Este domingo, por casi quinto dÃa consecutivo, globos con explosivos lanzados desde la Franja de Gaza, cruzaron a territorio israelÃ. Fueron cinco los manojos de globos que llegaron al lado israelÃ. Uno de ellos estalló sobre una casa particular en la ciudad de Sderot. La policÃa recibió informes de residentes locales sobre explosiones que se captaron en la zona y fue asà que llegó al lugar.
A primera vista, todo parece inofensivo. Globos de colores. Pero el peligro está en el mecanismo explosivo que vuela con ellos.
Y no fue la primera vez. El fenómeno volvió ya dÃas atrás, registrándose una explosión en la zona de Eshkol, y captándose además un atado de globos con explosivos que aterrizó el viernes en un estacionamiento junto a la playa en Ashdod.
La policÃa reveló que una de las cargas explosivas adheridas al hilo de un globo incluÃa también gran cantidad de bolitas de metal, destinadas a potenciar el daño, ya que al registrarse la explosión, esos pequeños trozos de metal salen disparados y cada uno de ellos, incrustado en alguien que se halla a su paso, puede matar. En la época de los atentados suicidas, era una práctica conocida de los terroristas: a los explosivos, agregaban estas “bolitas”, que resultaban letales.
El regreso de los globos explosivos, que durante muchos meses ya habÃan sido un arma utilizada diariamente por los terroristas en Gaza, devolvió a las redes en Israel también las advertencias, especialmente dirigidas a los niños, para minimizar el riesgo.
Está circulando nuevamente un video filmado y editado por la PolicÃa israelÃ, que comienza con la escena de un grupo de niños jugando al fútbol. La pelota se desvÃa fuera de la cancha y cae en un terreno cercano al que uno de los niños corre a buscarla. Pero se percata de que aterrizó cerca de una cometa multicolor. Queda congelado en el lugar.
El jovencito duda un instante, comienza de todos modos a agacharse y sus amigos le gritan a la distancia que no lo toque, que es peligroso.
Allà aparece por cierto el policÃa que explica a los niños mirando a la pantalla, que “últimamente vuelan cometas, globos y drones” con explosivos, que no hay que tocar bajo ningún concepto. Dice a los niños a los que está dirigido el video, que se puede llamar fácilmente a la policÃa y que “yo y Bambi, mi robot, nos vamos a encargar”. Explica cómo proceder y el grupo de niños, como en tono de broma, le hacen la venia y le responden “SÃ, comandante”.
El video, que tiene como objetivo advertir pero no asustar, termina en tono bromista, cuando el policÃa pide al robot que devuelva la pelota a los niños.
Las presiones de Hamas y Jihad Islámico
Todo esto ocurre mientras en Israel se sigue hablando de los esfuerzos por estabilizar un acuerdo con Hamas para “garantizar la calma”, aunque del lado palestino alegan que Israel “se demora” y que ese es el trasfondo de los últimos acontecimientos.
El cronista de asuntos palestinos de KAN, Gal Berger, citó durante el fin de semana a fuentes palestinas que dijeron que volverán a poner en funcionamiento las “comisiones de aturdimiento”, equipos de palestinos que hasta hace un año, durante bastante tiempo, provocaban ruidos ensordecedores en puntos de la frontera muy cercanos a localidades israelÃes, para impedirles dormir y vivir con normalidad.
Esta semana, entra a Gaza la nueva “cuota” de los pagos de Qatar a los palestinos, la correspondiente al mes de enero. Según el ya citado Gal Berger, el mecanismo por el cual se decide a quién incluir en la lista de los beneficiados, bajo el tÃtulo de “familias necesitadas”, garantiza de hecho que todos los receptores sean allegados a Hamas. Fuentes palestinas dijeron al periodista israelÃ, que quien no es cercano a Hamas, no tiene probabilidad ninguna de ser incluido en la lista.
Según Berger, en los dos últimos años, desde que Israel permitió la entrada del dinero qatarÃ, ya han sido pagados a Gaza 100.00 dólares.
El tema ha sido motivo de serias discusiones dentro de Israel. La oposición acusa al Primer Ministro Netanyahu de pagar “dinero de protección, como la mafia”, a cambio de que se mantenga la calma, lo cual de todos modos no se cumple.
Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai
