Hamás: la persistente espina en el costado de Israel

 Hace poco, el jefe del Estado Mayor de las FDI, el teniente general Aviv Kochavi, nos recordó que las FDI luchan actualmente en seis escenarios, algunos de los cuales son relativamente desconocidos.

Estos incluyen Irán, donde Israel está trabajando para detener la carrera de Teherán hacia una bomba nuclear; los escenarios sirio y libanés; recientemente el escenario iraquí, según informes extranjeros; y moviéndose hacia el sur, el Mar Rojo y Yemen – todos los cuales caen bajo la pesada sombra de Irán; y finalmente, el escenario palestino, en Judea y Samaria y Gaza.

Las FDI han invertido la mayor parte de su energía en los últimos meses en prepararse para la posibilidad de que Irán cruce el punto de no retorno en su camino hacia la adquisición de un arma nuclear. Mientras tanto, las FDI intentan desalojar a las fuerzas iraníes de Siria y debilitar a Hezbolá, cuyo arsenal de misiles las FDI consideran la principal amenaza a la que se enfrenta Israel en su periferia inmediata.

Las amenazas a las que se enfrenta Israel en estos diversos ámbitos -tanto inmediatos como más lejanos- no deben subestimarse. Sin embargo, el hecho es que durante la última década, el escenario más activo en el que las FDI han tenido que luchar repetidamente ha sido Gaza. En 2009 comenzó con la Operación Plomo Fundido, seguida por la Operación Pilar de Defensa en 2012, la Operación Borde Protector en 2014 y la Operación Cinturón Negro en 2019, y más recientemente, la Operación Guardián de los Muros en mayo de 2021.

Junto a estas operaciones, también debemos tener en cuenta las fricciones diarias a lo largo de nuestra frontera con Gaza, desde los ataques con globos incendiarios y los disturbios a lo largo de la valla de seguridad hasta los intentos de infiltración terrorista a través de los túneles subterráneos que Hamás ha excavado a lo largo de la Franja de Gaza.

Una y otra vez, los residentes del sur, pero también los de Gush Dan y Jerusalén, se han visto obligados a meterse en habitaciones seguras y refugios antibombas. No por los disparos de misiles procedentes de Irán o Líbano, sino de Hamás en Gaza. Podemos suponer con cautela que el próximo combate de las FDI será también en Gaza, y no en los otros escenarios.

Gaza no es única sólo porque sea extremadamente activa y altamente combustible, sino porque las cartas que tiene Israel y su capacidad para influir y disuadir al enemigo son limitadas e inadecuadas.

Sí, la lucha en Irán se está calentando e intensificando, pero ambos bandos -el israelí y el iraní- tienen el control absoluto de los acontecimientos y están haciendo gala de moderación y cautela sin ningún interés o deseo de una escalada o un conflicto total.

Hezbolá también está contenida y disuadida, y es consciente del precio que probablemente pagaría por luchar contra Israel. No puede decirse lo mismo de Hamás, que no es tan fuerte como Hezbolá y no se adhiere a una lógica diplomática similar, por lo que es difícil de disuadir y obligar a adoptar un enfoque más moderado.

La realidad de Gaza es compleja debido a que Israel no se ha desprendido realmente del enclave costero. Al fin y al cabo, sigue suministrando a Gaza electricidad, agua, combustible, alimentos y dólares. Esta dependencia significa que cualquier tranquilidad a lo largo de la frontera es rehén de los inventarios de alimentos y gas y del balance de dólares en la Franja, ya que la táctica de Hamás para recibir estas cosas es disparar misiles a Israel.

Más allá de esto, debemos recordar que los intentos de desconectar a Hamás de Judea y Samaria y de Jerusalén no han tenido éxito, de modo que cualquier tensión en la Puerta de Damasco o en el Monte del Templo seguirá provocando escaladas en la frontera de Gaza.

Israel no tiene respuesta    

En efecto, Hamás carece de la misma capacidad destructiva que los demás enemigos de Israel, pero está mejorando metódicamente sus capacidades, como demuestran la audacia y la destreza operativa que supone el envío de células terroristas a Israel a través de sus túneles.

Y lo que es más importante, Hamás también está reponiendo con éxito sus arsenales de misiles y mejorando su alcance y precisión.

Israel no tiene una buena respuesta a los desafíos planteados por Hamás, aparte de emplear una potencia de fuego devastadora que inflige daños a Gaza pero no anula las capacidades operativas de Hamás, y no asegura una tranquilidad a largo plazo similar a la situación con Hezbolá en el Líbano. Sin una solución, Gaza seguirá siendo un problema para Israel.

Fuente: Israel Hayom / Israel Noticias