¿Qué tienen en común Carlos Marx y Adolf Hitler? Por Alfredo Tolchinsky

 


1)    Encuadre

Como consecuencia del ataque de Hamás a Israel arrojando más de 4.000 cohetes contra la población civil, obligando a Israel a defenderse, surgieron las voces de siempre del mundo progre, con declaraciones acusatorias sobre Israel y su posible violación a los derechos humanos, pero ninguna de estas voces criticó al agresor.

Dentro de este mundo que se asume como dueño de la verdad, está el Gobierno Argentino, la Señora Bachelet, obviamente casi todos los movimientos socialistas de Argentina y por supuesto el partido Podemos de España, etc., etc., etc.

Todas estas declaraciones acusatorias sobre Israel se realizaron sabiendo que Hamás tiene en su Carta Orgánica como objetivo la destrucción de Israel y obviamente el asesinato de todos sus habitantes, idéntico objetivo tiene Irán, país que sostiene en todo sentido a Hamás.

Nadie en el mundo progre sale a cuestionar esta Carta Orgánica ni las declaraciones de Irán y de todos los grupos terroristas, se toma con naturalidad de que se puede amenazar la existencia de los judíos y mantener un silencio cómplice.

Además, sin entrar en los detalles del derecho de Israel a existir, están los 700.000 judíos expulsados de los países árabes, en los 30, 40 y 50, que nadie recuerda ni reivindica, tomándose también con naturalidad que se puede expulsar judíos como algo normal que no merece la atención.

Frente a estas explícitas posiciones antisemitas disfrazadas de anti israelíes, me pregunté, ¿por qué la izquierda con base marxista y los progre en general son antisemitas?

La respuesta es muy simple, Carlos Marx era brutalmente antisemita y obviamente eso lo transmitió a todos sus seguidores.

2)    La posición de Carlos Marx respecto a los judíos

Para sostener mi punto de vista, analizaré algunos párrafos del texto de Carlos Marx de 1843 “Sobre la cuestión Judía” y su influencia en Adolf Hitler.

Cabe aclarar, para el que no lo sepa, que Carlos Marx nació en el seno de una familia judía donde habían rabinos, un abuelo y un tío. Su padre, abogado, se convirtió al Protestantismo (Luteranismo) para poder ejercer la abogacía e hizo lo mismo con su hijo a la edad de 6 años de éste.

Probablemente el haber vivido y participado de celebraciones judías durante su infancia, para luego repudiarlas, adicionado a la influencia en su conversión por la lectura de Lutero, quién odiaba a los judíos, generaron en Marx un rechazo a su origen judío tremendo, que se manifiesta en su escrito.

¿Que opinaba Lutero sobre los judíos? He aquí una muestra:

En el tratado Sobre los judíos y sus mentiras” Lutero describe a los judíos como "la base de la prostitución popular, es decir, no son el pueblo de Dios, y se jactan de su linaje, circuncisión, y por ley, deben ser considerados como inmundicia".​ También escribió que están "llenos de las heces del diablo (...) que se revuelcan como los cerdos" y que la sinagoga es una "puta incorregible y una malvada ramera".

Obviamente, Carlos Marx debe haber leído estas u otras frases similares en su momento de conversión, lo cual algún efecto debió producir.

 Sobre la cuestión judía” es una obra poco conocida, pero fundamental para entender el pensamiento de Carlos Marx. Escondida por muchos de sus seguidores, sobre todo a partir del Holocausto, en ella desarrolla intelectualmente buena parte del entonces creciente sentimiento antisemita en Europa.

En este texto, Marx comienza a apuntalar el edificio teórico de su pensamiento sobre el capitalismo y la supuesta “emancipación humana” de éste.

El objetivo fantasioso de Carlos Marx, era cambiar la sociedad para el bien de ella ya que era dominada por los judíos quienes sometían a los pueblos para su benefició. Además, según su visión, los judíos eran irrecuperables porque carecían de cualidades dignas, por su egoísmo, por la ambición por la usura, por sus necesidades prácticas, porque su Dios es el Dinero,  por su desprecio de la teoría, del arte, de la historia y del hombre, entonces, no se le ocurrió mejor idea que el judaísmo debía desaparecer, ello lleva implícito la desaparición de los judíos que no quisiesen renunciar a serlo.

“Sobre la cuestión Judía”. He aquí algunos párrafos del texto bastante significativos:

a.     Dijo Carlos Marx en página 2 y 3 respondiendo a una hipótesis sobre como los judíos pueden dejar de serlo de  Bruno Bauer, otro antisemita:

Nosotros intentaremos romper la formulación teológica del problema. El problema de la capacidad del judío para emanciparse se convierte, para nosotros, en el problema de cuál el elemento social específico que hay que vencer para superar el judaísmo. La capacidad de emancipación del judío actual es la actitud del judaísmo ante la emancipación del mundo de hoy. Actitud que se desprende necesariamente de la posición especial que ocupa el judaísmo en el mundo esclavizado de nuestros días.

 

¿Cuál es el fundamento secular del judaísmo? La necesidad práctica, el interés egoísta.

¿Cuál es el culto secular practicado por el judío? La usura.

¿Cuál su Dios secular? El dinero.

Pues bien, la emancipación de la usura y del dinero, es decir del judaísmo práctico, real, sería la auto-emancipación de nuestra época….

 

Nosotros reconocemos, pues, en el judaísmo un elemento antisocial presente de carácter general, que el desarrollo histórico en que los judíos colaboran celosamente en este aspecto malo se ha encargado de exaltar hasta su apogeo actual, llegado al cual tiene que llegar a disolverse necesariamente.

La emancipación de los judíos es, en última instancia, la emancipación de la humanidad del judaísmo.

El judío se ha emancipado ya, a la manera judía. El judío que en Viena, por ejemplo, sólo es tolerado, determina con su poder monetario la suerte de todo el imperio. Un judío que tal vez carece de derechos en el más pequeño de los Estados alemanes, decide la suerte de Europa.

 

….. El judío se ha emancipado a la manera judaica, no solo al apropiarse del poder del dinero, sino por cuanto que el dinero se ha convertido, a través de él y sin él, en una potencia universal, y el espíritu práctico de los judíos en el espíritu práctico de los pueblos cristianos…..

 

b.    Dijo Carlos Marx en página 5:

La sociedad burguesa engendra constantemente al judío en su propia entraña.

¿Cuál era, de por sí, el fundamento de la religión judía?

La necesidad práctica, el Egoísmo.

El monoteísmo del judío es, por tanto, en realidad, el politeísmo de las muchas necesidades, un politeísmo que convierte incluso el retrete en objeto de la ley divina…..

 

El dinero es el celoso Dios de Israel, ante el que no puede legítimamente prevalecer ningún otro Dios. El dinero humilla a todos los dioses del hombre y los convierte en una mercancía…..

 

El Dios de los judíos se ha secularizado, se ha convertido en Dios universal. La letra de cambio es el Dios real del judío. Su Dios es solamente la letra de cambio ilusoria.

 

Lo que de un modo abstracto se halla implícito en la religión judía, el desprecio de la teoría, el arte, de la historia y del hombre, como un fin en si, es el punto de vista consciente real, la virtud del hombre de dinero. Los mismos nexos de la especie, las relaciones entre hombre y mujer, etc., se convierten en objeto de comercio. La mujer es negociada.

 

c.     Dijo Carlos Marx en la página 7:

El cristianismo es el pensamiento sublime del judaísmo, el judaísmo la aplicación práctica vulgar del cristianismo, pero esta aplicación solo podía llegar a ser general una vez que el cristianismo, como la religión ya terminada, llevase a términos teóricamente la auto enajenación del hombre de sí mismo y de la naturaleza.

Sólo entonces pudo el judaísmo imponer su imperio general y enajenar al hombre enajenado y a la naturaleza enajenada, convertirlos en cosas venales, en objetos entregados a la servidumbre de la necesidad egoísta, al tráfico y a la usura.

 

d.    Dijo Carlos Marx en la última página (8):

…..No es, por tanto en el Pentateuco o en el Talmud, sino en la sociedad actual, donde encontramos la esencia del judío de hoy, no como un ser abstracto, sino como un ser altamente empírico, no solo como la limitación del judío, sino como la limitación judaica de la sociedad.

Tan pronto logre la sociedad logre acabar con la esencia empírica del judaísmo, con la usura y con sus premisas, será imposible el judío, porque su conciencia carecerá ya de objeto, porque la base subjetiva del judaísmo, la necesidad práctica, se habrá humanizado, porque se habrá superado el conflicto entre la existencia individual-sensible y la existencia genérica del hombre.

La emancipación social del judío es la emancipación de la sociedad del judaísmo.

Después de leer este texto, no se podrá negar la influencia del mismo en el panfleto antisemita de la Rusia zarista “Los Protocolos de los Sabios de Sion”,  ni en la ideología nazi expresada por Adolf Hitler.

Ocultar la existencia de este ensayo ha sido una tendencia general entre los marxistas que lo conocen, sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial y el descubrimiento de lo que significó el Holocausto.

Los textos de Marx circulaban por los ambientes intelectuales y si Adolf Hitler, que no era precisamente un intelectual, leyó algunos de ellos ya que menciona a Carlos Marx o al marxismo en su libro “Mi Lucha”  no menos de 100 veces, es obvio que gran parte de la izquierda europea los leyó y que el mismo Hitler afirmó. Es claro que el desprecio por los judíos que tenía Marx influyó en vastos sectores tanto de la izquierda como de la derecha europea.

3)    Adolf Hitler y “Mi Lucha”,

Describir el odio a los judíos de Hitler expresado en “Mi Lucha” no se justifica ya que la realidad superó a las palabras. Para Hitler el marxismo  era parte del movimiento de conspiración de los judíos para dominar Alemania, de ahí su odio al marxismo.

De la lectura de Mi Lucha, pueden extraerse algunas consideraciones de Hitler significativas sobre marxismo:

 Al morir mi madre fui a Viena por tercera vez, y permanecí allí algunos años….. En aquella época debí también abrir los ojos frente a dos peligros que antes apenas si los conocía de nombre, y que nunca pude pensar que llegasen a tener tan espeluznante trascendencia para la vida del pueblo alemán: el MARXISMO y el JUDAÍSMOMi Lucha pag: 17.

 

Hitler reconoce haber leído sobre marxismo, “Llevado por las lecciones diarias de la experiencia, comencé a investigar los orígenes de la doctrina marxista. En casos concretos, su actuación me parecía clara”;” Comencé a entrar en contacto con los fundadores de la doctrina, a fin de poder estudiar los principios en que se fundaba el movimiento marxista”. Mi Lucha pag; 42 y 43.

 

Si el judío, con la ayuda de su credo socialdemócrata, o bien, del marxismo, llegase a conquistar las naciones del mundo, su triunfo sería entonces la corona fúnebre y la muerte de la Humanidad. Nuestro planeta volvería a rotar desierto en el cosmos, como hace millones de años”. Mi Lucha pag; 43

 

Hitler admira ciertas acciones del marxismo, respecto a la Propaganda:

“Habituado a seguir con marcada atención el curso de los acontecimientos políticos, la actividad de la propaganda me había interesado siempre en grado extraordinario. Veía en ella un instrumento que justamente las organizaciones marxistas y socialistas dominaban y empleaban con maestría” Mi Lucha pag: 108

 

“Lo que al marxismo le dio el asombroso poder sobre las muchedumbres no fue de ningún modo la obra escrita, de carácter judío, sino más bien la enorme avalancha de propaganda oratoria que en el transcurso de los años se apoderó de las masas. Entre cien mil obreros alemanes no hay, por término medio, cien que conozcan la obra de Marx, obra que desde un principio fue estudiada mil veces más por los intelectuales, y ante todo por los judíos, que por los verdaderos adeptos al marxismo”. Mi Lucha pag: 279.  

 

Respecto a los grandes eventos:

“La victoria del marxismo se debió también a las formidables demostraciones colectivas, a aquellas manifestaciones de cientos de miles de hombres, ante los cuales los individuos se consideraban mezquinos gusanos, pero, a pesar de eso, se enorgullecían de pertenecer a la gigantesca organización, al soplo de la cual el odiado mundo burgués podría ser aventado, permitiendo a la dictadura proletaria festejar su victoria final”. Mi Lucha Pag: 280

 

 Hitler admite que leyó a fondo El capital de Karl Marx: “Llegué a penetrar el contenido de la obra del judío Karl Marx. Su libro El capital empezó a hacérseme comprensible y, asimismo, la lucha de la socialdemocracia contra la economía nacional, lucha que no persigue otro objetivo que preparar el terreno para la hegemonía del capitalismo internacional”, Mi Lucha pag: 131.

 

Y concluye con una definición muy fuerte: “Karl Marx fue, entre millones, realmente el único que con visión de profeta descubriera en el fango de una Humanidad paulatinamente envilecida, los gérmenes del veneno social, agrupándolos, cual un genio de la magia negra, en una solución concentrada, para poder destruir así, con mayor celeridad, la vida independiente de las naciones soberanas del orbe. Y todo esto sólo al servicio de su propia raza”, Mi Lucha pag: 225.

 

4)    Entre Marx e Hitler hay ciertas coincidencias y también diferencias.

Finalmente, con 80 años de diferencia, Hitler expresa una tesis similar a la de Marx respecto a la intención de los judíos de dominar el mundo en su beneficio y que, para evitarlo, era necesario que desapareciera el judaísmo.

 

En su paranoia, Hitler vio en el marxismo un instrumento más de los judíos para lograr sus objetivos

 

Ambos despreciaban y odiaban al judío y no le encontraban ninguna virtud.

 

También despreciaban la Democracia y el Capitalismo. Eran partidarios de la intervención del Estado como organizador de la sociedad.

 

Por último, Marx pregonaba que el socialismo fuese universal y abarcara a todos los pueblos mientras que para Hitler, que fuese Nacional o sea, solo en Alemania, con todas las connotaciones racistas que esto incluía

 

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