AMIA: "Con justicia se mantendrá el país"


Por Eliahu Hamra, Presidente de la Federación de Comunidades Judías de la Argentina

A los 7 años de edad, estando en Jerusalén, me encontré un día a mis padres llorando, escuchando las trágicas noticias desde la Argentina. La AMIA había sido objeto de un atentado terrorista.

Unos meses después, y en ocasión de una visita a la Argentina, mis padres me tomaron de la mano llevándome a la sede de Pasteur 633, donde pude observar con mis propios ojos aquella tragedia escuchada entonces. El edificio quedó devastado. También sus alrededores.

El devenir de la vida, y ya radicado en la Argentina, hizo que 23 años después ingresara a la AMIA para cumplir labores de voluntariado sirviendo a la comunidad. Hoy, en mi rol de presidente de la Federación de Comunidades Judías de la Argentina, activando cotidianamente por el bienestar y desarrollo comunitario, siempre sobrevuela el vacío y agrio gusto de la impunidad que ya lleva 26 años.

Todos y cada uno de los días, al finalizar mis labores en AMIA, ya entrada la noche, paso por la plaza seca donde se encuentra la placa recordatoria con los 85 nombres de los asesinados en el atentado a la AMIA, y escucho el estruendoso silencio en el cual aquellas víctimas fatales claman justicia. Tal como Dios le dijo a Caín: "La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde el suelo". Claman justicia como medida de enmienda social y del mundo, no como venganza.

Hace pocos días festejamos un aniversario más de la independencia de nuestra querida República Argentina, ocurrida ya hace 204 años en la provincia de Tucumán. Pero al parecer, dicha independencia no fue plenamente cumplida, por cuanto ningún orden republicano puede apropiadamente erigirse sin un recto funcionamiento de su sistema judicial.

Así, en nuestras labores por parte de la Federación, en pos del bienestar de las casi 100 comunidades judías del interior de la Argentina, encontramos que la maleabilidad de la sociedad argentina en favor de la inclusión de las diferencias es muy ventajosa. No obstante, esta misma flexibilidad es también nuestra falta cuando debemos aplicar con rigor la justicia, por cuanto no tomamos la realidad como tal para lidiar con ella, sino que la manipulamos para intentar escapar de la obligación de dar respuestas concretas por ella, generando impunidad.

Por ello, aquel grito de justicia es la gran deuda pendiente que tenemos como sociedad, y que a través del tiempo no merma, sino más bien se agiganta con el vacío y el reclamo correspondiente.

Unámonos este 17 de julio en el acto central de AMIA, que será en formato virtual, acompañemos a los familiares y sobrevivientes en el reclamo de justicia, no toleremos la impunidad poniendo límites a nuestra flexibilidad. Y recordemos el Proverbio 29:4 ".Con justicia se mantendrá el país".


Fuente: La Nación