Cumbre Netanyahu-Bin Salman transforma la dinámica regional

Las filtraciones sobre la supuesta reunión entre el príncipe heredero saudita Mohammad Bin Salman, el Secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo y el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, y el hecho de que la censura militar les dio luz verde para su publicación, sugieren que ha habido un gran avance en las relaciones entre Jerusalem y Riad. Podría significar que se está preparando un acuerdo de paz o al menos un acuerdo de normalización. Ese avance, ya sea en forma de un tratado de paz en toda regla o el fin de la hostilidad mutua, como en el caso de Sudán, transformaría la dinámica geopolítica de la región. 

Tras la derrota de Donald Trump y la victoria de su contrincante demócrata Joe Biden, muchos expertos han especulado con que los Acuerdos de Abraham, es decir, los acuerdos de paz entre Israel, Bahréin y Sudán, se verían socavados. Después de todo, sin la tutela diplomática de los Estados Unidos para este proceso, sin sus esfuerzos de mediación y sin la determinación de la administración Trump de avanzar independientemente de la vía israelí-palestina, la posibilidad de que las cosas siguieran por la misma trayectoria era cuestionable. Pero parece que la verdadera respuesta se dio el lunes con las filtraciones.

La relación especial que se está forjando entre Israel, Arabia Saudita y los estados del Golfo ha estado en ciernes mucho antes de que el 45º presidente entrara en la Casa Blanca. El asunto secreto ha comenzado a raíz de procesos regionales que datan de los años 90 y se han intensificado tras la Primavera Árabe hace unos 10 años.

Estos procesos y la caída de los regímenes en el Oriente Medio se precipitaron, combinados con la creciente amenaza de Irán y la creciente racha de aislacionismo en la administración Obama, continuaron durante la presidencia de Trump y lenta pero seguramente ayudaron a acercar a Israel y al Golfo.

Esto llevó a que se produjera una suposición subyacente en Jerusalén, Riad, El Cairo, Abu Dhabi y Bahrein, incluso en Ammán, que prácticamente siempre adopta la postura palestina. Esa suposición era que, si la administración Biden muestra un tono conciliador hacia Teherán, sólo un fuerte pacto regional entre Israel y los Estados árabes moderados suníes puede frenar la marcha iraní hacia la bomba. Sólo una alianza de ese tipo permitiría otros acontecimientos importantes en la región, y principalmente entre esos acontecimientos está la reanudación de las conversaciones entre Israel y los palestinos y una tregua formalizada entre Israel y los grupos terroristas de la Franja de Gaza.

Así pues, la reunión del domingo envía un claro mensaje a la nueva administración de Washington, y más aún al régimen del ayatolá de Teherán. El mensaje es que la región tiene un liderazgo responsable que está listo para la cooperación transfronteriza que llevaría a la paz y la prosperidad para todos los involucrados.


Por Daniel Siryoti

Fuente: Israel Hayom / Israel Noticias