Abandonado a su suerte, Abbas se niega a cambiar



Por Nadav Shragai

Ex funcionarios de alto rango de la Autoridad Palestina han estado criticando agudamente los fracasos de los “palestinos” durante los últimos 20 años, pero el verdadero objetivo de su desaprobación es inconfundible: El presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas.

Enojado, triste y enfermo, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, ha estado atrapado en su casa en Ramallah durante algunos meses. El COVID lo está obligando a tener mucho cuidado. A su edad, 85 años, con muchas otras complicaciones médicas, Abbas no puede permitirse hacer otra cosa. Pero según los informes de su círculo íntimo, su tristeza se debe principalmente al continuo aislamiento económico y diplomático de la Autoridad Palestina.

Después de la bofetada pública de la Liga Árabe, que rechazó efectivamente la solicitud de los palestinos de condenar los acuerdos de normalización entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, Abbas y sus oradores soltaron maldiciones regañando a los estados árabes del Golfo. Pero la entrevista de Bandar Bin Sultan, un ex diplomático saudí de alto rango, en Al-Arabiyya con su dedo acusador público que hizo el exjefe de inteligencia saudí contra los dirigentes palestinos, les cerró la boca.

El discurso de Bin Sultan marcó un giro de 180 grados por parte de los saudíes en lo que respecta a los palestinos. Incluso si Arabia Saudita vaya a ser el último de los estados árabes moderados en firmar un acuerdo de paz o normalización con Israel, al menos según Bin Sultan, el orden ha cambiado. Primero, el mundo árabe se normalizará con Israel, y luego, en la segunda etapa, Israel y los palestinos llegarán a un acuerdo. Bin Sultan dejó en claro que los líderes palestinos a lo largo de los años se lo habían ganado a sí mismos, desde el exlíder de la OLP Yasser Arafat, que tenía delirios de grandeza, hasta el propio Abbas, que “huye de las soluciones” y nunca pierde la oportunidad de perder oportunidad. Bin Sultan describió al grupo dirigencial como ingrato, traidor y un liderazgo que ha fallado repetidamente.

Las críticas a Abbas y la línea que está tomando no se expresan solo fuera de la Autoridad Palestina. El Instituto de Investigación de Medios de Medio Oriente (MEMRI) ha estado publicando recientemente comentarios de ex altos funcionarios palestinos advirtiendo a Abbas que se arriesga a su postura recalcitrante. Los funcionarios notables que dicen esto incluyen al Dr. Sufian Abu Zaida, Ashraf al-Ajrami y Ziad Abu Zayyad.

Abu Zaida, quien anteriormente se desempeñó como ministro de asuntos de prisioneros en la Autoridad Palestina y es miembro de Fatah con estrechos vínculos con el rival de Abbas, Mohammad Dahlan, insta a los palestinos a darse cuenta que ellos “ya no son el centro del universo, y que la cuestión palestina ya no es la máxima prioridad del mundo árabe y de las naciones árabes, que también están preocupadas por sus propios intereses y otros desastres que les acontecen”.

Abu Zaida señala la hipocresía de la Autoridad Palestina, que condena a los Emiratos Árabes Unidos por normalizarse con Israel, pero nunca se ha pronunciado en contra de la normalización de facto entre Israel y Qatar, que existe desde 1996, o el establecimiento de una misión diplomática israelí en Qatar. Dice que la Autoridad Palestina incluso ha cooperado con la normalización de las entidades árabes con Israel, cuando era en sus propios intereses.

Abu Zaida tampoco se abstiene de criticar a Turquía, que mantiene amplios lazos comerciales y de seguridad con Israel, al tiempo que critica el acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos. También menciona que incluso el ex ministro de inteligencia saudí, el general (res.) Anwar Eshki, visitó Israel abiertamente y estuvo acompañado por un alto funcionario palestino, después que la visita fuera etiquetada como “normalización aceptable”, como en la normalización basada en la cuestión palestina. En la forma en que Abu Zaida lo ve, el problema palestino ha perdido gran parte de su santidad a los ojos del mundo, incluso dentro del mundo árabe, “Debido a la lucha interna y la división… porque no pudimos mantener la unidad de nuestro pueblo… y porque no logramos construir instituciones estatales basadas en la transparencia y la honestidad…”.

Al-Ajrami, otro hombre de Fatah, denuncia el comportamiento diplomático de la Autoridad Palestina durante los últimos 20 años. Recuerda el fracaso de los palestinos a la hora de derribar “la narrativa israelí mentirosa, que ha puesto sobre los palestinos el fracaso del proceso de paz”.

Sobre todo, Al-Ajrami advierte a los palestinos que reconozcan sus errores diplomáticos y propongan una visión diplomática y un plan de trabajo nuevo y coherente. Los errores palestinos más notables citados por Al-Ajrami incluyen la lucha violenta de la Segunda Intifada, incluso después de los ataques del 11 de septiembre, que crearon un consenso mundial contra el terrorismo. Esa política, dice, le dio a Israel una razón para construir su barrera de seguridad, llevó a los palestinos a sufrir muchas bajas y sentó las bases para que Hamás tomara el control de la Franja de Gaza.

Abu Zayyad, exministro de la Autoridad Palestina para los lugares sagrados islámicos en Jerusalén, da cuerpo a los reclamos contra la Autoridad Palestina y pide a los líderes palestinos que abandonen el lenguaje de maldiciones, insultos y ataques, su forma de expresarse favorita como después que la administración Trump reubicó la Embajada de los Estados Unidos en Jerusalén o después de que los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin anunciaran su intención de normalizarse con Israel. Abu Ziyad recomienda que los palestinos adopten un lenguaje diplomático más suave que acerque a otros países al tema palestino y lo vuelva a colocar en la parte superior de la agenda.

Según Abu Zayyad, el discurso diplomático palestino carece de elementos dinámicos y la capacidad de adaptarse a “nuevos métodos de propaganda”, lo que lo convierte en “una grabación gastada de clichés que el mundo ya no puede escuchar”.

Abu Zayyad señala algo especialmente interesante: “No nos dimos cuenta que [el presidente de Estados Unidos] Trump dejó en claro que su reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel no definió las fronteras del territorio que quedará bajo la soberanía israelí, y que estas fronteras se establecería a través de negociaciones… En cambio, nuestro total rechazo y competencia entre nosotros para sacar la mayoría de las maldiciones e insultos de Trump y su administración… llevó a Trump a retroceder en todas las ‘aperturas’ que dejó su primer anuncio, y terminó con la declaración que Jerusalén no estaba sobre la mesa”.

Es difícil no identificar el objetivo real de todas estas críticas, pero Abbas se niega a cambiar. Una de sus decisiones recientes, que salió a la luz en un informe publicado por el Centro de Información de Inteligencia y Terrorismo Meir Amit, fue restablecer un banco que eludiera los obstáculos que Israel y la comunidad internacional estaban poniendo en el camino de los pagos de la Autoridad Palestina a prisioneros terroristas y sus familias, asegurándose de que el dinero continúe depositándose en sus cuentas. Según los palestinos, se pagan unos 300 millones de dólares a unas 12.000 familias al año.

La decisión de fundar un banco se produjo después de que el ex general de división del Comando Central del Ejercito de Israel, el general de división Nadav Padan, emitiera una orden administrativa que prohíbe a los bancos palestinos ayudar en actividades terroristas después de que Israel aprobase, pero no implementase, una ley para deducir la cantidad de dinero que paga la Autoridad Palestina en “estipendios terroristas”, reduciéndolos del dinero de los impuestos que Israel recauda para la Autoridad Palestina.

Después que Padan emitiera su orden, las sucursales del Cairo Amman Bank y otros anunciaron que congelarían las transferencias de dinero a los prisioneros terroristas palestinos y sus familias, lo que provocaría manifestaciones violentas e incluso tiroteos en Jenin y Belén. Abbas se apresuró a establecer un comité para resolver el asunto y el resultado fue un nuevo banco. Su logo, por cierto, presenta las paredes de la Ciudad Vieja de Jerusalén y las puertas de la Mezquita Al-Aqsa. Abbas declaró: “Incluso si nos quedamos con un centavo, se lo pagaremos a las familias de los shahids [mártires] y prisioneros. Son un grupo selecto y creemos que allanará el camino hacia una Palestina independiente como estrellas en el firmamento de la lucha palestina, y tienen prioridad sobre todo”.

‘Necesidad y maniobra’

Mientras tanto, a pesar que Israel (bajo Benny Gantz como ministro de Defensa) dejó de deducir los pagos a los terroristas y sus familias de los ingresos fiscales de la Autoridad Palestina, Abbas se negó a aceptar nada del dinero de los impuestos, lo que empeoró la crisis económica en la Autoridad Palestina. Actualmente, hay $ 2.5 mil millones que la Autoridad Palestina se niega a recibir de Israel si Israel no promete, por escrito, renegar de sus planes de declarar la soberanía en Judea, Samaria y el Valle del Jordán.

Abbas pidió a la Unión Europea otra ayuda económica, pero la UE le dijo que no tenía motivos para negarse a aceptar el dinero de los impuestos que Israel estaba ofreciendo porque la “anexión” había sido pospuesta o posiblemente cancelada bajo los acuerdos de normalización. La UE incluso instó a Abbas a restablecer la cooperación civil y de seguridad con Israel que la Autoridad Palestina cortó después de que Israel anunció su plan de soberanía.

Las políticas de Abbas no le están haciendo ningún favor a la economía de la Autoridad Palestina, no en tiempos regulares y ciertamente no desde el comienzo de la pandemia de COVID, en la que cientos de miles de palestinos perdieron sus trabajos, un cuarto a un tercio de las empresas privadas en Judea y Samaria cerraron, y aproximadamente la mitad de todos los cheques emitidos por la Autoridad Palestina rebotan.

Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina también están mostrando debilidad, principalmente contra el almacenamiento de armas, lo que ocurre principalmente en los campos de refugiados mientras las facciones en guerra se preparan para una guerra que suceda a Abbas.

Yoni Ben Menachem, investigador del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén, informó la semana pasada que el vicepresidente de Fatah, Mahmoud al-Aloul, estaba comprando grandes cantidades de armas para las milicias locales antes de esa batalla. El campo de Dahlan también se está armando, sobre todo en los campos de refugiados de Jenin y Balata.

Un funcionario del sector de seguridad dijo que estas armas no se están utilizando actualmente contra las FDI, pero que se utilizarán para establecer centros de poder y disuasión para el día después de que Abbas ya no esté en el poder. Sin embargo, nadie puede garantizar que las armas, miles de rifles y ametralladoras, no se utilizarán contra Israel.

Abbas, que espera que Joe Biden gane las elecciones estadounidenses, está buscando un lugar en algún lugar a lo largo del eje de la Hermandad Musulmana, que está operando contra el bloque de los estados árabes del Golfo, Egipto e Israel. Permitió que Jibril Rajoub viajara a Turquía y se reuniera con los líderes de Hamás, a través de mediadores turcos y qataríes, en un intento por hacer la paz entre los propios palestinos. Esto enfureció a Egipto, que ha ocupado el cargo de mediador intra-palestino en los últimos años.

Las reuniones en Estambul intentaron llegar a un acuerdo para llevar a Hamás y a la Yihad Islámica Palestina a la OLP y celebrar elecciones legislativas palestinas, algo que Israel no tiene la intención de permitir. Acordaron “renovar la resistencia popular”. Abbas también pidió a Qatar y Turquía alguna asistencia financiera inmediata, 500 millones de dólares, para poder pagar los salarios de los empleados del gobierno de la Autoridad Palestina.

Pinhas Inbari, un investigador de asuntos palestinos, ve los pasos recientes de Abbas como “actos de desesperación”. Inbari piensa que, en el fondo, estos son pasos de “necesidad y maniobra”, y evalúa que no indican ninguna posibilidad real en la política de Abbas de no permitir el terrorismo o una tercera intifada.

Hace un par de semanas, señala Inbari, “se estableció un comité conjunto para la Tercera Intifada con mucho ruido y fuegos artificiales, pero se apagó rápidamente porque el público no respondió a sus llamadas. No hay un impulso real para una intifada”. “Cualquiera que viva en Twitter e Internet puede tener una impresión diferente, pero la calle es lo que realmente importa, y ahora mismo, la calle no está iluminada”.

Las FDI y la agencia de seguridad Shin Bet, sin embargo, piensan de manera diferente y están viendo constantes intentos de actos terroristas. Pero incluso ellos piensan que mientras Abbas esté en el poder, las cosas permanecerán más o menos bajo control. Después que él se haya ido, será otra la historia.

Fuente: Israel Hayom / Hatzad Hasheni