Israel dividido en relación a la intención aún no confirmada de anexar territorios

Comencemos aclarando que escribimos “anexar” entre comillas, ya que si bien esa es la palabra más usada no sólo en Israel sino también en el exterior, formalmente se habla de declarar la soberanía en parte del territorio, no de anexarlo a Israel. 


Es indudable que la anexión de territorios conquistados en guerra, independientemente de la naturaleza de dicha guerra, es contraria al Derecho Internacional. Hay quienes dicen que hablar de “imponer la soberanía israelí” es un eufemismo para lo mismo. De todos modos, el Primer Ministro de Israel Biniamin Netanyahu se refiere siempre a “declaración de soberanía israelí”.

Son numerosas las reacciones y advertencias de diferentes partes del mundo, a pesar de que Israel aún no confirmó si dará este polémico paso o no. Es más: ni siquiera está claro cuál es el plan concreto de Netanyahu, qué alcance territorial tendría la “anexión” si es que la aprueba, y cuáles serían los mapas.  Según lo que trasciende en los medios de comunicación en Israel, ni siquiera sus socios en Kajol Lavan, el partido encabezado por Beni Gantz, tienen claro de qué mapa se habla.

En estos momentos, aunque falta muy poco para el 1° de julio, fecha a partir de la cual se podría anunciar que se avanza con el plan, todo está sumido en una gran nebulosa. Y un punto clave es la posición de Estados Unidos, sin cuyo aval, seguro no se haría nada, un punto problemático de por sí.

¿Cuáles son las posiciones enfrentadas?

-El partido Likud está a favor de imponer la soberanía. Considera que es una oportunidad histórica, aunque rechaza la contraparte, que está en el plan de  Trump: llegar en unos años a un Estado palestino en el 70% del terreno.

- No está clara definitivamente la posición de Kajol Lavan. El canciller Gabi Ashkenazi no lo ve con entusiasmo y parecería que Gantz tiene algunas reservas, pero no lo descarta.  De todos modos, el acuerdo de coalición determina que lo podrían apoyar solamente si Estados Unidos está absolutamente de acuerdo.

- No es seguro que todos los miembros de Kajol Lavan apoyen. Lo que sí está clarísimo, es que la enorme mayoría de los votantes de Kajol Lavan son de centro y parte de la izquierda sionista, opuestos a este paso.

- El pequeño partido laborista, que tiene 2 ministros en el gobierno, se opone.

- Los partidos ultraortodoxos (haredim) que son parte de la coalición, no tienen una postura automática a favor. Hasta ahora han sido cautelosos en este tipo de temas, no por las discusiones conocidas entre izquierda y derecha sino porque varios de sus rabinos han dicho que no hay que estar en conflicto abierto con el mundo, y seguro que no por tierras.

- Es interesante que la derecha nacionalista, especialmente líderes de la población judía en los asentamientos y también los habitantes mismos, están divididos. Claro está que todos ellos avalan la idea de soberanía israelí en Judea y Samaria, territorio que consideran debe ser parte integral del Estado judío, ante todo por tratarse de territorio que era parte de la promesa divina al pueblo de Israel.  En este sentido, piensan que la soberanía debería declararse en la totalidad de Judea y Samaria.

Pero hay oposición, inclusive entre los líderes del Consejo Yesha, o sea el ente representativo de dicho sector. Algunos se oponen porque consideran que el mapa que aparece en el plan de Trump es peligroso para la población judía, crea enclaves israelíes rodeados de territorio palestino y complica el acceso a varias de las localidades en la vida diaria. Otros, porque el plan de Trump habla de soberanía israelí en el 30% del territorio y contempla que el resto sea en unos años un Estado palestino.

-En cuanto a la oposición al gobierno, también está dividida.

La parte de la izquierda sionista y la Lista Unificada (mayormente árabe), se oponen. Pero el partido Yemina, que no entró a la coalición, sí apoya . Es considerado un partido apoyado más que nada por la población de los asentamientos, aunque de ellos, muchos se fueron al Likud.

-         En cuanto al público en general, según una encuesta del Instituto Israelí de Democracia publicada hace pocas semanas, el 53% de los israelíes apoyan la idea de la soberanía en los territorios en disputa. Del resto, parte se opone y parte no tiene posición elaborada.



Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai