¿Está Israel preparado para responder a los cohetes del Líbano?

 El reciente lanzamiento de cohetes desde el Líbano hacia territorio israelí conecta con la estrategia general de Hamás de ampliar el alcance del enfrentamiento entre el grupo terrorista e Israel, que se agudizó durante la guerra de Gaza en mayo de este año. No está en absoluto claro que Israel esté equipado para evitar que esto se convierta en un evento regular.

 


Los dos cohetes lanzados recientemente desde Líbano a territorio israelí no fueron los primeros de su tipo. Fueron precedidos por un incidente similar durante la guerra de Gaza. En ambos incidentes participaron aparentemente elementos palestinos afiliados a Hamás que actuaron con el consentimiento tácito del verdadero gobernante del Líbano, Hezbolá.


Los acontecimientos que antes se percibían como excepciones a veces se convierten en la norma. Lo que puede haber comenzado como una especie de identificación de los elementos palestinos en el Líbano con Hamás puede convertirse en una línea de actuación permanente que caracterice a estos elementos y ahogue la tranquila realidad que se mantiene en el sector norte entre Israel y el Líbano desde la Segunda Guerra del Líbano de 2006.


Un escenario en el que los elementos afiliados a Hamás en el Líbano disparen ocasionalmente cohetes hacia el norte de Israel tiene muchas posibilidades de materializarse. Estaría en consonancia con la tendencia estratégica de la organización, expresada tanto antes como durante la guerra de Gaza, de romper el contexto local del conflicto con Israel y conectarlo con la situación general de Oriente Medio. Se ajusta al principal objetivo a corto plazo de Hamás, que es interrumpir la tendencia a la normalización árabe-israelí.

 

Para ello, a Hamás le interesa tanto calentar Cisjordania y la comunidad árabe de Israel como ampliar el conflicto militar al Líbano.


Los disparos desde el Líbano hacia Israel no sólo sirven al esfuerzo de Hamás por ampliar el marco de la confrontación general con Israel, sino que también encajan con su necesidad de gestionar y rehabilitar la Franja de Gaza mientras se enfrenta a Israel.


En los meses que han seguido a la guerra de mayo, Hamás se ha mostrado relativamente cauto en sus relaciones con Israel, enviando globos incendiarios y explosivos hacia el territorio israelí al tiempo que evitaba el lanzamiento de cohetes que pudieran reavivar las hostilidades en toda regla. La activación del frente del Líbano podría proporcionar a Hamás una herramienta táctico-operativa contra Israel que traslada el escenario potencial de los enfrentamientos de Gaza al sur del Líbano. Esto podría dar a la Franja de Gaza un grado de confianza sobre la probable respuesta de Israel, que ha revelado cierta vergüenza por los disparos en el norte.


Estos acontecimientos se producen con el telón de fondo de la desintegración sociopolítica del Líbano (que nunca ha funcionado realmente bien). Este estado de cosas no sólo permite a los elementos simpatizantes de Hamás en el Líbano utilizar su territorio para disparar contra Israel, sino que también debilita la capacidad del ejército libanés para imponer su autoridad sobre los elementos palestinos rebeldes.


Todavía no está claro cuál fue el papel de Hezbolá en los dos recientes lanzamientos de cohetes: si dio su aprobación previa o si los hechos se produjeron ante sus narices. En cualquier caso, a Hezbolá le resultará difícil evitar que se produzcan hechos similares. En consecuencia, la repetición de los disparos desde el Líbano por parte de elementos palestinos afiliados a Hamás, podría suponer un reto importante para Israel.


La respuesta israelí se ha caracterizado por los disparos de artillería hacia el territorio libanés sin casi ningún propósito definido, junto con las declaraciones públicas de los estamentos políticos y militares de que Israel no aceptará esta evolución. Pero declaraciones y hechos aparte, la nueva realidad es que los incidentes de disparos podrían convertir el norte en un escenario de nuevos enfrentamientos con el trasfondo de la desintegración del Líbano. Israel tendría entonces que enfrentarse a las cuestiones paralelas de cómo prevenir los tiroteos y responder a ellos cuando se produzcan. ¿La dirección de la respuesta será el Líbano -un país en estado de colapso, con un ejército débil que tiene poca capacidad para prevenir tales acontecimientos- o Hezbolá, lo que expondría a Israel a la posibilidad de intercambiar golpes con la organización? Se trata de un dilema complejo.


No está nada claro que Israel tenga actualmente las herramientas o la capacidad para evitar que las lloviznas individuales se conviertan en chaparrones dispersos.




Fuente: Algemeiner