SÃ, es cierto que Karl Marx fue judÃo, y que a lo largo de los últimos dos siglos muchos judÃos han militado activamente en grupos socialistas o comunistas. Sin embargo, la experiencia israelà nos lleva por otro derrotero.
Israel fue fundado y dirigido, inicialmente, por un grupo sionista de claras tendencias socialistas. Sin embargo, el gran mérito de David ben Gurión y su gente fue que, antes que su ideologÃa, privilegiaron el pragmatismo. Por ello, ni siquiera en sus inicios Israel trató de parecerse a la Unión Soviética.
Por el contrario: se le dio un amplio espacio al libre mercado, y eso sentó las bases para una economÃa que poco a poco se decantó por el capitalismo.
Pero el asunto va más a fondo. Irving Gatell nos explica por qué los judÃos tenemos una inclinación natural hacia el comercio, y por qué el pragmatismo obligado de los comerciantes tiende a impulsarnos hacia el capitalismo.
Sin abandonar nuestros ideales de justicia social, todo ello se ha traducido en que Israel es uno de los paÃses más exitosos del mundo, y su vocación por la innovación tecnológica hace que las expectativas para el siglo XXI sean más que prometedoras.