A un año de la pandemia, AMIA presentó un informe que refleja su adaptación y capacidad de respuesta para seguir cumpliendo su misión

 

La irrupción de la pandemia alteró todos los ámbitos de nuestra vida. La emergencia sanitaria obligó a reorganizarse y adaptarse a un contexto que estaba fuera de toda previsión. Para seguir cumpliendo con su misión institucional en un momento tan complejo y reforzar el acompañamiento a los distintos públicos con los que AMIA interactúa, la entidad debió modificar, de un momento a otro, la planificación de sus programas, las prioridades y sus líneas de acción.

Para informar acerca de todo lo realizado a partir del cambio de contexto que trajo aparejado la emergencia sanitaria, AMIA elaboró un completo documento que resume todas las acciones que efectuó en el primer año de la pandemia, y que deja en evidencia la rápida capacidad de adaptación que los equipos de trabajo de las distintas áreas llevaron adelante con el fin de seguir brindando atención y contención para garantizar, especialmente, los derechos esenciales de la población más vulnerable.

“Se trata de un recorrido que comienza en marzo de 2020 y que se extiende hasta marzo de 2021, y con el cual pretendemos dar cuenta de los desafíos más relevantes que debimos enfrentar y los mecanismos que pusimos en marcha, muy rápidamente, para poner en acción nuestro compromiso por estar cerca de quienes hoy más que nunca necesitan de nuestra ayuda”, destacó el director ejecutivo de AMIA, Daniel Pomerantz.

“El reporte – según se señala en la introducción – es también un reconocimiento al esfuerzo, la dedicación y el compromiso de la Comisión Directiva, del equipo de Dirección, de todo el personal y de los voluntarios quienes, desde el lugar que les tocó, pudieron ofrecer la mejor predisposición y una enorme capacidad de adaptación para pensar siempre en lo mejor para los diferentes públicos destinatarios con los que AMIA se vincula”.

“Además, es la posibilidad de agradecer a socios, donantes, empresas, organizaciones de la sociedad civil, organismos públicos, instituciones comunitarias nacionales e internacionales, que confiaron en nosotros para unir voluntades y multiplicar el impacto de cada una de las acciones desarrolladas”.

A lo largo de 27 páginas el informe “AMIA durante la pandemia por coronavirus” está estructurado en cuatro etapas: “Capacidad de adaptación y foco en la sostenibilidad, en un tiempo marcado por la incertidumbre”; “La atención puesta en los más necesitados. Creación de la Red Social de Protección Comunitaria”; “La educación como prioridad. Afianzando un nuevo modelo de gestión institucional” y “Rumbo a una nueva realidad. Los aprendizajes hacia el futuro”.

Acompañado por una cronología que da cuenta de cómo fue cambiando el contexto a partir del avance de la pandemia, el reporte abarca las principales iniciativas que se realizaron a nivel institucional y desde cada una de las diferentes áreas que conforman AMIA.

También se dejó registro acerca del trabajo articulado y en red que se realizó con diferentes instituciones sociales para poder brindar una mejor respuesta comunitaria a las necesidades y urgencias que fueron surgiendo.

“Aunque todavía cuesta divisar el final de la pandemia, y sabiendo que tenemos muchos desafíos complejos por delante, consideramos que después de 12 meses desde que se estableció el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, era oportuno realizar un repaso de los principales cambios que el contexto generó en nuestra tarea cotidiana a nivel institucional y comunitario”, indicó Pomerantz. “Nuestra tarea sigue adelante, con los valores de siempre y con nuestro lema institucional que nos convoca y nos compromete todos los días a reparar el mundo,” concluyó.

Para ver el informe completo, click aquí.