UNA PLAGA DE MENTIRAS

 


Por Ilan Buzny, especial para Comunidades Plus

Las diferencias entre el papel y las palabras es que a las palabras se las lleva el viento; el papel se pone amarillo pero la tinta no se borra.

Entre 1993 y 1995 el liderazgo palestino encarnado por Yasser Arafat supo alcanzar acuerdos con los mandatarios israelíes Itzjack Rabin y Shimon Peres en lo que se conoció como los acuerdos de Oslo, acuerdos que los llevaron a obtener el premio Nobel de la Paz.

Estos acuerdos entre tantas cosas marcaban como iba a ser la relación de un gobierno palestino con el israelí y como debía desarrollarse el día a día en cada uno de sus territorios.

Con el correr de los tiempos algunos aspectos de Oslo I Y II fracasaron y otros resistieron al paso del tiempo. Es así que hoy en plena pandemia de Covid-19 resulta fundamental hablar de un artículo sumamente relevante que parece que muchos opinologos y “analistas” deciden ignorar. Claro está que la referencia es al artículo 17 de los acuerdos de Oslo II que hacen referencia al tema de salud.  En sus incisos se afirma lo siguiente:

1. Los poderes y responsabilidades en el ámbito de la salud en la Ribera Occidental y la Franja de Gaza se transferirán al lado palestino, incluido el sistema de seguro médico.

2. La parte palestina continuará aplicando las normas actuales de vacunación de los palestinos y las mejorará de acuerdo con las normas aceptadas internacionalmente sobre el terreno, teniendo en cuenta las recomendaciones de la OMS. En este sentido, la parte palestina continuará la vacunación de la población con las vacunas enumeradas en la Lista 3.

6. Israel y la parte palestina intercambiarán información sobre epidemias y enfermedades contagiosas, cooperarán para combatirlas y desarrollarán métodos para el intercambio de archivos y documentos médicos.

Cooperar  es un acto y otro acto completamente diferente es el de la imposición. El gobierno palestino es el responsable de vacunar a la población palestina. En la semana que acaba de transcurrir Israel entregó 5 mil dosis de la vacuna de Moderna luego de que autoridades palestinas acordaran con las israelíes. En la misma semana la Ministra de Salud palestina no solo que recibió esa vacuna sino que anunció que el día jueves 4 de Febrero estarían arribando a los territorios palestinos 10.000 dosis de la vacuna Sputnik V luego de que su gobierno dialogara con el gobierno ruso. Pequeño dato no menor es que el cargamento con las vacunas llegó a Cisjordania gracias a que el avión aterrizó en Tel Aviv. Llama la atención -o quizás no tanto-  como varios medios de comunicación se enceguecieron cuando el 19 de mayo del 2020 los mismos palestinos que hacen un escándalo internacional por la vacuna, rechazaron la ayuda humanitaria enviada desde Emiratos árabes por aterrizar en Israel y no en otro país por que se negaban a ser un puente de normalización entre Israelíes y emiratíes según decían en Ramallah.

Oslo sigue tan vigente que Israel brindó ayuda hospitalaria al máximo negociador palestino en noviembre pasado  cuando  Saeb Erakat negociador palestino frente a Israel  fue hospitalizado en Jerusalem siendo atendido por médicos israelíes (más allá de que Israel lo haga a diario con ciudadanos palestinos sin cargos políticos) .Nunca jamás su hija frente a las cámaras agradeció a Israel o los médicos (árabes israelíes incluso) que intentaron sostener la vida de su padre.

Es verdad que el virus del Covid-19 no reconoce fronteras entre países, como así también es verdad que Israel viene liderando indiscutidamente la vacunación a su población a nivel mundial.  Una cosa no quita a la otra, frente a tanta persecusión mediática cargada de ideología -y cuanto menos odio- al éxito israelí habrá que responder con datos, porque si hay algo que los “analistas” y detractores de Israel no soportan son los datos, esos que acaban con los relatos. ¿Israel debe coordinar una ayuda en la vacunación palestina? Sí. ¿Israel debe vacunar a la población palestina? No ¿por qué? Porque así está dictaminado en los acuerdos de Oslo II, firmado por las máximas autoridades de un lado y del otro.