Aclaración sobre las conversiones

 El tema conversiones es un tema muy polémico en Israel y la diáspora, por lo que intentaré aclarar el tema para quienes no siendo judíos se les hace difícil entender el debate.

Imagen 01

Lo primero es dejar en claro que el titular de este medio israelí (Imagen 01) es falso. Tal como explica la misma nota más abajo, lo concreto es que la Corte de Justicia de Israel no es que acepte a los conversos no ”ortodoxos” como judíos, sino sólo como ciudadanos israelíes de pleno derecho. En otras palabras lo único que ha cambiado para ellos es que ahora serán reconocidos como ciudadanos por el estado de Israel para todos los efectos civiles pertinentes.

Como tales, matrimonios y funerales seguirán bajo la autoridad de los tribunales rabínicos de Israel, la Rabanut, la cual se guía por la Halajá judía, por lo que es ”ortodoxa”. Es decir no podrán casarse en Israel ni ser enterrados en cementerios para judíos.

”ORTODOXOS”, CONSERVADORES Y REFORMISTAS

Aclaremos ahora el por qué pongo la palabra ortodoxo entre comillas. Desde sus orígenes, es decir desde la entrega de la Torá al pueblo de Israel, hasta los días de hoy, quien nacía de vientre judío era considerado judío, y como tal estaba obligado a cumplir con la Halajá, es decir la ley judía, que por supuesto deriva de los 10 mandamientos judíos (digo judíos por que no son los mismos de otras creencias como hemos aclarado en otras notas) y de las 613 mitzvots también entregadas en la Torá (ojo, la Torá que se compone de su versión escrita y oral, ambas entregadas por HaShem en el Sinaí).

Hasta la aparición de las corrientes conservadoras y reformistas en el judaísmo, hace unos cientos de años, a ningún judío, ya fuese el Rey David, Shlomo Hamelej (el Rey Salomón), Rabi Akiva, Hilel, Maimónides, Iosef Caro, Rab Kuk, o a cualquier judío no se le hubiese pasado por la mente ser llamado ”ortodoxo” por su forma de llevar su judaísmo. Para ellos hoy y siempre su forma de vida no es nada especial sino la normal. Es decir un judío ”ortodoxo” no se considera ”ortodoxo” sino simplemente judío como cualquier judío de los últimos 30 siglos.

A continuación un pequeño resumen extraído de Wikipedia de que es el movimiento conservador y reformista para entender mejor el tema.

”El judaísmo Masortí o conservador surge en Alemania a mediados del siglo XIX como una reacción al judaísmo reformista, posicionándose como una síntesis entre este último y el judaísmo ortodoxo. El judaísmo conservador se institucionalizó en los EE. UU. alrededor del 1900. El conservadurismo postula la devoción a la tradición y ley judía (masoret y halajá), con un acercamiento abierto y positivo al mundo moderno, la democracia y el sionismo.

Los principios del Judaísmo Conservador incluyen:
La “dedicación a la Halajá como una guía para nuestras vidas”. Una enseñanza no fundamentalista de los principios de la fe judaica.
Una actitud positiva hacia la cultura moderna.
Una aceptación tanto de los métodos tradicionales-rabínicos como de los académicos y críticos en lo que al estudio de los textos religiosos del judaísmo se refiere.

El Judaísmo Conservador tiene sus orígenes en la escuela conocida como el positivismo histórico judaico, desarrollada en 1850 como una reacción a las posiciones más liberales adoptadas por el Judaísmo Reformista. El término conservador denotaba la intención de la corriente conservadora de conservar la tradición, en lugar de reformarla o abandonarla.”


”El judaísmo reformista por otra parte defiende la autonomía individual en lo relativo a la interpretación de los preceptos religiosos. El Judaísmo Reformista de la modernidad es una de las corrientes herederas del judaísmo Progresista o Liberal que aparece en Alemania durante el Siglo de las Luces, aunque hoy en día difiere significativamente de este. A su vez estas corrientes fueron influidas por la Haskalá (en hebreo: השכלה; “Iluminismo”, “educación”, de la raíz sejel “intelecto”, “mente”), también conocida como el “Iluminismo judío”.

La Haskalá fue el movimiento que se desarrolló en la comunidad judía europea a fines del siglo XVIII que tomó los valores del siglo de las luces, buscando una mejor integración con el entorno e incrementar la educación del hebreo, la historia judía y demás conocimientos seculares, fuera del ámbito de la escuela religiosa o yeshivá. En el Siglo XIX, en un entorno histórico de evolución hacia la emancipación de los judíos, las tensiones entre la sociedad moderna y el modo de vida de las comunidades hebreas tradicionales se agudizaron.”


Ahora hay que dejar muy en claro que para las autoridades rabínicas ”ortodoxas” de Israel, quien nació de madre judía es judío, sea tal judío ”ortodoxo”, conservador, reformista o ateo. Es más, si un judío se hace cristiano o musulmán se le sigue considerando judío hasta el fin de sus días.

EL DEBATE DE LAS CONVERSIONES

Hasta aquí hemos dicho que está fuera de discusión que quién nace de madre judía es judío, independiente de que el padre sea o no judío. Hay que recordar que no hay judío que no tenga orígenes conversos ya que todo el pueblo de Israel, fue convertido al judaísmo a los pies del monte Sinaí. Luego además de quien nació de madre judía, se considera judío a los conversos como Ruth la moabita, que aceptó ser parte del pueblo judío y que su Dios era desde ese momento su Dios, es decir que se comprometía a cumplir las 613 mitzvots del judaísmo. Esa ha sido la regla para convertir no judíos al judaísmo desde siempre. La persona que se convierte debe comprometerse a llevar un vida totalmente bajo las 613 mitzvot de la Torá, es decir, de la Halajá o ley judía. ¿Pero y los nacidos judíos que no las cumplen? Ellos ya rendirán cuentas al momento de ser juzgados en su momento.

Hay que recordar que no hay judío que no tenga orígenes conversos ya que todo el pueblo de Israel, fue convertido al judaísmo a los pies del monte Sinaí.

Mi keilá o comunidad en mi ciudad natal en Concepción Chile, era conservadora, y usaba micrófonos en los servicios de Shabat, algo totalmente prohibido por la Halajá. Luego podemos entender que el grado de cumplimiento de la Halajá es menor en el mundo conservador y mucho menos en el reformista, aunque todos sean judíos. La Torá por otra parte nos dice en forma explícita: “Todo lo que os recomiendo observadlo exactamente, sin agregar o suprimir nada” (Deuteronomio 13:1). Por esta razón es que el judaísmo no reconoce las conversiones del mundo conservador y reformista.

Pero en el fondo, el debate al interior del pueblo judío por las conversiones se debe a los matrimonios mixtos entre judíos y no judíos. Dado el alto grado de asimilación en las comunidades de la diáspora, en que hombres judíos se casaron con mujeres no judías provocó que sus hijos no fuesen considerados judíos por la Halajá. La forma de solucionar esto era convertir a la novia al judaísmo. Pero dada el nivel de exigencia de la Halajá era demasiado alto, muchos optaron por las opciones más livianas conservadoras y reformistas, que integraría a su familias a sus comunidades en sus respectivos países.

El problema se suscita cuando esas familias hacen aliá a Israel, y su mujer y sus hijos no son reconocidos por la Rabanut como judíos. O cuando siendo judíos israelíes, desean casarse con alguien que no es reconocido como judío por la Halajá, y deben optar por un matrimonio civil realizado en el extranjero para luego legalizarlo por las leyes civiles de Israel, pero cuyos hijos no serán considerados judíos por la Halajá. A menos por supuesto que hagan una conversión según la Halajá, es decir ”ortodoxa”.

Hasta aquí mis comentarios, intentando no emitir juicios de valor, sino describir lo más fielmente la problemática de este tema.

Por Iosef Neira compartido haciendo Shuk.