“Son hechos. Y los hechos son la cosa más obstinada del
mundo”. Mijaíl Bulgakov.
Analizaremos e interpretaremos la crisis actual por el tema
Ucrania con los ojos puestos en la última conferencia anual del año 2021 dada
por el Presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Dice Vladimir Putin: “Denuncio que Occidente engañó
descaradamente a Moscú al hacer promesas verbales al Presidente de Rusia Boris
Yeltsin en la década de 1990 sobre no expandir la presencia de la OTAN
(Organización del Tratado del Atlántico Norte) en el este del continente”.
Efectivamente, cuando la Unión Soviética se desintegró hace
30 años atrás en 1991, la Federación Rusa elige a Yeltsin como Presidente y
junto con George Bush (h) acuerdan, en un encuentro, la seguridad fronteriza de
Rusia. Este país, recuperado de la caída de la URSS, se encontraba vulnerable
geopolíticamente, frágil militarmente y debilitado económicamente. Cuando asume
Bill Clinton como Presidente de los Estados Unidos, el 20/01/1993, junto con
sus aliados europeos de la OTAN, vislumbran la oportunidad de modificar el mapa
estratégico de Europa. Primero impulsan la desintegración de Yugoeslavia, y
dentro de este marco la de Serbia, desgajándole la Provincia de Kosovo.
Mientras la nueva Rusia se debatía con múltiples problemas provocados por el
terrorismo islamista de Chechenia y la transformación de una economía
totalmente centralizada a otra capitalista, que resultó ser salvaje, la OTAN, o
sea Estados Unidos y la Unión Europea estructuraron un avance militar y
misilístico hacia todos los países vecinos de Rusia: Estonia, Letonia,
Lituania, Polonia, Chekia, Eslovaquia, Rumania, etc. En el curso de 10 años
(1991-2001) la OTAN había encerrado a Rusia militar y políticamente.
Cuando Vladimir Putin es elegido como Presidente de Rusia
comienza una reforma estructural en todos los campos logrando en los últimos 20
años (2001-2021) posicionar nuevamente a ese enorme país (geográficamente el
más grande y extenso del mundo) como una potencia importante, no solo nuclear
sino también militar y geopolíticamete.
Continúa preguntado Vladimir Putin: “¿Somos nosotros quienes
estamos colocando misiles en las fronteras de los EE.UU? ¿Cómo responderían los
norteamericanos si pusiéramos nuestros misiles en las fronteras de USA con
Canadá o México?”. Y podríamos agregar a Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc. Ya
sabemos que sucedió con los misiles de Kruschev en la Cuba de Castro.
Todos conocemos la decisión de la OTAN de incorporar a
Ucrania como miembro de la misma e instalar sus misiles en la frontera sur de
Rusia, situación que Putin no habrá de permitir. Adicionalmente la OTAN tiene proyectado
hacer lo mismo con Georgia, con lo cual la Federación Rusa quedaría totalmente
bloqueada y rodeada por el norte, el oeste y el sur por las fuerzas armadas de
Estados Unidos y Europa.
Y Putin finaliza previniendo: “Les hemos hecho saber clara y
precisamente que cualquier expansión adicional de la OTAN hacia el este es
inaceptable. ¿Es excesivo exigir que no sean colocados sistemas ofensivos cerca
de nuestro hogar? El despliegue de armas en Ucrania es una <línea
roja>.”
Como podemos observar nos encontramos todavía frente a una
“guerra tibia” que, no cabe duda, puede convertirse en una “guerra caliente” ya
que las tropas rusas se encuentran desplegadas en la frontera con Ucrania. Esta
vez depende de la OTAN que el conflicto por ellos desarrollado habrá de
estallar o no.
“Cuando el odio o el favor de la multitud caen sobre un
hombre, hay que analizar porqué”. Confucio