Fuerzas de Irán abrieron fuego contra manifestantes desarmados

El New York Times publicó el domingo un informe sobre los últimos disturbios en Irán, diciendo que al menos 180 personas fueron asesinadas y posiblemente cientos más en la represión de las protestas.


Los disturbios estallaron el 15 de noviembre, horas después de que se anunciara que el precio de la gasolina subiría a 15.000 riales por litro (12 centavos de dólar) de 10.000 para los primeros 60 litros, y a 30.000 riales por cualquier combustible extra comprado después de eso cada mes.

Amnistía Internacional afirma que al menos 146 manifestantes fueron asesinados en todo Irán después de que sus líderes ordenaran a las fuerzas de seguridad que aplastaran las protestas, pero se cree que esa cifra es mayor. Es difícil obtener cifras oficiales en gran parte debido al hecho de que el régimen iraní bloqueó el acceso a Internet durante la represión.

El informe del New York Times, basado en testimonios y videos, dice que las fuerzas de seguridad respondieron a las protestas abriendo fuego contra manifestantes desarmados, en su mayoría hombres jóvenes desempleados o de bajos ingresos de entre 19 y 26 años de edad. Sólo en la ciudad sudoccidental de Mahshahr, testigos y personal médico dijeron que miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica rodearon, dispararon y mataron a entre 40 y 100 manifestantes, en su mayoría jóvenes desarmados, en un pantano donde habían buscado refugio.

“El reciente uso de fuerza letal contra personas en todo el país no tiene precedentes, ni siquiera para la República Islámica ni para su historial de violencia”, dijo Omid Memarian, director adjunto del Centro de Derechos Humanos de Irán, un grupo con sede en Nueva York.

En total, de 180 a 450 personas, y posiblemente más, fueron asesinadas en cuatro días de intensa violencia después de que se anunciara el aumento del precio de la gasolina el 15 de noviembre. Al menos 2.000 heridos y 7.000 detenidos, según organizaciones internacionales de derechos humanos, grupos de oposición y periodistas locales.

La última enorme ola de protestas en Irán, que tuvo lugar en 2009 después de unas elecciones disputadas en las que el Presidente Mahmud Ahmadineyad fue reelegido, también fue objeto de una mortífera represión y dejó un saldo de 72 muertos en un período mucho más largo, de unos 10 meses.

Irán culpó de los disturbios a “matones” respaldados por sus enemigos extranjeros, entre ellos Estados Unidos, Israel y los Muyahidines del Pueblo de Irán, un grupo armado de oposición en el exilio que considera un culto “terrorista”.

La semana pasada, el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Khamenei, afirmó que su país había frustrado un complot “muy peligroso” en las violentas manifestaciones.

La Guardia Revolucionaria de Irán arrestó a unos 100 líderes de las protestas y dijo que actuarían para castigarlos severamente.

El vicepresidente iraní, Eshaq Jahangiri, advirtió a los países de la región de las “nefastas consecuencias” si se demuestra que se inmiscuyeron para avivar el malestar.

Por: Elad Benari / En: Arutz Sheva / Traducción de Noticias de Israel