Para saber más sobre Armenia y Azerbaiyan

Por Guillermo Lafferriere

Armenia y Arzeibayan iniciaron un cese de fuego desde el 10 de Oct a las 0800 GMT. Ya hemos opinado en otros ámbitos respecto de esta guerra, adelantamos que la misma tenía características de "fronteriza", que mientras se desarrollara en ese sector sin penetraciones críticas de uno u otro sobre su oponente, existiría posibilidad de evitar un escalamiento; que ninguna de las fuerzas en presencia tenía la capacidad de imponerse totalmente sobre la otra.

Que el cese de fuego se logre por la acción de Moscú era esperable, por algo que comentamos también: se estaba desarrollando en una zona que resulta crítica a la seguridad e intereses de Rusia, potenciada esa necesidad por la actividad de un actor, Turquía, que claramente impulsaba las hostilidades e introducía combatientes ajenos a la región en la guerra.

Resultaba inconcebible que Rusia permitiera que una guerra en el Cáucaso se desarrollara con un potencial de escalada proporcionado por la presencia activa de actores ajenos a la región y que pudiera colocarla en la necesidad de una intervención por otros medios. ¿Será posible que se llegue a un acuerdo duradero? Si nos guiamos por los antecedentes, luce que no es posible, incluso al momento de ponerse en práctica el acuerdo existieron acusaciones de acciones militares de alguna de las partes tratando de obtener una ventaja; aspecto que es muy común que suceda toda vez que se firma un acuerdo de cese de fuego. Incluso esa situación de violación del acuerdo se ha mantenido tiempo después de firmado el mismo, aunque me permito pensar que Moscú realizará toda la presión necesaria para que se respete el acuerdo, ya que no puede permitirse Putin que se haga evidente una falta de su gobierno para mantener la estabilidad, aunque sea precaria en el Cáucaso.

Por otra parte si Rusia y los países que se han sumado a la iniciativa de paz, logran generar incentivos que permitan un grado de desarrollo conveniente a Armenia y Arzeibayan, es posible que pueda alcanzarse una situación de paz más sustentable. La fragilidad interna de ambas naciones, tampoco ayuda mucho a ser optimistas. Cerramos reiterando que Turquía nuevamente se muestra participando de conflictos fuera de sus fronteras, jugando al borde de desatar escaladas descontroladas y donde puede cuestionarse su real capacidad para atender tantos frentes externo simultáneamente, mientras internamente su situación no es nada tranquilizadora.  ¿Cuánto podrá continuar con este juego? No tengo una respuesta terminante a esto. Parece que Ankara desea seguir con esto y cree que tiene espacio político interno para hacerlo. La experiencia indica que sin un frente interno sólido estas cosas no pueden durar. Veremos.


Fuente: Semanario Hebreo Jai