Natalio Steiner/ Israel: No decrece la violencia en el sector árabe


La violencia doméstica y mafiosa en el sector árabe de la sociedad israelí no para de crecer a pesar de las mejoras sociales y presupuestarias que el actual gobierno está implementando.

Se trata de una violencia vinculada a diferencias familiares (Jamulas) basadas en cuestiones culturales y  familiares.

Los titulares destacan los 106 asesinatos en el sector desde principios de año a pesar que se ha creado una brigada especial de la policía israelí para combatir el fenómeno. Las discusiones entre los tomadores de decisiones y los organismos de seguridad se centran principalmente en el número aterrador y creciente de casos.

Bombas en automóviles, tiroteos en bodas, baleado de frentes domiciliarios en ciudades como Nazareth, parecen ser ya moneda corriente. Pero casi no se habla de los heridos que permanecen en el anonimato, pero continúan durante años con trauma, sufrimiento y rehabilitación médica a largo plazo en el mejor de los casos, y con una gran discapacidad física y mental para ellos y sus familias.

Según datos del Departamento de Traumatología del Hospital  Rambam, solo en octubre pasado llegaron 52 jóvenes árabes con heridas de bala en diversas situaciones y, en general, hay un aumento alarmante del 172% en el tratamiento de incidentes con disparos este año en comparación con el 2020.  Y todavía no hemos hablado de los heridos del Néguev, ni de las ciudades involucradas en la región central. Si lo consideramos un cálculo mínimo, según los datos básicos, es casi seguro que lleguemos a más de 200 heridas de bala el mes pasado en el conjunto de la sociedad árabe.

Cualquier persona lesionada como resultado de los disparos, que pierde parte de su capacidad para funcionar y trabajar, en realidad se convierte en una carga para el Estado, para los contribuyentes. Además, los miembros de su familia también se vuelven necesitados, sin mencionar el trauma mental que tal evento puede dejar en la víctima y su familia.

Parte de los esfuerzos del gobierno apuntan a cambiar  la legislación en la Knéset para aumentar las penas, como parte de la lucha contra el crimen en la sociedad árabe. Pero el cambio en la legislación también debe tener en cuenta una legislación especial contra quienes estuvieron detrás de disparar a una persona. Hay espacio para considerar imponerle todos los gastos médicos y daños directos e indirectos si es declarado culpable, y además, hay un lugar donde el Estado será responsable de cobrarle los fondos de cualquier manera y por cualquier medio legal a su disposición.

La violencia en el sector árabe de la sociedad israelí ya no debe ser vista solo como un problema a dirimirse entre ellos y su liderazgo. Afecta, por lo expresado, a toda la sociedad israelí y constituye un peso adicional para los organismos de seguridad. Hace unos días, un alto jefe de la policía israelí dijo que el 90% de los recursos policiales se destinan a la lucha contra la violencia en ese sector. Estos números hablan por si solos de la magnitud de un problema que no se puede eludir.