La lucha por los Derechos Humanos y la dignidad. Por Jorge Knoblovits


El 10 de diciembre de 1948 la comunidad internacional, a través de la Asamblea General de las Naciones Unidas, decidió adoptar la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establecía los principios básicos dándole al término contenido y definición. De este modo se sentaron las bases de un nuevo orden internacional donde la igualdad y la dignidad de las personas se constituyeron como valores trascendentes para la comunidad de las naciones.

No obstante, los derechos humanos no fueron creados en un único momento ni por una sola persona, son el resultado de una construcción social e histórica producto de la lucha de múltiples grupos que, víctimas de la opresión, ansiaron y lucharon por la convivencia en condiciones de igualdad y de respeto mutuo.

Conmemorar esta fecha nos permite que cada año podamos reflexionar sobre lo que ha significado para la humanidad la lucha por los derechos y la dignidad. También, a instituciones como la DAIA nos da la oportunidad de repensar y hacer un balance sobre nuestros posicionamientos y conductas ante situaciones límites que hemos tenido que atravesar a lo largo de nuestra historia como actores centrales de la sociedad argentina. Todo ello sin olvidar ni por un instante los desafíos presentes que se nos plantean en forma de exclusión, discriminación, violencia, pobreza y desigualdad.

Desde 1983, el 10 de diciembre también tiene otro significado especial para los argentinos. Se trata de una fecha trascendental porque ese día terminó la dictadura militar más criminal de la historia de nuestro país y comenzaba lo que se ha convertido en el período democrático más extenso e ininterrumpido que se ha vivido en Argentina. Nunca antes fuimos gobernados tanto tiempo seguido por gobiernos constitucionales.

El ex presidente Raúl Alfonsín fue quien inició este largo y dificultoso camino para consolidar nuestra democracia. No fue fácil y aun hoy debemos seguir estando muy atentos para detener a tiempo las tentaciones autoritarias de algunos que añoran aquel pasado sin derechos ni libertades, cargado de violencia y de odio. Solo hace falta mirar el crecimiento de los discursos y las acciones xenófobas y discriminatorias en varios países del mundo, algunos muy cerca nuestro, para tomar conciencia de lo latente que está esa amenaza.

Desde que nuestra institución se erigió como la entidad central de la comunidad judía argentina, hemos extendido el campo de acción a partir de nuestro trabajo en su lucha contra el antisemitismo. La ampliación de derechos ha sido un faro que por en estos casi 85 años ha guiado nuestro accionar. Diariamente asumimos el compromiso por la construcción de una Argentina plural y diversa, donde las identidades individuales y colectivas puedan desarrollarse en un entorno de respeto y multiculturalismo.

Como protagonista de la vida política, social y cultural argentina, nuestra entidad atravesó momentos de gran turbulencia en los cuales hemos cometido errores que nos han dejado enseñanzas profundas sobre lo importante que es preparase y actuar con extrema sensibilidad y sin que nos paralice el miedo a la hora de defender a quienes se les vulneran sus derechos. La experiencia histórica nos enseñó también a los dirigentes que cuando no actuamos bajo estos parámetros, las consecuencias son muy graves.

Hoy quiero reafirmar el compromiso de la DAIA de defender los derechos humanos de todos. Lo estamos haciendo con coherencia, coraje y convicción.

Jorge Knoblovits es Presidente de la DAIA.

Fuente: Clarín