Un anticuario ruso consigue un viejo carrete de 8 milÃmetros rodado entre 1963 y 1965 en Damasco que perteneció a un oficial de comunicaciones soviético de aquellos años. Revisando su contenido, se encuentra algo sorprendente: en las imágenes aparece el legendario espÃa israelà Eli Cohen, que en esa época se codeaba con las más altas esferas sirias. Poco después serÃa capturado y ejecutado en Damasco. No es una vieja pelÃcula de espÃas: todo esto ocurrió en realidad.
Por casualidad, un anticuario ruso consiguió un viejo carrete de 8 milÃmetros rodado entre 1963 y 1965 en Damasco, la capital de Siria, que fue grabado por un oficial de comunicaciones soviético. Tras revisar el contenido de la cinta, especialistas descubrieron algo sorprendente: en las imágenes aparece el legendario espÃa israelà Eli Cohen.
El autor de la filmación, el militar BorÃs LukÃn fue enviado a Siria en la década de 1960 como experto de alto nivel en sistemas de comunicación militar. LukÃn llegó a Damasco justo cuando Eliyahu ben Shaul Cohen, más conocido como Eli Cohen, trabajaba allà como espÃa; 'nuestro hombre en Damasco' como lo llamaban en el Mossad, la agencia de inteligencia de Israel. Cohen alquiló un apartamento en el centro de la ciudad justo frente a la sede del Ministerio de Defensa sirio.
Por aquel entonces, LukÃn no podrÃa imaginar a quién grabarÃa con su cámara. La URSS habÃa estado aumentando paulatinamente su ayuda militar a Siria. En 1963, ya habÃa al menos 150 asesores militares soviéticos en el paÃs. La agencia de inteligencia israelà supo enseguida que LukÃn habÃa viajado a Siria con otros especialistas.
Eli Cohen, el agente residente del Mossad, hizo su trabajo a la perfección y más de una vez recibió elogios de sus superiores por informar sobre la ayuda militar soviética. Esta era su primera tarea. La segunda era recopilar información sobre el emplazamiento de las fuerzas sirias.
En aquellos años, se valoraba especialmente a los oficiales de comunicaciones. En este ámbito, que resultaba ser el punto débil de los sirios, trabajaba BorÃs LukÃn.
El agente 007 israelÃ
Eli Cohen intentaba ser lo más discreto posible, pero al mismo tiempo era un hombre muy atrevido. VivÃa en Damasco con nombre falso y pensaba que no necesitaba ser especialmente escrupuloso en cuanto al dinero o a sus conocidos. Su padre era sirio de Alepo y su familia hablaba el dialecto árabe local. Era judÃo por sangre y ADN, pero la realidad en la que creció era la del mundo árabe, que conocÃa muy bien.
Cohen comenzó su recorrido hacia las oficinas de los altos funcionarios sirios en la lejana Argentina. Allà conoció al agregado militar sirio Amin al Hafiz, de quien se hizo amigo en Buenos Aires. A raÃz de la revolución de marzo de 1963, Al Hafiz volvió a su patria y se convirtió en presidente de Siria. Cohen no pudo haber sido más oportuno.
Ningún otro espÃa en el mundo habÃa llegado tan lejos. HabÃa otra tarea importante que el Mossad israelà le encargó a Eli Cohen: hallar y eliminar a criminales de guerra nazis. Tras la Segunda Guerra Mundial, muchos huyeron de Europa hacia Sudamérica y Oriente Medio, en especial a Siria.
La jornada laboral del espÃa hebreo comenzaba a las 08:30 de la mañana, cuando ponÃa la radio para escuchar canciones árabes transmitidas a petición del público. De esta manera el Mossad le comunicaba datos relativos a cada nueva misión: las presentaciones de cada canción contenÃan un código.
Cuando Cohen transmitÃa datos de inteligencia a Tel Aviv, los sirios sabÃan que alguien estaba filtrando datos, pero desconocÃan la vÃa y cómo se hacÃa exactamente.
La detención del espÃa israelÃ
En enero de 1965, los servicios especiales descubrieron al agente israelÃ. Especialistas soviéticos ayudaron con sus equipos determinar el punto exacto donde se encontrado. Varios soldados y civiles entraron en el apartamento de Cohen justo cuando estaba transmitiendo unos mensajes a Tel Aviv y fue detenido.
Cohen fue sentenciado a muerte por ahorcamiento por causar un daño irreparable a Siria. En Israel era considerado un héroe, y el paÃs luchó por su extradición empleando todos los medios diplomáticos posibles, pero fue en vano. Las autoridades sirias se mostraron inflexibles. Estaban en guerra y Cohen era enemigo de Siria. Su ejecución en Damasco fue transmitida en directo.