Emanuele Ottolenghi: "Hezbollah es una amenaza, ojalá Fernández lo reconozca"

El investigador y experto italiano asegura que la organización sigue operando en la Triple Frontera y cree que Irán está "detrás" de sus actividades


Emanuele Ottolenghi nació en Italia, pero ha vivido en Bruselas, Jerusalén, Oxford y hoy lo hace en Washington. Más allá de su lugar de residencia, la obsesión de este investigador de la Fundación por la Defensa de las Democracias (FDD) es Hezbollah, la organización sindicada por la Justicia argentina como autora material de los atentados contra la embajada de Israel, en 1992, y la AMIA, en 1994, que dejaron como saldo conjunto 120 muertos y varios centenares de heridos.

De paso por el señorial Hotel Alvear, al que llegó para dar una conferencia auspiciada por el Congreso Judío Mundial y la Universidad de Lomas de Zamora, Ottolenghi elogia la reciente decisión del gobierno de Mauricio Macri de abrir el registro de organizaciones terroristas y de incluir a la organización proiraní en ella. Y recomienda al gobierno de Alberto Fernández continuar por esa senda, si es que pretende "un sistema transparente en el que las actividades ilegítimas sean penadas". Sin medias tintas, Ottolenghi asegura que Hezbollah -a la que relaciona íntimamente con Irán- sigue trabajando en la Triple Frontera, que tiene como "cobertura" las comunidades chiitas de la zona y que mientras se dedica a planear y ejecutar atentados obtiene los fondos mediante vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado. "El registro de organizaciones terroristas tiene una importancia que, espero, el nuevo gobierno reconozca", advierte.

-El Gobierno creó el registro, pero una parte de la oposición no está de acuerdo. ¿Esta discusión se da en el mundo o ya no?

-Creo que este debate está bastante esclarecido. Hezbollah, durante los últimos diez años, se involucró de manera muy violenta en la guerra en Siria, contribuyendo a la destrucción del país. Está bien documentado que Hezbollah está involucrado en el entrenamiento de milicias chiitas en toda la región. Contra esto, Gran Bretaña decidió extender la designación de Hezbollah como organización terrorista a su ala política, y anunciaron que Alemania hará lo mismo. Estados Unidos lo hizo en 1997. El caso argentino y el paraguayo también son parte de un cambio de sentido. Cuando los gobiernos se empiezan a dar cuenta de que estas organizaciones están en todas las actividades criminales (tráfico de drogas, de armas, humano) y son responsables de la inestabilidad, abandonan la idea de que Hezbollah es un partido político, un movimiento religioso y social que contribuye a las necesidades de los pobres. Y dejan de hacer esta distinción que hacían antes entre el brazo político y el armado.

¿Podría Irán no haber sabido de su plan terrorista en el país?

-Hezbollah fue establecido por Irán, y su ideología es de una lealtad absoluta al líder supremo, religioso y revolucionario de Teherán. No se pueden separar, en cada caso en el que Hezbollah está involucrado hay presencia iraní de apoyo, de facilitación de viajes. La lealtad es a Irán y la financiación llega desde Irán.

-¿Dónde estaría asentado Hezbollah en América Latina?

-Una de las funciones de sus redes en América Latina es involucrarse en actividades económicas que contribuyan a financiar el movimiento. Por eso utilizan como cobertura a las comunidades chiitas, y para asegurarse de que cooperen invierten enormes sumas en la infraestructura de esas comunidades, escuelas, asociaciones de caridad. Estas relaciones se dan en la Triple Frontera, que tiene una comunidad chiita bastante grande; San Pablo y Curitiba en Brasil; Macao en Colombia, y Colón en Panamá. Todos lugares de frontera donde se pueden establecer comercios con fachada de legitimidad que se utilizan para blanqueo. En Venezuela y, un poco menos, en Bolivia, la amistad ideológica facilitó el ingreso.

-¿Se avanzó en estos cuatro años? ¿Que podría hacer el próximo gobierno?

-No quiero entrar en temas domésticos en momentos de cambio de gobierno. Pero lo más importante, que espero sea recibido por ambas partes, es que estas organizaciones funcionan como socios de negocios de los criminales, y no precisamente de aquellos que te roban el celular en la calle. No creo que en este sentido haya diferencias de opinión: esas organizaciones son una amenaza para la sociedad. Si los políticos de la región comprenden esto, se podrá bajar la polarización con respecto a ese tema, más allá de que se pueda seguir discutiendo sobre los temas de Medio Oriente. El registro de organizaciones terroristas tiene una importancia que el nuevo gobierno espero que reconozca: existen sanciones en Estados Unidos y Europa contra Hezbollah, pero si la región no crea una infraestructura legal y operativa para confrontar estas actividades, el impacto de estas sanciones va a ser muy limitado. Hoy, la mayoría de los sancionados por Estados Unidos viven libremente en la Triple Frontera, sin restricciones, manejan negocios, se van de vacaciones.

-¿Qué leyes faltan?

-El registro es un modelo que EE.UU. está promoviendo en la región, un instrumento que permite identificar, sobre la base de criterios objetivos, actividades vinculadas al terrorismo y su financiación. Permite al Estado congelar bienes y estar alerta en caso de viajes. Cuando las sancionan, estas organizaciones no lanzan ataques, porque eso demostraría que son terroristas, por lo que lo que hacen es mudarse. Prescindiendo de lo ideológico, un Estado de Derecho que quiere salir de la crisis económica debe buscar un sistema transparente, donde las actividades económicas legítimas sean priorizadas y las ilegítimas tengan una vida más difícil.

-Nada se sabe de los autores de los atentados. ¿Es tarde?

-No hay justicia, pero sí un montón de material que identifica a los que actuaron y ordenaron el atentado (contra la AMIA). La posición del gobierno iraní, que no está dispuesto a cooperar en un proceso de justicia de un Estado de Derecho, es la mejor prueba de su responsabilidad.

Por: Jaime Rosemberg
Fuente: La Nación