La “rebelión de los barbudos” se lanza al asalto del Ejército israelí

 La campaña enfrenta a soldados que quieren dejarse la barba con los mandos militares, más conservadores; también marca la creciente distancia entre laicos y religiosos y entre jóvenes y fuerzas armadas

Una decidida campaña para extender el derecho a usar barba entre los soldados sacude al Ejército israelí, una institución tradicionalmente respetada pero ahora tironeada entre laicos y religiosos y entre los jóvenes y la jerarquía militar.

La campaña “Derecho a la barba para todos”, iniciada por algunos soldados, incluye una batalla legal y una campaña de recaudación de fondos para llevar adelante el cambio inclusivo entre los uniformados del país.

En enero, 17 soldados recurrieron a la Corte Suprema, el tribunal más alto del país, para que obligue al Ejército a permitir que cualquier militar tenga derecho a llevar barba, a no afeitarse, y no solo los judíos religiosos. Según Bar Pinto y Gilad Levi, ambos de 29 años, voceros del movimiento que lucen frondosas barbas, el jefe de estado mayor, Aviv Kochavi, desarrolla una política antibarba.

“Hay una discriminación evidente entre religiosos y laicos”, sostienen los voceros, haciéndose eco de los reclutas que no tienen derecho a expresarse. “De acuerdo con el reglamento, los militares tienen la obligación de afeitarse la cara”, indica el Ejército, que afirma garantizar “la disciplina militar en todos sus aspectos”. Sin embargo, otorga exenciones por motivos médicos, religiosos o personales cuando un soldado considera que su barba es constitutiva de su identidad.

“Pero miles de testimonios dan fe de que es sumamente difícil que un soldado sea eximido por motivos personales”, dice Bar Pinto. “Hay una discriminación evidente entre religiosos y laicos, ya que un soldado religioso que solicita una dispensa la obtiene casi automáticamente”, agrega. “No es legal”, afirma por su parte Gilad Levi, denunciando una violación de las libertades individuales. Pinto y Levi dirigen en Facebook el grupo Barbudos de Israel que cuenta con 3000 integrantes.

Todo comenzó hace un año cuando se unieron al llamado lanzado por la madre de un soldado, Yochi Baruch, para que se ponga fin a la obligación de afeitarse, innecesaria según ella, que afecta a la autoestima y la confianza de los jóvenes reclutas.

Comunicadores expertos, Pinto y Levi defienden la causa en las redes sociales con videos humorísticos pero también camisetas y calcomanías en las que el logotipo del Ejército aparece con una barba. También lanzaron una recaudación para financiar la batalla legal que hasta ahora obtuvo 120.000 séqueles (36.000 dólares). Unos “1600 soldados contribuyeron” a la colecta afirma Levi, para quien el uso de la barba es “muy corriente en Israel” y también está “muy vinculado a la identidad judía”.

“Queremos que los militares se ocupen de lo que realmente importa, que inviertan sus esfuerzos, recursos y tiempo en la defensa del país”, no en la barba de los soldados, dice Pinto, que evoca la historia judía salpicada de guerreros barbudos como Sansón, un personaje bíblico conocido por su cabello largo.

Además es “contraproducente” para el Ejército, afirman los dos hombres, que sostienen que el país registra un desamor entre los jóvenes y las Fuerzas Armadas, una institución sagrada en Israel, donde el servicio militar (tres años para los hombres y dos para las mujeres) es obligatorio. Sin embargo, cada vez más jóvenes escapan al servicio militar aduciendo trastornos mentales.

Por su parte los judíos ortodoxos están exentos de cumplir con el servicio militar, lo que genera polémicas recurrentes. Menos del 50% de los jóvenes hacen el servicio militar, admitió recientemente el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz. En este contexto, “¿Para qué complicar la vida de estos jóvenes que se esfuerzan por venir y servir a su país y dar los mejores años de su vida?”, pregunta Bar Pinto.


Fuente: Agencia AFP / La Nación