de que el ministro de Justicia empiece a actuar por las mujeres de Suecia.

Otro grupo de la población que ha sufrido la falta de ley y orden en Suecia son los niños. Según el BRÅ, ha habido un aumento significativo de los robos contra jóvenes en los últimos años. En sólo unos años, el número de denuncias por robo contra menores de 18 años ha crecido significativamente, desde los 1.084 robos reportados en 2015 a los 1.896 en 2018, un aumento del 75%. En lo que va de 2019, se han denunciado 1.247 robos contra jóvenes. Según Sven Granath, criminólogo de la policía sueca, el aumento de los robos contra los jóvenes podría deberse a que se ha vuelto más difícil robar a los mayores o en las tiendas. "Se ha vuelto más difícil y van a por un grupo que no puede protegerse igual de bien. También tienen lo que quieren otros jóvenes, como ciclomotores, teléfonos y joyas", dijo Granath.

Parece que, en efecto, el primer ministro Löfven ha perdido el control de Suecia.

Por Judith Bergman
Traducción del texto original: Sweden Spinning out of Control
Traducido por El Medio