El partido de Bennett no ganaría ningún escaño en la Knesset si se celebraran elecciones

 El partido gobernante Yamina no superaría el umbral electoral de cuatro escaños si se celebrasen elecciones, ha afirmado este sábado el grupo demoscópico Direct Polls tras publicar un nuevo sondeo.


Los resultados, si resultan precisos, significan que por primera vez desde su fundación en 2019, el partido -liderado por el primer ministro Naftali Bennett- no tendría ningún escaño en la Knesset, lo que hace improbable que pueda mantenerse en el poder repitiendo su delgada coalición de partidos de derecha e izquierda. La encuesta incluyó a unos 600 participantes mayores de 18 años.

Bennett se convirtió en primer ministro en junio gracias a su voluntad de alinearse con la izquierda a pesar de que Yamina es un partido de derechas. El objetivo de esa maniobra era desbancar al entonces primer ministro Benjamin Netanyahu, que llevaba más de 12 años en el poder. Bennett dijo que lo hacía para evitar otras elecciones anticipadas y acabar con el estancamiento político, pero sus críticos dijeron que estaba incumpliendo su promesa electoral y que era inapropiado que un partido de 6 escaños estuviera al frente de un gobierno.

Direct Polls dijo que “las encuestas internas que hemos realizado en los últimos meses indican que Yamina y Nueva Esperanza [otro partido de la coalición gobernante] se reducen a un total de siete escaños. Cada uno tiene un electorado fiel equivalente a unos dos escaños, y los tres restantes siguen yendo y viniendo entre los dos partidos. Los acontecimientos de las dos últimas semanas han hecho que estos votantes emigren [de Yamina] a Nueva Esperanza, que después de unas semanas vuelve a obtener cuatro escaños en nuestras encuestas”.

En las dos últimas semanas, Yamina se ha visto salpicada de escándalos. El lunes pasado, la MK de Yamina, Shirly Pinto, acusó al líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, de utilizar el aniversario del asesinato del ex primer ministro Isaac Rabin para demostrar que él era la verdadera víctima del crimen. Pinto encendió la ira de sus compañeros de la derecha, que dijeron que sus comentarios demostraban que en realidad era de izquierdas.

El viernes se informó de que el primer ministro Naftali Bennett dijo en conversaciones a puerta cerrada que no creía que el gobierno de coalición durara lo suficiente como para que el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, se convirtiera en primer ministro como parte del acuerdo de reparto de poder.

Por último, el domingo se acusó a Idit Silman, MK de Yamina, de intentar desertar a Yesh Atid.

El destino de la coalición se determinará esta semana, cuando la Knesset vote el presupuesto del Estado. Suponiendo que se apruebe el proyecto, la coalición Benett-Lapid -cuyo núcleo es Yamina y Nueva Esperanza- tendrá unos dos años para intentar recuperar a los votantes antes de que se celebren otras elecciones. En la última encuesta de Direct Polls, el Likud ocupa el primer lugar, con 35 mandatos, y Yesh Atid el segundo, con 20 escaños.

Fuente: Israel Hayom