El norte de Israel, entre la rutina y la alerta máxima


Israel trata de maniobrar en los últimos días-como lo ha hecho en tantas otras ocasiones- entre el deseo de mantener la rutina diaria de la población civil que vive cerca de la frontera norte, tanto frente a Líbano como a Siria, y la conciencia de que en cualquier momento puede llegar lo anunciado: un ataque de Hezbola. Por las dudas, el Primer Ministro Biniamin Netanyahu advirtió que Líbano y Siria serían responsables, como países, si desde su territorio es lanzado un ataque contra territorio israelí.

Días atrás, en un ataque atribuido a Israel en la zona de Damasco, un ataque como tantos otros que ha habido contra posiciones iraníes en Siria y envíos de misiles y armas iraníes a Hezbola a través de la capital siria, murió Ali Kamel Muhsein, miembro de Hezbola. El Secretario General de Hezbola Hassan Nasrallah amenazó que “la venganza llegará cuando, como y donde lo decidamos”. Recordó lo que advirtió ya meses atrás: que independientemente del lugar en el que muera un miembro de Hezbola en un ataque israelí, la organización lo vengará.

Parecería que Israel no sabía que ese hombre estaría puntualmente en el lugar en el que fue atacado un blanco iraní. Pero a nadie sorprende. Hezbola es el brazo de Irán en Siria, desde hace años participa activamente en la guerra en Siria, como parte del eje destinado a impedir la caída del régimen del Presidente sirio Bashar el-Assad. Ali Kamel Muhsein estaba ahí, porque trabaja con Irán.

Israel no tiene dudas de que es imperioso continuar atacando estos blancos iraníes cada vez que se da la combinación esencial: información de Inteligencia precisa y posibilidad operativa de llegar al blanco. También es consciente de los riesgos y el precio.

En opinión de Ron Ben-Yshai, el destacado analista militar del portal israelí Ynet, a Israel le vale la pena el riesgo. Es que no se trata de operativos aislados y caprichosos, sino que todos son parte de un esfuerzo general por reducir al mínimo la cantidad de misiles iraníes que llegan a manos de Hezbola. Es que de fondo, cabe recordar, está el plan iraní y de Hezbola de desarrollar un arsenal de misiles precisos, con los que los terroristas de la organización chiita libanesa puedan atacar , valga la redundancia, con una precisión de hasta pocos metros, instalaciones claves de Israel.

Cuando de venganzas se trata, también Irán busca la forma y oportunidad de lanzar una contra Israel, convencido tal cual al parecer está, de que fue el Mossad el responsable de una explosión en parte del complejo de Natanz, clave en el esfuerzo nuclear iraní. No le acusó formalmente, pero el ya mencionado Ben Yshai señala que esa es la línea de Teherán.

Tanto Hezbola como Irán, juntos y separados, tienen desde su punto de vista motivos para atacar a Israel, pero al mismo tiempo son conscientes de la problemática de fondo. La pandemia y la sumamente seria crisis económica que esta ha provocado en Líbano, donde de por sí ya hay muchas críticas a Nasrallah, es una parte del problema para la organización. Y de parte de Irán, dado que esperan que en octubre sea levantado el embargo de armas y exportación a la República Islámica, difícilmente querrán presentarse ahora como protagonistas de un ataque complicado contra Israel. A eso se suma la esperanza en Teherán que en noviembre sea electo en Estados Unidos un Presidente con el que les resulte más cómodo trabajar.

Y en el terreno

Volviendo al comienzo, en el terreno, Israel trata de maniobrar entre la alerta máxima y la rutina de la vida diaria.

Tzahal cambió su despliegue en las zonas aledañas a la frontera norte, reforzó la presencia de las tropas en puntos clave e intensificó el esfuerzo de Inteligencia. Algunas rutas cercanas a la frontera han sido bloqueadas para el paso de vehículos civiles y eso influyó también en algunas comunidades en las que fueron cerradas algunos caminos y en su lugar fueron abiertos otros. Todo esto, pensando en la posibilidad de un impacto directo desde territorio libanés.

En el marco de la alerta general, el Comandante en Jefe del Ejército. Teniente General Aviv Kohavi, recorrió la zona y se encontró con oficiales de Tzahal encargados de la frontera norte.

“Tzahal está comprometido con su misión de defender a los civiles en el norte de Israel, ha elevado su estado de preparación ante varias acciones enemigas potenciales, mientras intenta minimizar la implicación de todo ello en la rutina de la vida civil”, dice un comunicado oficial del portavoz militar.

Más allá de la terminología formal y oficial, esto se traduce en el hecho que cuando Israel combate planes hostiles para desarrollar arsenales peligrosos contra su territorio, también debe estar pronto para proteger a la ciudadanía de la venganza de los terroristas. Y en el hecho que familias enteras en distintos poblados fronterizos, deben estar atentos a cualquier mala señal que llegue del otro lado de la frontera. O, lo peor, a un ataque repentino, que no haya tiempo de frenar.



Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai