“La actitud es el 70% del éxito, el resto es perseverancia y mente abierta”. Entrevista a Gabriel Astrovsky a un año de vivir en Israel

 Gabriel Astrovsky tiene 44 años, es argentino e hizo Alia (emigro a Israel) junto a su familia en Julio 2020, en plena pandemia. A casi un año de vivir en Israel nos cuenta su experiencia.



“Que lindo es el verano en Israel” Afirma Gabriel al aparecer en cámara, con un fondo soleado y una sonrisa radiante.


Gabriel Astrovsky tiene 44 años, es argentino e hizo Alia (emigro a Israel) en Julio 2020, en plena pandemia junto a su esposa Virginia (43) y sus dos hijos Sofia (11) y Julian (8). Vive en Kfar Saba, específicamente en el moderno barrio de Ieruka, de edificios bajos y una tranquilidad que describe como impensada en Buenos Aires.


Fruto de una familia profundamente sionista, su madre directora de una escuela judía y su padre dirigente comunitario, le inculcaron el amor por Israel desde chico. Por eso afirma: “Israel siempre fue una opción en mi vida”.


– ¿Por qué decidiste hacer Alía?


– Vengo de una familia bastante activista dentro de la comunidad judía argentina y en cuanto al sionismo. Siempre tuve la realidad de Israel muy cercana en mi vida.


Estudie periodismo y mis primeros trabajos fueron en medios comunitarios por lo cual desde lo laboral también Israel estaba presente en mi vida. Luego pase a trabajar en medios por fuera de la comunidad, en Canal 13 y Telefe como productor de diversos programas.


Toda mi vida soñé con vivir en Israel, pero por una razón u otra siempre lo pospuse. Siempre hubo una excusa distinta, estudio, trabajo, noviazgo, casamiento, hijos, pero nunca dejo de estar entre las opciones de vida.  


Desde que me puse de novio con mi mujer, ella siempre sabía que yo quería vivir en Israel. Pasamos por momentos en donde ella quería mas y otros en donde era al revés, pero siempre los dos tuvimos esta idea.


– ¿Y cómo fue transformándose esa idea en realidad?


– Algo en lo que coincidíamos los dos es que no pensábamos en Israel como un lugar al cual escapar. La realidad es que teníamos una buena calidad de vida en Argentina, matrimonio con dos hijos que iban a un buen colegio, teníamos nuestra casa, nuestro auto, nuestro club, nuestras vacaciones y nada nos faltaba.


Sin embargo, a pesar de nuestra buena situación, sentíamos que queríamos buscar una mejor calidad de vida para nuestros hijos, una calidad de vida que no solo tiene que ver con lo económico sino con la seguridad y el ámbito social que pretendo como padre para mis hijos.


Por ejemplo, nosotros vivimos en la Ciudad de Buenos Aires, específicamente en el barrio de Palermo y luego en Almagro. Mis hijos no salían solos a la calle nunca, ni siquiera a la panadería a comprar facturas. Aca en Israel es muy distinto, van solos al colegio y son mas independientes. De hecho, acabo de pasar por la puerta de mi casa y mi hijo esta en la plaza jugando con amigos y mi hija se fue a andar en bicicleta sola por el parque.


El otro día salí a comprar algo y cuando volví, vi que mi mujer estaba con una amiga con su celular a las 20 hs charlando en la calle sin ningún problema. Cuando subió a casa, ella misma se impresiono de poder estar de noche con un celular en la mano y sin problema.


Emigrar a Israel con hijos:

– ¿Cómo le explicaste a tus hijos que en Israel si pueden salir a jugar solos en la calle?


Desde que les contamos que veníamos a Israel, les dijimos que esto era algo posible acá. Les explicamos que justamente eso es lo que estamos buscando con el cambio de país y era lo que nos faltaba en Argentina. Con todo el cariño y todo el amor que le tenemos a Argentina, porque es nuestro país, porque nuestros familiares y amigos continúan viviendo ahí, pero nosotros como proyecto familiar buscábamos esto.


¿Como les contaste a tus hijos la idea de mudarse de país? ¿Cual fue su reacción?


Honestamente no fue algo fácil. Mi hija mayor, Sofi tenia 10 y Julian, el menor, 7 y cuando les contas que van a tener que dejar todo, el colegio, su casa, su familia, sus amigos para irse a una aventura que solamente soñaron mama y papa no es fácil. Obviamente trajo resistencia, llantos, pataleos y gritos.


Hoy, un año después, siguen sintiendo que los desarraigamos, pero entienden lo bien que estamos acá y de a poco se acostumbran a la nueva realidad. Entienden perfectamente que, aun con todas las dificultades, idioma nuevo, cultura nueva y demás obstáculos, Israel es el mejor lugar para vivir.


– ¿Como fue el momento exacto en el cual les contaron?


Ufff, jajajajajaja. Fue tremendo. Nosotros lo teníamos decidido y le contamos a nuestros hijos dos meses antes de venirnos con todo el proceso ya casi terminado.


Fue un momento muy especial. Por un lado, no queríamos generarles ansiedad, pero por otro lado no les podíamos contar de una semana para la otra.


La realidad es que mi hija muchas veces escucho hablar sobre mi deseo de vivir fuera de Argentina. Nosotros le pensábamos contar un domingo, pero el viernes anterior a ese domingo estábamos cenando tranquilos, en familia y surgió el tema de como nos gustaría irnos a la playa cuando sea posible, después de la cuarentena.


Como las vacaciones anteriores habíamos estado en Brasil, mi hijo mas chico dijo de volver allá y mi otra hija dijo que quería volver a Miami y yo no lo dude y dije “Bueno, también podríamos ir a Israel que tiene playas hermosas mas lindas que las de Brasil y las d Miami”.


En ese momento mi hija lo miro a mi hijo y le dijo: “Bueno Juli, este es el momento que mama y papa nos cuentan que nos vamos a vivir a Israel”.


Entendió todo. Yo helado. La miro a mi mujer. Me mira. Encogí los brazos y le dije “Si este es el momento, nos vamos a vivir a Israel”


– ¿La reacción instantánea?


– Tiro el tenedor con el que estaba comiendo y se fue corriendo a su pieza a llorar, se encerró y dijo que por nada del mundo se iba a ir de Argentina.


Luego de darle su espacio y que termino de llorar, nos juntamos y le explicamos cual era el plan y que es lo que veníamos a hacer acá. La tranquilizamos diciéndole que venir a Israel no significa perder a sus amigos/as, sino seguir las relaciones por zoom o por otros medios digitales, tal como aprendimos en pandemia.


Ahí empezamos la negociación de que se podía llevar y que no, que podía hacer y que no, pero buen… hoy estamos asentados acá y felices.


– ¿En qué sentido decís que están felices?


– En la vida que llevan.


Si lo relacionas estrictamente con la pandemia, es evidente. Ellos tienen contacto con sus amigos en Argentina y saben la situación de allá, cuando van al colegio, cuando no y todas las limitaciones que aun persisten. Aca en Israel ya superamos esa etapa y casi no hay restricciones por Coronavirus.


Si nos alejamos de la pandemia y hablamos en general, en términos de seguridad los chicos salen solos, vuelven solos del colegio, se quedan solos en casa. Han ganado una independencia que en Argentina no veíamos posible. Además, fin de semana por medio vamos a la playa que es algo que a los chicos les encanta.


Por eso digo que desde ese lado ellos entienden notablemente que la vida les cambio para bien.


La llegada y la integración en Israel

¿Cuáles eran tus expectativas y con qué te encontraste?


-Encontré lo que quería. Nuestra Alía fue muy pensada. Yo no me fui porque estaba mal. Soñaba con este lugar, lo habíamos pensado y analizado mucho con mi mujer y después de muchas charlas tomamos la decisión y fuimos para adelante.


Junto a mi mujer decidimos que si nos mudábamos de país era para estar igual o mejor que lo que estábamos en Argentina. Nosotros decidimos irnos de un lugar donde estábamos bien, no nos escapamos, sino que fue una decisión sumamente planificada.


Israel no es para los judíos cualquier país, no es lo mismo emigrar a Israel que hacerlo a España, Estados Unidos o Canadá. Israel es un país judío y como tal ofrece un montón de facilidades para nosotros, además contamos con el apoyo de la Agencia Judía (Sojnut), apoyo no menor y que no se cuenta en otra parte del mundo.


De todas maneras, por más que lo anterior es una ventaja, yo no dejaba de ser un desconocido acá. Venia con una trayectoria de años de trabajo en Argentina, que en Israel nadie conocía. Por mas que vos tengas un montón de cosas para mostrar de experiencia y curriculum, no dejas de ser alguien nuevo.


¿A que te dedicabas en Argentina y como comenzó tu proceso de integración laboral en Israel?


-En Argentina trabaje mucho tiempo en medios de comunicación. En el ultimo tiempo me había dedicado al comercio porque cuando renuncie a la productora Endemol, quería hacer algo distinto a lo que venia haciendo hasta ahora.


Pero vine a Israel con la idea de volver a trabajar en medios de comunicación y me objetivo estuvo planteado hacia ahí desde el día cero, desde el comienzo. Llegué con mi CV bajo el brazo y me puse a recorrer canales, radios, a llamar por teléfono, a tener reuniones, charlas de café. Todo eso en medio de la pandemia y el encierro.


Finalmente lo logre, actualmente trabajo en Kan la radio nacional de Israel. Conduzco y produzco un noticiero en español.  Comencé a trabajar en noviembre del año pasado y todo mi proceso de aplicación fue sin haber entrado una vez a la radio porque por el Coronavirus la gente que no trabajaba no podía ingresar.


Yo llegué acá el quince de julio de 2020, comencé mi vida el 29 de julio porque tuve que hacer cuarentena, el 20 de noviembre estaba firmando contrato con la radio y el 24 de noviembre estaba ya sentado en el estudio trabajando. Un proceso por suerte exitoso.


¿Qué similitudes y diferencias encontras entre el rol periodístico en Argentina y en Israel?


-Yo creo que Israel tiene otra idiosincrasia, no solo en los medios de comunicación sino en la relación con los políticos. Esa relación en Argentina, a mi parecer, no existe o recién ahora esta empezando a existir.


En Argentina la relación es muy protocolar, el político esta como “más arriba”, en Israel es muy distinto. Aca cualquiera le puede preguntar lo que quiere a cualquier político y no existe el temor a enfrentar a un primer ministro. Eso hace que uno trabaje con más responsabilidad, pero también con mas libertad, porque sabes que tu trabajo no depende de como hables de un político.


El periodismo en Israel tiene una libertad rara por ser Medio Oriente, pero que en mi experiencia no la vi en Argentina, o solo la tienen grandes periodistas reconocidos.


La vida en Israel

¿Que es lo que mas disfrutas de vivir en Israel?


-Siento que estoy en Disney, soñé mucho con estar acá, entonces me sucede que paso un año desde que llegamos y disfruto de irme todos los días 62 km hasta Jerusalem hacia mi trabajo. Eso para cualquier israelí es una locura, pero a mí no me molesta, voy trabajando en el tren. Aca sacar la computadora en el tren no es un problema y si te quedas sin batería hay enchufes de carga que funcionan. 


-Bueno, eso que contas ¿es una actitud no?


Absolutamente. El éxito de una Alía no pasa por conseguir trabajo rápido, o porque tengas la suerte de trabajar de lo que te gusta, sino por como te plantees vivir en este país.


Israel es un país que tiene todo para abrirte las puertas. No te va a regalar absolutamente nada, hay que salir a buscarlo. Si lo vas a buscar con una actitud temerosa o débil, lo más probable es que sea complicado, pero si lo buscas con el espíritu israelí de ir siempre al frente, de hacer las cosas y de luchar por tus sueños dalo por seguro que lo vas a conseguir.


Definitivamente el éxito de una Alía pasa por ahí.


Conseguiste trabajo rápido, de tu ámbito especifico y en el idioma que manejas, pero en Israel se habla hebreo. ¿Cómo fue tu integración con el idioma?


-Bueno, tanto yo como mi esposa veníamos con buen nivel de hebreo, fuimos a escuelas judías y eso nos sirvió mucho.


Igualmente hicimos en Argentina un Ulpan (la Organización Sionista Mundial ofrece ulpanim gratuitos en ulpanim.org) de verano antes de venir y acá también hicimos el Ulpan, no lo terminamos. En mi caso porque comencé a trabajar y en el caso de mi mujer porque en ese momento hubo un cierre y se complicaba hacer el zoom del Ulpan, con los Zooms del colegio de los chicos.


Pero tenemos la intención de volver a retomarlo, porque creemos que el idioma es fundamental. Además, el Ulpan no es solamente un lugar en el que se aprende hebreo, es también un espacio de contención donde las maestras te ayudan con tramites que no tenes ni idea como hacer, donde de repente se difunden ofertas laborales o donde te encontras con gente que esta en la misma situación que vos. Por eso creo que también es un lugar de pertenencia.


¿Cuáles son tus consejos para alguien que está en una situación similar?


Mi principal consejo es que lo planeen mucho. Se que cada caso es un universo diferente. Hay quienes pueden pensarlo por años y hay quienes lo tienen que decidir en 5 minutos. Pero creo que, dentro de las posibilidades, la Alia planeada es la mejor.


Aun sin poder planificarla creo que la actitud que uno toma frente a la Alia es el 70% del éxito, el resto es la perseverancia y la mente abierta.


Perseverancia para esperar y ser persistente con lo que uno desea y mente abierta para estar dispuesto a trabajar de lo que sea y a vivir una experiencia nueva. No recomiendo venir pensando que lo que hacías en Argentina es lo mismo que vas a hacer acá.


Honestamente hay que tener mucho coraje para tomar la decisión y la Alia te muestra hasta donde podes llegar y de que sos capaz. En mi caso no solo me demostró eso, sino también que somos ciudadanos del mundo y que, si con 44 años pude levantar mi casa e irme a Israel, sin duda es algo realizable.


Fuente: https://conisraelyporlapaz.com/la-actitud-es-el-70-del-exito-el-resto-es-perseverancia-y-mente-abierta-entrevista-a-gabriel-astrovsky-a-un-ano-de-vivir-en-israel/