En julio, Holanda suspendió temporalmente una contribución prevista de 13 millones de euros como resultado de una investigación de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna sobre cuestiones relacionadas con la gestión en el UNRWA. Esa investigación llevó al comisionado general del UNRWA, Pierre Krahenbuhl, a dimitir. En el informe se denunciaba la mala gestión y los abusos de autoridad entre los altos funcionarios del organismo.
“Acogemos con satisfacción la decisión de Holanda de desbloquear fondos que ayudarán al UNRWA en un período excepcionalmente difícil de su existencia”, dijo Marc Lassouaoui, jefe de relaciones con los donantes en el Departamento de Relaciones Exteriores y Comunicaciones del UNRWA. “La cantidad que recibiremos ayudará al organismo a seguir prestando servicios y operaciones humanitarias esenciales durante el resto de 2019 en las esferas de la atención primaria de la salud, la educación y los servicios sociales en sus cinco esferas de operaciones”.
Según el comunicado, el acuerdo de varios años entre Holanda y el UNRWA abarca el período comprendido entre 2019 y 2021 y prevé una contribución anual no asignada de 13 millones de euros para apoyar el presupuesto por programas de la agencia.
Además, Holanda acordó aportar otros 6 millones de euros para 2019, con lo que el importe total de la financiación de Holanda para el presupuesto básico del UNRWA en 2019 asciende a 19 millones de euros.
Wouter van de Staaij, segundo secretario de asuntos políticos, prensa y cultura de la Embajada de Holanda en Tel Aviv, explicó aThe Jerusalem Post que, si bien Holanda decidió suspender la financiación del UNRWA debido a los indicios de su mala gestión, desde entonces la ONU ha llevado a cabo una investigación independiente de sus actividades.
“A finales de noviembre se presentó un nuevo plan de reforma [para el UNRWA], que incluía un acuerdo de supervisión concreto, y sobre la base de este plan, confiamos en que las medidas ayudarán a restablecer la confianza en el UNRWA”, dijo Staaij.
Añadió que “consideramos que el trabajo del UNRWA es esencial. Proporciona servicios básicos a millones de refugiados palestinos y esos servicios contribuyen a la estabilidad de la región y también benefician a Israel”.
Durante el verano, Bélgica y Suiza también suspendieron temporalmente su financiación al UNRWA. Ninguno de los dos países ha anunciado la decisión de reanudar el pago hasta la fecha.
En agosto de 2018, Estados Unidos anunció que recortaría todos los fondos para la organización. Hasta entonces, Estados Unidos había sido su principal donante, con una contribución anual de 360 millones de dólares.
El mes pasado, a pesar de la investigación ética, la ONU votó a favor de prorrogar el mandato del UNRWA hasta 2023. El mandato del UNRWA se renueva cada tres años en dos etapas. Se espera que la segunda etapa de la aprobación tenga lugar el viernes en la Asamblea General de la ONU.
Varios políticos y activistas de derecha israelíes han expresado durante mucho tiempo su preocupación por la labor del UNRWA como organización humanitaria. En septiembre, un informe de IMPACT-se, un instituto de investigación con sede en la Universidad Hebrea de Jerusalem, descubrió que los escolares palestinos están expuestos a una cantidad dramática de incitación e intolerancia contra los judíos e Israel en las escuelas del UNRWA en Judea y Samaria, Gaza y el este de Jerusalem.
A principios de este mes, el ex alcalde de Jerusalem y el MK del partido Likud, Nir Barkat, propusieron un proyecto de ley en el que se pedía el fin de los servicios del UNRWA para los residentes árabes de Israel para el primero de enero y la participación del UNRWA en algunas de las instituciones educativas árabes de Jerusalem para finales de junio de 2020. Barkat dijo que “el UNRWA alienta explícitamente la incitación contra Israel y el ataque a nuestros ciudadanos” y que “las instalaciones del UNRWA también son conocidas por ser bases terroristas en Gaza que almacenan misiles utilizados contra civiles israelíes”.
Fuente: Israel Noticias
