Mario Sinay: «Polonia nunca reconoció la propiedad privada de judíos y no judíos»


En una  con la Agencia AJN e ItonGadol,  se refirió a la controvertida carta de la Embajada de Polonia en México que negaba, entre otras cosas, la existencia de los campos de concentración y la responsabilidad de ese país en la expropiación de los bienes que pertenecían a judíos. “Es importante recalcar que los derechos legítimos e irrevocables de la propiedad privada, expropiada indebidamente, no caducan”, remarcó el analista y pedagogo del Holocausto.

 es educador y pedagogo del Holocausto y en diálogo con ItonGadol salió al cruce de una controvertida carta publicada por la Embajada de Polonia en México en la que niega la existencia de campos de concentración en suelo polaco. “Hay que recordar que Polonia sufrió 45 años de una ocupación comunista, y que, entre otras cosas, no reconocía la propiedad privada y repartió las propiedades todas, (judías y no judías)”, reflexionó el analista.

La polémica se inició a partir de un documento emitido por la embajada de Polonia en México, con la firma de la encargada de asuntos exteriores, Zofia Ziólkowska, quien aseguró que “es falsa la aseveración de que ´Polonia albergaba media docena de campos de exterminio nazis’ y que ‘el genocidio…tuvo lugar en el suelo polaco’».

«Los campos de concentración y exterminio nazis funcionaron en la Polonia ocupada por los alemanes y fueron establecidos, controlados, gestionados y operados bajo la administración exclusiva del agresor alemán”, agregó el polémico documento.

CARTA EMBAJADA DE POLONIA

Carta de la Embajada de Polonia en México

En respuesta a la carta publicada por la embajada polaca, , reconocido conferencia internacional y educador y pedagogo del Holocausto, puntualizó que es necesario “recordar que Polonia sufrió 45 años de una ocupación comunista, y que, entre otras cosas, no reconocía la propiedad privada y repartió las propiedades todas, (judías y no judías)». «Por lo tanto, si queremos acusar sobre un robo masivo de propiedad judía que se llevó a cabo en Polonia, habría que acusar al régimen comunista”, aseveró.

Recientemente, la cámara baja del parlamento polaco, (el Sejm), aprobó una ley que eliminaría el derecho al reclamo de restitución de propiedades judías, mediante una modificación en el código de procedimiento administrativo polaco. Esta ley aplica un plazo de prescripción de 30 años a las reclamaciones sobre propiedades confiscadas a sus propietarios originales.

“De esta propuesta de ley, surge un espíritu de mala apariencia, negativa, dañina, perjudicial y adversa al diálogo, la tolerancia y el recuerdo de las víctimas judías”, señaló, con tono indignado, Sinay.

Vale recordar que la propuesta es apoyada por el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, aunque aún no fue aprobada por el Senado polaco.

Sinay remarcó que «recuperada la democracia en Polonia hace ya más de 30 años, es importante recalcar que los derechos legítimos e irrevocables de la propiedad privada, expropiada indebidamente, no caducan y la propuesta del  Mayor de Polonia, Michael Schudrich, la compensación económica es, efectivamente, una solución razonable, honesta, justa y moral».

«Justificar la ley en supuestos abusos cometidos, es generalizar una situación que seguramente no es representativa. Por otro lado, se podría acusar a los intentos burocráticos legales de las cortes polacas de ralentizar los procesos legales y las demandas legítimas y el alto coste de los abogados polacos», explicó el educador.

El clima de tensión entre el gobierno polaco e Israel no es de ahora y las relaciones diplomáticas tuvieron fuertes cortocircuitos en los últimos años.

Incluso, como apuntó Sinay, Mateusz Morawiecki, aseguró que mientras él sea primer ministro «Polonia no pagará por los crímenes alemanes: ni un zloty, ni un euro, ni un dólar».

En Varsovia, la embajada de Estados Unidos escribió una carta al portavoz del Congreso polaco en la que expresaba su «profunda preocupación» sobre la ley y la posibilidad de que cause «pérdidas irreparables» a las víctimas del Holocausto y sus descendientes.

Fuente: Diario Judío