Así reaccionó Israel tras la catástrofe en Beirut

"Es hora de elevarse por sobre los conflictos"


Muy poco después de la terrible explosión en el puerto de Beirut que ha cobrado indudablemente la vida de numerosas personas –aunque por ahora se hayan confirmado sólo algunas decenas de muertos- y dejado a por lo menos 3.000 heridos,  Israel ofreció ayuda médica humanitaria a su vecino del norte y expresó por varias vías su solidaridad con el pueblo libanés.

"Compartimos el dolor del pueblo libanés y ofrecemos sinceramente nuestra ayuda en este momento difícil", tuiteó en árabe el Presidente de Israel

Reuven Rivlin.

Por orden del Ministro de Defensa Beni Gantz y el Canciller Gabi Ashkenazi, Israel ofreció enviar equipamiento médico a Líbano, planteando la propuesta a través de los Cascos Azules de la FINUL (Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano), la ONU y el gobierno de Francia.

Según medios locales israelíes, también se ofreció recibir a heridos libaneses en hospitales en Israel.

La dirección del Hospital Ziv en Safed declaró que “tenemos experiencias y estamos prontos”. Del Centro Médico Rambam de Haifa y el Centro Médico de la Galilea occidental en Naharia también se manifestaron dispuestos a atender heridos libaneses.

Y del Sheba-Tel Hashomer se dirigieron al Ministerio de Defensa y al de Salud Pública ofreciendo compartir su vasta experiencia en atención médica en situaciones de desastres. “Nuestro centro de Ayuda Humanitaria tiene gran experiencia al frente de delegaciones humanitarias a distintas partes del mundo y tratamiento en situaciones de catástrofes”,dijo un comunicado del hospital. El Director de Sheba Profesor Itzhak Kreiss declaró: “Es nuestra obligación ayudar a todo aquel que lo necesita, por supuesto a nuestros vecinos. Estamos dispuestos y preparados para cualquier misión que se nos encomiende”.

Además, el Primer Ministro Biniamin Netanyahu indicó al director del Consejo de Seguridad Nacional Meir Ben Shabat averiguar directamente con el representante de la ONU en la región Nikolai Mladenov en qué más puede ayudar Israel. 

El trasfondo de todo esto está claro: el problemático escenario en el que viven ambos países, que ya han estado en guerra debido al uso del territorio libanés por parte de organizaciones terroristas para atacar a Israel, no debe ser impedimento, en un momento como el que se vive ahora, para tratar de ayudar a mitigar el horror.

Varios de los mensajes oficiales fueron difundidos por diferentes cuentas oficiales en la red social Twitter, tanto del Presidente de Israel Reuven Rivlin como del Ministro de Defensa Beni Gantz  y la Cancillería israelí en árabe.

Especialmente emotivo resultó el tuit de Avichai Adraee (pronunciado Avijai Adraí), portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel en idioma árabe. Sobre  una foto de las banderas de Israel y Líbano flameando juntas, tras contar sobre la oferta de ayuda indicada por el Ministerio de Defensa y el de Relaciones Exteriores y explicar sobre la participación de Israel en numerosas misiones de rescate en diferentes partes del mundo, resumió: “Es momento de poner todos los conflictos a un lado”.

El Brigadier General Hidai Zilberman, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, se hizo eco del mensaje de Adraee: “Ayuda humanitara a Líbano. Es momento de elevarse por sobre los conflictos”.

La cuenta de Adraee se llenó rápidamente de mensajes de diferentes partes del mundo árabe, algunos positivos y otros, como siempre, hostiles y desagradables. El primero en responderle fue un periodista libanés, el Dr, Ghassan A. Bou Diab, quien le agradeció y aclaró: “Gracias Sr. Adraei por su oferta, pero tal como usted sabe, el acuerdo de armisticio y cese de hostilidades que gobierna la relación entre nosotros, no permite en estos momentos aceptar una iniciativa que tanto debemos agradecer. Esto, a menos que fuera precedida por serias negociaciones de paz real, paz de los fuertes. De cualquier forma, le agradecemos su solidaridad humana, que trasciende la situación de enemistad política”.

DE FONDO

Cabe recordar que Israel recalcó en diversas oportunidades, también cuando estuvo enfrascado en guerras en territorio libanés, que el pueblo libanés no es su enemigo y que las hostilidades fueron determinadas por el hecho que organizaciones terroristas usaron el territorio libanés como base de atentados contra Israel. Así fue en los años 70  con el terrorismo palestino y luego, desde comienzos de los 80, con el terrorismo pro-iraní de Hezbola.

Al mismo tiempo, también recientemente, Israel advirtió no sólo a Hezbola sino al Estado libanés mismo que es responsable de lo que ocurra desde y en su territorio. El mensaje siempre apuntó a que Líbano comprenda que Hezbola lo pone en peligro. Pero el serio problema es que hace ya mucho que Hezbola es la fuerza armada y política más poderosa de Líbano,mucho más armado que el propio ejército libanés.

Y cuando de ayuda humanitaria se trata, cabe recordar que ya hay antecedentes. No es un invento efectista por la catástrofe de este martes en Beirut. A fines de los años 70 del siglo pasado y hasta la retirada israelí del sur libanés en mayo del 2000, funcionó junto a la localidad norteña israelí de Metula, sobre la frontera con Líbano, la así llamada “Buena Cerca”.

Se inició en la época de la guerra civil en Líbano, en la que , en términos generales, el sector cristiano maronita combatía a la OLP y radicales musulmanes que le apoyaban.Los terroristas de la OLP se habían instalado en Líbano a raíz de la expulsión de Jordania, cuyo símbolo máximo fue el “setiembre negro” de 1970, donde numerosos palestinos armados fueron muertos en enfrentamientos con las tropas del Rey Hussein. El uso por parte de la OLP del territorio libanés al que había huido, para lanzar cohetes y otros atentados hacia Israel, y el constante intento de operar en Líbano como si fuera un Estado bajo su control , sumado a tensiones internas en el país, precipitaron una cruenta guerra civil.

A través de la puerta de Fatma, junto a Metula, denominada entonces “la Buena Cerca”, civiles maronitas libaneses así como sus entonces aliados chiitas, podían pasar a territorio israelí tanto para recibir asistencia médica como para trabajar y exportar sus mercaderías. 


Por Ana Jerozolimski
Fuente: Semanario Hebreo Jai