El mes pasado los médicos israelíes realizaron una cirugía de trasplante de alto riesgo a un niño palestino y le salvaron la vida, según informó el Canal 12 de noticias durante el fin de semana.
Abd al-Karim Abu Grad, de dos años y medio de edad, nació con una enfermedad renal hereditaria que pronto le provocó una insuficiencia renal y comenzó a recibir tratamientos de diálisis cuando sólo tenía unas pocas semanas de vida.
Su pequeño cuerpo tuvo dificultades para soportar el agotador régimen de diálisis y su enfermedad pronto se convirtió en una amenaza para su vida. Tratarlo se hizo más difícil cuando la Autoridad Palestina dejó de cooperar con Israel.
El movimiento de Ramallah vino en respuesta al plan de Israel de extender la soberanía a grandes partes de Judea y Samaria y al Valle del Jordán. Dado que la Autoridad Palestina se encargaría de que los pacientes de Gaza cruzaran a Israel y subvencionaría parcialmente su atención, la medida tuvo un efecto terrible en muchos pacientes que necesitaban tratamiento en los hospitales israelíes.
Peor aún, aunque se consideró que la madre del niño era un donante adecuado para él, una vez que la pandemia del coronavirus golpeó a Israel y a la Franja de Gaza se suspendieron todos los procedimientos de donantes vivos.
Según las noticias del Canal 12, el año pasado el Ministerio de Salud palestino facilitó el traslado de Abd al Centro Médico de Rambam en Haifa, donde un equipo de nefrólogos pediátricos pudo formular un innovador régimen de diálisis que le permitió someterse al tratamiento mientras seguía yendo a casa con su familia en Gaza.
Sin embargo, a finales del año pasado, empezó a sufrir infecciones y tuvo que ser hospitalizado en Rambam, donde los tratamientos de diálisis habituales fueron sustituidos por la hemodiálisis, un tratamiento que no puede realizarse al mismo nivel en Gaza.
Los médicos recomendaron entonces que él y su madre permanecieran en Israel, permitiendo a Abd, que entonces sólo tenía dos años, acceder a tratamientos que le salvaran la vida mientras se ponía lo suficientemente fuerte como para someterse a una cirugía de trasplante.
Según el informe, él y su madre permanecieron en Israel durante ocho meses, lejos de su padre y siete hermanos.
Pero cuando Abd estuvo listo para la cirugía de transplante, la Autoridad Palestina suspendió su contribución financiera para esos procedimientos.
Según las noticias del Canal 12, la administración de Rambam comenzó inmediatamente a buscar financiación alternativa para el procedimiento, y el coordinador de trasplantes de sus pacientes palestinos se dirigió a la Asociación Piensa en los demás, una ONG dedicada a ayudar a conseguir tratamiento médico urgente para los necesitados.
La ONG pudo recaudar los fondos para el trasplante de donantes privados en menos de una semana.
Pero entonces, la pandemia del coronavirus estalló, cerrando todos los procedimientos de donantes vivos no solo en Israel sino en todo el mundo.
A principios de mayo, cuando se levantaron las restricciones a estos procedimientos en Israel, los médicos de Rambam no perdieron tiempo y comenzaron a ajustar el tratamiento de Abd para prepararlo para el trasplante.
Finalmente se llevó a cabo el mes pasado y fue aclamado como un éxito.
“Nunca me hicieron sentir nada más que bienvenido y mucho más, afirmó la madre de Abd a las noticias del Canal 12. Los médicos de aquí salvaron a mi bebé”.
La Dra. Daniella Magen, directora del Instituto de Nefrología Pediátrica del Hospital Infantil Ruth Rappaport de Rambam, señaló que Abd tendrá que estar bajo estrecha supervisión médica.
“Él y su madre se quedarán en Israel los próximos dos meses para que podamos hacerle pruebas y observarlo adecuadamente. Después de que regrese a casa a Gaza, tendrá que volver para los chequeos mensuales”, mencionó ella al Canal 12.
Los trasplantes de riñón de adulto a niño son procedimientos muy complejos, pero según los médicos, el cuerpo de Abd muestra todos los signos de aceptar el órgano en su totalidad.
Fuente: Israel Hayom / Israel Noticias
