Por Ariel Kahana - Corresponsal diplomático del diario israelà Israel Hayom
Han pasado cinco meses desde que el presidente de los EE.UU. Donald Trump declaró que el reconocimiento en el mapa de la soberanÃa “puede hacerse inmediatamente”. Se han celebrado unas 30 reuniones de gabinete desde que el Primer Ministro Benjamin Netanyahu prometió llevar el plan de Israel de extender la soberanÃa a partes de Judea y Samaria y al Valle del Jordán a la aprobación de los ministros.
Han pasado unos 67 dÃas desde que se entintó el acuerdo de coalición entre el Likud y Kajol-Lavan, declarando que la medida podrÃa presentarse para la aprobación del gobierno o de la Knesset a partir del 1 de julio.
Funcionarios estadounidenses e israelÃes han mantenido docenas de discusiones sobre el tema. Se hicieron sugerencias, se dibujaron y revisaron mapas, se realizaron protestas y cualquiera que tuviera algo que decir sobre el asunto lo ha dicho.
Sólo una cosa no ha sucedido: La soberanÃa aún no se ha extendido. Las promesas de Trump y Netanyahu no se han cumplido.
La razón es que hace meses, el asesor principal de la Casa Blanca, Jared Kushner, yerno de Trump, se opuso a la medida. Lo hizo justo después de la ceremonia de Washington anunciándolo, de hecho. Desde entonces, tanto Israel como la administración de EE.UU. han hecho todo lo posible para restar importancia a la crisis, pero todavÃa está ahà fuera, amenazando todo el plan.
Netanyahu ha reiterado que no cederá en la oferta de soberanÃa extendida, pero el camino elegido por la Casa Blanca en la materia sigue sin estar claro. Por un lado, no ha ordenado a Israel que lo haga retroceder, pero, por otro lado, ha enfatizado que quiere “seguir el movimiento de la manera correcta”. El hecho es que Kushner y su gente siguen lanzando una llave inglesa a las ruedas del plan israelÃ.
Primero fue la demanda de consenso sobre el movimiento en el gobierno israelÃ, que efectivamente dio a Kajol-Lavan el poder de veto – ¿por qué EE.UU. se preocupa por si hay o no un consenso en Israel? Segundo, la petición de que Israel ofrezca a los palestinos gestos no incluidos en el plan, reanudando asà el patrón fallido de apaciguar a los que rechazaron el plan de paz de EEUU en Oriente Medio, algo que desafÃa la propia lógica interna del plan.
Luego vino el respaldo a Benny Gantz, que ha renegado de su apoyo inicial a la oferta de soberanÃa. Pasó de estar al lado del presidente Trump en la Casa Blanca y apoyar el “acuerdo del siglo” a decir que puede “esperar hasta que superemos la crisis del coronavirus”.
Uno pensarÃa que la Casa Blanca protestarÃa por este zigzag, pero no fue asÃ. ¿Debemos entender que estamos ante una alianza entre la Casa Blanca y Kajol-Lavan?
De cualquier manera, la única conclusión lógica es que la administración Trump está buscando una salida al plan de paz que ideó y una manera de volver a las promesas que el presidente americano y su embajador en Israel han hecho.
Este es un grave error por parte de la administración estadounidense. No aprobar la oferta de soberanÃa extendida harÃa que el “acuerdo del siglo” de Trump tenga el mismo estatus que todas las propuestas de paz previas de EEUU – acumulando polvo en una estanterÃa de los Archivos Nacionales de EEUU.
La conclusión es que las promesas deben ser cumplidas. Un funcionario público electo ha prometido a sus electores israelÃes que extenderá la soberanÃa a Judea y Samaria. Este hombre tiene el derecho moral, la obligación histórica y la capacidad de liderazgo para exigir que la administración Trump cumpla su promesa y aplique la medida ahora, no sea que se pierda la oportunidad durante quién sabe cuántas décadas.
Fuente: https://israelnoticias.com/editorial/netanyahu-debe-hacer-un-movimiento-audaz/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+israelnoticiascom+%28Noticias+de+Israel%29